Es exactamente lo mismo que pienso yo. Hace tiempo que me planteé que cambiaría completamente de dirección y que la arquitectura y todo ese rollo patatero que me contaron en la universidad no era para mí.
Muchas veces, muchas pensaba que continuando con aquello, solo estaba prolongando la agonía.
A ver, en mi caso estudié arquitectura técnica en una escuela bastante dura, con un bajísimo índice de aprobados. Nadie terminó la carrera en tres años. Nadie. En el hilo habéis asumido que soy arquitecto y no es así. Soy de esos a los que no le dejaron estudiar arquitectura porque según mi nota media no era bastante bueno -me rio mucho de ese proceso tan a la española-.
Mi carrera es una carrera en la que se mete gente de pueblo, que son más de estudiar duro. Los profes viene la mayor parte con látigo y son igualmente endogámicos. Es un ambiente tenso y de guerrilla. En muchas asignaturas no se pasaba del 5 o 10 % el índice de aprobados. Incluso salimos en los periódicos por esta razón en alguna ocasión. Así que cada curso te caían tres o cuatro asignaturas quicos y el resto tampoco las regalaban precisamente. En resumen muchísimo esfuerzo personal.
Quiero decir con esto que siendo un tío tan idealista como era me lo he currado lo más grande con la idea de proveerme en el futuro de un medio de vida que consideraba mejor que el trabajo no cualificado, el cual conocía bastante bien antes de entrar.
En mi caso, ínfulas en la escuela pocas y precisamente considero que ese despojarse uno mismo de sus sueños ha sido un tremendo error. No tenía la necesidad de hacerlo.
La verdad es que toda esa formación no ha ido a saco roto, y me siento preparado para poder hacer promociones interesantes. Me gusta la autoconstrucción con estructuras de madera. Ya he hecho una que es mi segunda residencia y la gente viene a verla interesándose en la idea. Simple, barata, bonita y buena. Sé que es un éxito y si tuviera pasta para invertir me dedicaría a construir y vender.
A mí particularmente no me interesa una cosa la profesión de aparejador, ni en obra ni en estudio porque sencillamente tengo mucho que perder. Hay quien no tiene nada y le da igual ocho que ochenta. ¿Entiendes? Yo no voy a responder patrimonialmente al resultado de una actividad de un tercero que además está mal regulada porque sería un gilipolllas si lo hiciera. Pero un gilipishas con mayúsculas.
Cuando toda esa responsabilidad inasumible -no hay ni datos de los procesos penales o civiles en los colegios- estaba bien pagada (y hablamos de 40-50-70 K anuales más primas y muchas prebendas y facilidades) sí hubiese merecido la pena. Por eso estudié pese a que la inmensa mayoría de mis amistades no me situaban en un trabajo tan gris y carente de chispa. Fue un esfuerzo gigantesco de adaptación a un medio que no era el mio. Yo en esa escuela no pegaba ni con cola.
Ahora visto en perspectiva asumo que me equivoqué garrafalmente y aunque no puedo evitar dejar de idear, proyectar y construir; lo hago como particular, como ya antes de entrar lo hacía. Tengo la seguridad de que podría vivir de ello, otra cosa es que tenga la pasta que hace falta para iniciar actividad constructiva más allá de mis condominios.
Cuando estudiaba, mis profesores, lejos de meternos ínfulas nos metían el miedo en el cuerpo; sobre todo en el tercer curso y después haber pasado muchos filtros. Era una losa tras otra. La gente ni reaccionaba ya. Yo me preguntaba dónde se había ido la juventud y me revolvía en el pupitre.
Pensaba entonces que después de terminar con aquella escuela carcelaria podría hacer arquitectura para evitar todos esos pardoes. La verdad es que poco a poco he visto que es lo mismo pero con el añadido de estar rodeado de burgueses de medio pelo. Mejor, porque amas más pero igualmente desperante y precario y más ahora que los pardoes también se lo comen los arquitectos -es la justa injusticia-.
He pensado también en estudiar arquitectura fuera de España, en Francia; pero no tengo dinero para eso. Allí la carrera está estructurada de otra forma. Pero no tengo pasta para hacer algo así. Trasladarme allí a trabajar a pie de obra no lo descarto por completo, ya tengo vistas mis zonas y ciudades pero no lo voy a hacer de cualquier forma ni de coña.
En resumen, que he asumido ya que lo mejor es cortar de raíz con ese camino que empezó torcido y por fín dedicar mi tiempo a otra cosa absolutamente diferente por la que sienta pasión y en la que pueda poner cariño y amor. Sin reciclaje, ni opos, ni leches en vinagre; para mí es una profesión que considero putrefacta y ya me ha causado muchos males. Creo que estoy en posición de superar ya eso y tengo la suerte de que mi familia me comprende y me apoya.
Saludos