En el otoño de mi vida me doy cuenta de lo que importa

Eres un cristófobo porque, en cuanto oyes a hablar a un cristiano, te pones así de nervioste y faltón. Necesitas mostrarte así de en cuanto aparece un cristiano. Por algo será.

La realidad es que necesitas mucho más a Dios de lo que sospechas. Necesitas reconocerle para poder negarle. Sólo puedes blasfemar sobre él, porque le conoces.

Intenta, si puedes, blasfemar sobre Thor, ateíllo del tres al cuarto.

Manipulador de baja estofa. Me he puesto "así" porque has salido menospreciando y faltando de primeras. Diciendo que los ateos son orate que no saben vivir ni morir.

Y ni siquiera soy ateo, sino agnóstico. No dudo que esta cosa de mundo sea una creación.

No tengo problema con los cristianos sino con los proselitistas como tú que menosprecian a los que por X o por Y han llegado a conclusiones razonadas diferentes a las tuyas.

Cuaneo venga un Thurista a decirme orate le responderé igual que a ti.
 
El Tiempo es la fuerza más poderosa que existe. Todo lo abarca. Todo lo consume.
Entender como funciona el Tiempo a tiempo, es lo más importante en esta vida.
 
Ser ateo no da esperanza, no motiva, no consuela, no hacer sentirse protegido, no inspira, no aporta significado, no aporta respuestas y, en definitiva, no ofrece ninguna ventaja.
Desde mi ignorancia que es mucha y amplia.
Ser ateo lo entiendo como una especie de superioridad jovenlandesal.
De los pocos científicos y millonarios potentes que he leído biografías, todos son ateos.
Es como sin ese plus, no puedes pertenecer al top de los “listos”.
 
Dentro de diez años daremos un brazo por tener la edad que tenemos hoy para poder hacer cosas que ya no podremos y a las que hoy ni prestamos atención
Vivamos

Amancio Ortega daría toda su fortuna por tener tu edad .

( frase de mi cosecha que resume todo lo que he aprendido en la vida )
 
Historia muy sosa. Métele pilinguis, coca, motos, algún yate y un par de aliens y me la presentas de nuevo para el lunes próximo
 
He escrito esta reflexión sobre lo que es importante para mí y me gustaría compartirla por si puede aportar otra perspectiva a los que sois jóvenes.

Desde que era un niño me dejé guiar por mi padre y lo único importante era sacar adelante la empresa.
Me pasé la vida cortando árboles, hasta jubilarme.
Me casé a los 23 años y ella falleció a los 25.
No tuve hijos y nunca encontré otra mujer con la que tenerlos como yo quería.

Me arrepiento de haberme tomado el trabajo y la vida de forma tan dura.
Me arrepiento de no haber dejado de trabajar antes.
Podría haber vendido la empresa con 44 años y no haber perdido la salud porque la salud es todo.
Pero también pienso que debí cortar muchos más árboles.
Todo lo que nace tiene que sufrir y esos eucaliptos y pinos estaban mejor caídos, convertidos en troncos muertos.
Y el suelo está mejor muerto.

Otro de mis arrepentimientos es haber sido bueno con la gente, aunque suene mal.
La gente anda por la vida sin saber por qué y cargándole a otros sus dolores y egoísmos.
La bondad al final es otro engaño para aguantarnos esta vida.

También me arrepiento de no haber hablado menos.
De joven uno cree que necesita opinar, ahora me parece una pérdida de tiempo, nadie escucha de verdad.
Me hubiera gustado callarme más, pasar más desapercibido.
Ahora que soy viejo y veo cómo la gente habla de la vida no puedo evitar pensar que es una cháchara hueca.

Por último, me arrepiento de lo más importante que es no cuidar la salud lo suficiente.
A uno la salud le suena a médicos o deportistas y la da por hecho pero cuando se va te das cuenta de que es lo único que importa.
Yo de joven dormía bien y no pensaba ni en la espalda ni en las rodillas ni en todo el cuerpo que ahora me duele hasta cuando estoy quieto.
La edad no perdona y cada noche es una tortura que ni con pastillas se me va. Si me quedo sentado duele, si me acuesto duele. Es como si el cuerpo estuviera peleando solo por seguir molestando. La vida al final se convierte en aguantar el dolor sin sentido, una molestia que ni te deja descansar. Hay que cuidarse.


Efectivamente, hay que leer más y trabajar menos.

El trabajo es un vicio como cualquier otro, y los vicios esclavizan .

No cuenta igual el tiempo de vida cuando se es joven que cuando la decrepitud te alcanza. Es preferible vivir cuando se es joven, y cuando toca morir, morir.

¿ qué es vivir ? cualquier cosa menos trabajar. Por ejemplo una cajera de supermercado que quema su juventud como parte de un hardware, no está viviendo, solo es parte de un mecanismo .

( se llama el despertar en el budismo y otras doctrinas. Cuando despiertas, ya nada vuelve a ser lo mismo. Lo importante es despertar a tiempo )


Séneca en su libro sobre la brevedad de la vida, reprocha a la gente el poco interés por vivir vidas plenas, dedicando el tiempo de vida a metas tan banales como conseguir riqueza y posesiones que quedarán ahí para otros.



«el espacio que vivimos no es vida sino el tiempo que has dedicado para ti.

No tenemos poco tiempo sino que perdemos mucho en conversaciones banales con gente que no nos importa, lidiando con clientes molestos o cumpliendo con inútiles obligaciones sociales, eso se traduce en vida mal administrada.
La ceguera de las mentes humanas es tal que nadie consentiría regalar su dinero o que otros ocupen sus propiedades. Sin embargo, no tienen ningún reparo en introducir a gente superflua en sus vidas, son de puño cerrado a la hora de mantener su patrimonio y a la vez derrochadores del único objeto con el que es honrado ser codicioso : EL TIEMPO.
 
Los griegos y los romanos sí que sabían vivir la vida.

Luego llegó el llamado cristianismo y nos convirtió en esclavos

¿Te asombras de que no te aprovechen los viajes
cuando vas contigo mismo a todas partes?
(Séneca)

En esta carta, la número 28 del libro Cartas de un Estoico, Séneca nos habla de los viajes. Interesante punto de vista, que va en dirección opuesta al sentir general de hoy en día, en el que viajar por placer y cuanto más lejos mejor, me atrevería a decir que se ha convertido casi en una necesidad.
Su título original es LOS VIAJES SON INÚTILES PARA LA CURACIÓN DEL ALMA, aquí la tienes:

Crees que a ti solo te ha sucedido, y te admiras como de cosa nueva, haber realizado largo viaje y recorrido muchos países sin desterrar la tristeza y el tedio de tu ánimo. ¡Necesitas cambiar de espíritu y no de cielo! Aunque cruces los mares y, como dice Virgilio, «se alejen tierras y ciudades», tus pasiones te seguirán a todas partes.

«¿Te asombras de que no te aprovechen los viajes cuando vas contigo mismo a todas partes?»

La misma causa que te impulsó te oprime aún.

¿De qué te sirve cambiar de paraje? ¿de qué el conocimiento de comarcas y ciudades? Todo eso no es más que inútil agitación.

¿Preguntas por qué son vanas esas correrías?

Porque huyes contigo mismo.

Es necesario que alivies tu espíritu del peso que lleva; de no ser así, no encontrarás placer en ninguna parte.

cuando te hayas curado de ese mal, todos los parajes te serán agradables. Aunque te relegasen al extremo del mundo o te confinasen en el seno de la barbarie, te encontrarías bien donde quiera que establecieses tu jovenlandesada: esto depende más del huésped que de la casa; por esta razón no debemos apasionarnos por ningún paraje.

Difiero de las gentes que se lanzan en medio de las oleadas y gozan en los tumultos combatiendo diariamente con negocios y dificultades. El hombre prudente no elegirá esta vida y preferirá vivir en paz a estar en guerra.

De poco serviría dominar las propias pasiones si después hubiese de continuar la lucha contra las de los demás.

el que no sabe que peca, no puede corregirse; siendo necesario conocerse antes de enmendarse.

Algunos se glorían de sus vicios. ¿Crees que podrán enmendarse aquellos que los consideran virtudes?
 
Para mí lo peor de la vida y que no entiendo que la gente practique, es no tener ideales.

En este perro mundo es lo único que mantiene el corazón caliente.

Trabajar pensando que alguna vez será un sitio digno.
 
He escrito esta reflexión sobre lo que es importante para mí y me gustaría compartirla por si puede aportar otra perspectiva a los que sois jóvenes.

Desde que era un niño me dejé guiar por mi padre y lo único importante era sacar adelante la empresa.
Me pasé la vida cortando árboles, hasta jubilarme.
Me casé a los 23 años y ella falleció a los 25.
No tuve hijos y nunca encontré otra mujer con la que tenerlos como yo quería.

Me arrepiento de haberme tomado el trabajo y la vida de forma tan dura.
Me arrepiento de no haber dejado de trabajar antes.
Podría haber vendido la empresa con 44 años y no haber perdido la salud porque la salud es todo.
Pero también pienso que debí cortar muchos más árboles.
Todo lo que nace tiene que sufrir y esos eucaliptos y pinos estaban mejor caídos, convertidos en troncos muertos.
Y el suelo está mejor muerto.

Otro de mis arrepentimientos es haber sido bueno con la gente, aunque suene mal.
La gente anda por la vida sin saber por qué y cargándole a otros sus dolores y egoísmos.
La bondad al final es otro engaño para aguantarnos esta vida.

También me arrepiento de no haber hablado menos.
De joven uno cree que necesita opinar, ahora me parece una pérdida de tiempo, nadie escucha de verdad.
Me hubiera gustado callarme más, pasar más desapercibido.
Ahora que soy viejo y veo cómo la gente habla de la vida no puedo evitar pensar que es una cháchara hueca.

Por último, me arrepiento de lo más importante que es no cuidar la salud lo suficiente.
A uno la salud le suena a médicos o deportistas y la da por hecho pero cuando se va te das cuenta de que es lo único que importa.
Yo de joven dormía bien y no pensaba ni en la espalda ni en las rodillas ni en todo el cuerpo que ahora me duele hasta cuando estoy quieto.
La edad no perdona y cada noche es una tortura que ni con pastillas se me va. Si me quedo sentado duele, si me acuesto duele. Es como si el cuerpo estuviera peleando solo por seguir molestando. La vida al final se convierte en aguantar el dolor sin sentido, una molestia que ni te deja descansar. Hay que cuidarse.
Sigue escribiendo así... aunque te duela,
 
En esta cosa de fábrica moderna nada cambia. Pasarán las décadas y nada habrá cambiado.

He dicho.
Y si cambia será a peor por lo que estoy viendo más individualismo y más y mejor pensadas zancadillas. Ahora encima no son capaces de escarmentar en cabeza ajena
 
Otro enésimo relato del cuentista hikikomori, del foro, con jovenlandesalinas poco curradas.
 
Jaime Gil de Biedma

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.


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