Redbull Vol. II
Madmaxista
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El matrimonio de Isabel II
El asunto del matrimonio de Isabel II se puede decir que se suscito casi desde su nacimiento, su tía Luisa Carlota alegaba que Fernando VII le había expresado su deseo de que su hija se casase con alguno de los hijos de ella, y a eso dedico ella su vida, lográndolo pero sin llegar a verlo, pero no anticipemos el final de la historia.
Ya durante el exilio de su progenitora María Cristina y siendo aya de la reina niña la condesa de Espoz y Mina esta relata como el embajador francés la interroga sobre si la reina niña ya había llegado a la pubertad, extremo que como es lógico ella se negó a aclararle, esto nos da una idea del interés que existía en el extranjero sobre este matrimonio.
También nos cuenta la condesa de Espoz y Mina como Luisa Carlota durante el exilio de su hermana hacia todos los esfuerzos posible por hacer que su hijo estuviese en la proximidad de su regia prima, algo que el aya se esforzaba en impedir sin mucho éxito, el hacerle llegar un retrato de su primo Francisco de Asís a la reina le costó el puesto al profesor Ventosa
Tras el fin de la guerra carlista Austria que les había apoyado, intento que se celebrase un matrimonio con el conde de Montemolin en quien su padre había abdicado sus pretendidos derechos, mas la oposición de los liberales que como es lógico no admitían que los carlistas ganasen en el altar lo que habían perdido en el campo de batalla hizo ese enlace imposible.
Francia e Inglaterra si persistieron en sus gestiones al respecto, creyéndose en el derecho a decidir tan importante cuestión, siendo presidente del gobierno Miraflores escribió un en 1842 un ***eto titulado “ Examen imparcial de la cuestión de casamiento de S.M. la reina de España doña Isabel II” donde reivindica el derecho exclusivo de España a decidir esa cuestión, documento al que ingleses y franceses no hicieron caso, los ingleses lo que no querían de ninguna manera es que Isabel se casase con algún hijo del rey francés, y los franceses que no lo hiciese con ningún príncipe cercano a los ingleses, por lo que pretendían que la reina de España solo se podía casar con algún descendiente de Felipe V, es decir con un Borbón, de los que excluía a sus hijos, pero al mismo tiempo pretendía la mano de la hermana de la reina la infanta doña Luisa para su hijo el Duque de Montpensier.
Es de señalarse que Isabel II de niña no parecía muy saludable, y se tenían serias dudas de que pudiese tener descendencia,por su algo tardia pubertad, los hechos posteriores demostraron lo erróneo de esos cálculos.
Se puede decir que el rey de los franceses pretendía jugar a dos barajas, por un lado negaba tener aspiraciones al trono de España para sus hijos y por otro colocaba a Montpensier en situación de alcanzarlo para sí o para su descendencia.
El primer candidato fue el conde de Trapani, Borbón italiano, hermano de María Cristina y por lo tanto tío carnal de Isabel, esas cosas en la época tenían poca importancia, contaba con el apoyo de Narváez y el de su hermana la reina progenitora aunque el de esta algo mas tibio, su candidatura cayo muy mal en España, era un joven que estudiaba con los jesuitas, muy mal vistos entonces.
En Septiembre de 1845 en el palacio francés de Eu se reunieron los soberanos de Francia e Inglaterra, tratándose en extensión el asunto de las bodas españolas, como si fuese asunto de ellos, y se acordó.
1º Que la reina de España debía casarse con un descendiente de Felipe V
2º que no podían ser candidatos ni ningún hijo del rey francés ni ningún Coburgo.
3º Que el duque de Montpensier solo se podría casar con la infanta María Luisa Fernanda después de que la reina tuviese descendencia.
A este acuerdo se llego a espaldas de España, volvió al gobierno Narváez tras el breve paréntesis de Miraflores (34 días) lo que pareció reforzar la candidatura de Trapani, pero Narváez aun duro menos (19 días) siendo sustituido por Insturiz, la candidatura Trapani era cada día más impopular, y se abandono.
María Cristina escribió al jefe de la casa Coburgo padre del príncipe Leopoldo ofreciendo la mano de su hija, para este príncipe.
Se entero del asunto el conde de Aberdeen (ministro de exteriores ingles) y este se lo comunico al ministro francés, la noticia disgusto mucho a Luis Felipe (rey de los franceses) que no quería admitir que en ese asunto se decidiera sin contar con él, de todos modos los Coburgo no tenían mucho entusiasmo por la boda y sus parientes ingleses tampoco hacían mucha fuerza por ella, a María Cristina le gustaba Leopoldo de Sajonia Coburgo guapo mozo y bien plantado, y a la reina Isabel tampoco le desagradaba, se envió a Miraflores primero a Paris y después a Londres para sondear más de cerca las posibilidades de esa boda, y hasta qué punto llegaba la oposición de Luis Felipe, entrevistándose con él,
En esa entrevista Luis Felipe con gran cinismo le dice
“Yo no quiero imponer marido a mi sobrina, lo que quiero es que elija dentro de los individuos de la familia, tiene seis, tres hijos de don Carlos, dos de don Francisco y Trapani, ella puede elegir, por mi parte no omitiré ninguna especie de esfuerzo para evitar que un Coburgo se case con la reina”
Para no querer imponer tampoco le da mucho donde elegir, porque de esa lista estaban descartado los hijos de don Carlos y Trapani, solo quedaban dos.
A Aberdeen le sustituyo lord Palmerston en los asuntos exteriores ingleses, y escribió a su embajador en España que no apoyaban ni vetaban ninguno de los candidatos que se barajaban, reduciéndolos a tres Leopoldo de Coburgo y los dos hijos de Francisco de Paula, lo que alteraba el acuerdo de Eu, al incluir un Coburgo entre los candidatos.
Posteriormente en un despacho del 27 de agosto dice
“Después de haber hecho un cuidadoso examen de la cuestión el gobierno de S.M. la reina de Inglaterra pensaba que el infante don Enrique era el solo príncipe español a propósito por sus cualidades personales para ser el marido de la reina”
Fiel a su política Inglaterra apoya al candidato más cercano a los progresistas españoles.
Don Enrique había participado en un reciente pronunciamiento progresista en Galicia donde estaba al mando de una fragata, y en esos momentos desde el extranjero se reunía con Olózaga, Espartero y demás progresistas exiliados lo que no parecía muy adecuado para un candidato a rey consorte, se puede decir que el solo se excluía a sí mismo.
Al final solo quedo Francisco de Asís, el matrimonio fue simultaneo con el de Luisa Fernanda con Montpensier, lo que también contrariaba el acuerdo de Eu, puestos a incumplir un acuerdo que España no estaba obligada a cumplir puesto que no era parte mejor hubiese sido incumplirlo del todo, y que la reina escogiese a su marido a su gusto. Los ingleses protestaron pero tampoco paso nada grave
En este articulo se notara que se menciona poco a Isabel II nadie tuvo en cuenta sus deseos ni necesidades, y quedo en una soledad afectiva perpetua, nunca tuvo en su marido un compañero, más bien un rival político y una fuente de problemas de todo tipo.
El asunto del matrimonio de Isabel II se puede decir que se suscito casi desde su nacimiento, su tía Luisa Carlota alegaba que Fernando VII le había expresado su deseo de que su hija se casase con alguno de los hijos de ella, y a eso dedico ella su vida, lográndolo pero sin llegar a verlo, pero no anticipemos el final de la historia.
Ya durante el exilio de su progenitora María Cristina y siendo aya de la reina niña la condesa de Espoz y Mina esta relata como el embajador francés la interroga sobre si la reina niña ya había llegado a la pubertad, extremo que como es lógico ella se negó a aclararle, esto nos da una idea del interés que existía en el extranjero sobre este matrimonio.
También nos cuenta la condesa de Espoz y Mina como Luisa Carlota durante el exilio de su hermana hacia todos los esfuerzos posible por hacer que su hijo estuviese en la proximidad de su regia prima, algo que el aya se esforzaba en impedir sin mucho éxito, el hacerle llegar un retrato de su primo Francisco de Asís a la reina le costó el puesto al profesor Ventosa
Tras el fin de la guerra carlista Austria que les había apoyado, intento que se celebrase un matrimonio con el conde de Montemolin en quien su padre había abdicado sus pretendidos derechos, mas la oposición de los liberales que como es lógico no admitían que los carlistas ganasen en el altar lo que habían perdido en el campo de batalla hizo ese enlace imposible.
Francia e Inglaterra si persistieron en sus gestiones al respecto, creyéndose en el derecho a decidir tan importante cuestión, siendo presidente del gobierno Miraflores escribió un en 1842 un ***eto titulado “ Examen imparcial de la cuestión de casamiento de S.M. la reina de España doña Isabel II” donde reivindica el derecho exclusivo de España a decidir esa cuestión, documento al que ingleses y franceses no hicieron caso, los ingleses lo que no querían de ninguna manera es que Isabel se casase con algún hijo del rey francés, y los franceses que no lo hiciese con ningún príncipe cercano a los ingleses, por lo que pretendían que la reina de España solo se podía casar con algún descendiente de Felipe V, es decir con un Borbón, de los que excluía a sus hijos, pero al mismo tiempo pretendía la mano de la hermana de la reina la infanta doña Luisa para su hijo el Duque de Montpensier.
Es de señalarse que Isabel II de niña no parecía muy saludable, y se tenían serias dudas de que pudiese tener descendencia,por su algo tardia pubertad, los hechos posteriores demostraron lo erróneo de esos cálculos.
Se puede decir que el rey de los franceses pretendía jugar a dos barajas, por un lado negaba tener aspiraciones al trono de España para sus hijos y por otro colocaba a Montpensier en situación de alcanzarlo para sí o para su descendencia.
El primer candidato fue el conde de Trapani, Borbón italiano, hermano de María Cristina y por lo tanto tío carnal de Isabel, esas cosas en la época tenían poca importancia, contaba con el apoyo de Narváez y el de su hermana la reina progenitora aunque el de esta algo mas tibio, su candidatura cayo muy mal en España, era un joven que estudiaba con los jesuitas, muy mal vistos entonces.
En Septiembre de 1845 en el palacio francés de Eu se reunieron los soberanos de Francia e Inglaterra, tratándose en extensión el asunto de las bodas españolas, como si fuese asunto de ellos, y se acordó.
1º Que la reina de España debía casarse con un descendiente de Felipe V
2º que no podían ser candidatos ni ningún hijo del rey francés ni ningún Coburgo.
3º Que el duque de Montpensier solo se podría casar con la infanta María Luisa Fernanda después de que la reina tuviese descendencia.
A este acuerdo se llego a espaldas de España, volvió al gobierno Narváez tras el breve paréntesis de Miraflores (34 días) lo que pareció reforzar la candidatura de Trapani, pero Narváez aun duro menos (19 días) siendo sustituido por Insturiz, la candidatura Trapani era cada día más impopular, y se abandono.
María Cristina escribió al jefe de la casa Coburgo padre del príncipe Leopoldo ofreciendo la mano de su hija, para este príncipe.
Se entero del asunto el conde de Aberdeen (ministro de exteriores ingles) y este se lo comunico al ministro francés, la noticia disgusto mucho a Luis Felipe (rey de los franceses) que no quería admitir que en ese asunto se decidiera sin contar con él, de todos modos los Coburgo no tenían mucho entusiasmo por la boda y sus parientes ingleses tampoco hacían mucha fuerza por ella, a María Cristina le gustaba Leopoldo de Sajonia Coburgo guapo mozo y bien plantado, y a la reina Isabel tampoco le desagradaba, se envió a Miraflores primero a Paris y después a Londres para sondear más de cerca las posibilidades de esa boda, y hasta qué punto llegaba la oposición de Luis Felipe, entrevistándose con él,
En esa entrevista Luis Felipe con gran cinismo le dice
“Yo no quiero imponer marido a mi sobrina, lo que quiero es que elija dentro de los individuos de la familia, tiene seis, tres hijos de don Carlos, dos de don Francisco y Trapani, ella puede elegir, por mi parte no omitiré ninguna especie de esfuerzo para evitar que un Coburgo se case con la reina”
Para no querer imponer tampoco le da mucho donde elegir, porque de esa lista estaban descartado los hijos de don Carlos y Trapani, solo quedaban dos.
A Aberdeen le sustituyo lord Palmerston en los asuntos exteriores ingleses, y escribió a su embajador en España que no apoyaban ni vetaban ninguno de los candidatos que se barajaban, reduciéndolos a tres Leopoldo de Coburgo y los dos hijos de Francisco de Paula, lo que alteraba el acuerdo de Eu, al incluir un Coburgo entre los candidatos.
Posteriormente en un despacho del 27 de agosto dice
“Después de haber hecho un cuidadoso examen de la cuestión el gobierno de S.M. la reina de Inglaterra pensaba que el infante don Enrique era el solo príncipe español a propósito por sus cualidades personales para ser el marido de la reina”
Fiel a su política Inglaterra apoya al candidato más cercano a los progresistas españoles.
Don Enrique había participado en un reciente pronunciamiento progresista en Galicia donde estaba al mando de una fragata, y en esos momentos desde el extranjero se reunía con Olózaga, Espartero y demás progresistas exiliados lo que no parecía muy adecuado para un candidato a rey consorte, se puede decir que el solo se excluía a sí mismo.
Al final solo quedo Francisco de Asís, el matrimonio fue simultaneo con el de Luisa Fernanda con Montpensier, lo que también contrariaba el acuerdo de Eu, puestos a incumplir un acuerdo que España no estaba obligada a cumplir puesto que no era parte mejor hubiese sido incumplirlo del todo, y que la reina escogiese a su marido a su gusto. Los ingleses protestaron pero tampoco paso nada grave
En este articulo se notara que se menciona poco a Isabel II nadie tuvo en cuenta sus deseos ni necesidades, y quedo en una soledad afectiva perpetua, nunca tuvo en su marido un compañero, más bien un rival político y una fuente de problemas de todo tipo.