Estudié francés durante un año y no recuerdo que la pronunciación fuera especialmente dramática. Cierto que hay unas reglas, pero una vez aprendidas se puede saber cómo se pronuncia una palabra al verla escrita.
No es ni de lejos como el inglés, donde no se puede saber la pronunciación de una determinada palabra hasta que no te la explican.
De hecho, la generación de nuestros padres era capaz de chapurrear el francés mucho mejor de lo que la mayoría de nuestra generación farfulla el inglés, con menor número de horas lectivas dedicadas, sin campamentos, viajes de estudios ni cursos de verano y con mucha menor penetración cultural de la lengua.