Y además añadir, que también encontramos como singular y fuente de imperecedera fruición el lenguaje poético. Pero para un ajeno a su lengua vernácula resulta difícil, independientemente de su formación cultural en otras lenguas ser partícipe de las "glorias y placeres" de las cimas de la poética mundial: tal nos ocurre con Dante, que aunque asequible?! a un castellano nos resulta exótico en su lengua vernácula. Igualmente sólo podría que desear a cualquier persona de otra cultura, pero con preocupaciones semejantes, poder gozar de un monumento de la lengua castellana como son "las Coplas a la fin de su padre"