Cuando los hombres trabajaban y las mujeres eran amas de casa el hombre capaz acababa siendo cirujano o ingeniero. Teniendo un buen sueldo estaba en condiciones de casarse con alguna chica mona y limpita. El hombre menos capaz pues era portero o dependiente de una tienda y acababa con alguna gordita o antiestética.
Con el feminismo los trabajos mediocres se otorgan a mujeres por cuota o pagafantismo. El hombre mediocre queda marginado en el paro o en trabajillos temporales. El número de solterones se dispara y eso implica que el de solteronas también. Las tias de letras necesitan unos 15 años de reflexión silenciosa para asimilar esto.
Dar trabajo a los hombres supone crear familias. Dar trabajo a mujeres supone no crear familas o destruirlas.