Uriel Omegangelos
Ángel del Omega
Bizancio aka Romania fue la civilización medieval más avanzada, superando a Francia, Persia, India y China. A pesar de ello, en la historiografía occidental Bizancio es ignorado en el mejor caso y calumniado en el peor. Los historiadores occidentales repiten el mito de Bizancio como un absolutismo cesaropapista decadente y afeminado, a fin de convertir la mentira en verdad en la mente de los hombres. Los francos son la raíz de la Cristiandad Occidental (la religión de los Padres de la Iglesia y de Constantino era lo hoy llamamos ortodoxia-oriental). Los normandos, origen de la mal llamada «élite anglosajona» del NOM, son vikingos aculturizados por los francos que, con ayuda de los mal llamados «judíos» (fariseos talmudistas), tomaron el poder en Inglaterra. Los historiadores occidentales ignoran su guerra contra los bizantinos, clave para entender por qué Galia se convirtió en Francia. Para descubrir la verdad, traigo ante vosotros la voz de la historiografía ortodoxa:
Los bizantinos eran romanos. Los romanos llamaban a su imperio res pública/politeia, jactándose de q, a diferencia de otros imperios, estaban dedicado al bien común. Los basileos estaban obligados a justificar sus decisiones apelando al bien común, y el árbitro del bien común era la politeia, q incluía a todo el mundo: nobles y clérigos, militares y burócratas, mercaderes y granjeros.
Cualquier individuo podía desafiar el derecho de un basileo a reinar en base a su fracaso para servir al bien común, ergo los emperadores bizantinos temían al pueblo e intentaban mantenerlo feliz, presentándose como ministros trabajando incansables por su bien. El pueblo, en cambio, no temía a los emperadores. Con frecuencia era insolente y desleal, maltratando verbalmente al basileo en público, incluso en su presencia, y deseñando las nuevas leyes si no les gustaban. Como explica el historiador ortodoxo Anthony Kaldellis en su obra The Byzantine Republic «la historia bizantina, en especial aquella de los siglos X y XI, abunda en ejemplos de hombres y muyeres q se negaron a obedecer las órdenes de un emperador, usando la religión para justificar su rebeldía». Con una sola excepción (la Rebelión de Nika de 532), las revueltas populares tuvieron éxito, forzando a emperadores a hacer concesiones o ser depuestos (como Basilio II confesó ante un embajador persa, en Bizancio los emperadores solo gobernaban mientras el pueblo lo permitía).
El absolutismo cesaropapista surge en Occidente como consecuencia del proceso de Rebelión de los Chatrias, que va desde Felipe el Hermoso hasta Enrique VIII. Tanto católicos como protestantes justificaron el Derecho Divino de los Reyes, la idea de q el rey solo responde ante Dios y personifica el Estado (ej. Luis XIV: «el Estado soy yo»). La reacción occidental al absolutismo fue el democratismo ilustrado, someter al rey a la soberanía popular. Pero, si el pueblo es soberano, ¿quién nos protege del absolutismo democrático, dado q es el pueblo quién decide q leyes hacer, q derechos respetar, y como interpretar las constituciones? ¿Quién puede decir al pueblo q se equivoca, y como lo detendrá cuando no escuche?
Los bizantinos no necesitaban hacerse esas preguntas. No les preocupaba la fuente de la soberanía sino el propósito de la misma. No absolutizaron al emperador, pues sabían q solo era un mortal, un pecador responsable ante Dios y la Politeia. No creían en el Derecho Divino de los Reyes, pues aunque, en la Biblia, Dios ordena gobernantes para castigar a los malvados, también retira con frecuencia Su Favor a los gobernantes por Sus Propias Razones. Creían en la sangre azul, pero eso no les impidió derrocar a basileos incompetentes «nacidos en púrpura». Un emperador bizantino q dijera «el Estado soy yo» hubiera sido tomado por loco.
Sin una ideología monarquista, los bizantinos tampoco necesitaron una ideología antimonárquista, ergo no absolutizaron al pueblo romano, pues ellos también eran meros mortales pecadores, y además de la voluntad del pueblo está la Voluntad de Dios, q no actúa de acuerdo a principios fijos sino de la mejor forma para la salvación de cada alma. Los bizantinos llamaron a esto Oikonomia. .
El derecho del emperador a castigar el Mal era entendido pragmáticamente, habiendo espacio para «la humanidad, el sentido común y la utilidad pública» en palabras de Justiniano. Por eso los basileos titubeaban al censurar vicios condenados por la Iglesia pero populares tales como la esclavitud, la prespitación, la cultura del erotismo y los juegos gladiatoriales.
En el siglo VIII acaece un cisma que, a diferencia del monofisismo y el nestorianismo, toma un nombre étnico en lugar del de la propia herejía o el de su líder. Los occidentales hablan de un cisma entre griegos y latinos, en las fuentes ortodoxas el cisma es entre romanos y francos. En ambas terminologías se aprecia una base étnica para el cisma. Un siglo antes los godos, herejes arrianos, se convirtieron nominalmente a la ortodoxia conservando la eclesiología arriana, adoptada por los francos carolingios y sus aliados lombardos y normandos. A fin de subyugar a los hispanorromanos, los godos reemplazaron a los obispos romanos por godos y abolieron la ley romana en el 654 mientras en Galia, a partir del 683, los francos nombraron obispos francos en masa y se deshicieron de los galorromanos. En ese tiempo Bizancio mandó dos veces su flota a España para restablecer su provincia costera perdida en 629. Fueron derrotados por el rey Witiza pues, tras la Primera Yihad, Bizancio no estaba en condiciones de aventurarse en España, y en 698 los árabes conquistaron Cartago. Desesperados, en 711 el gobernador romano-bereber de Ceuta, y posteriormente los galorromanos (Eudo, duque romano de Aquitania), eligieron lo q parecía el mal menor aliándose ad hoc con los árabes frente a godos y francos. Estas alianzas romano-árabes acabaron con el gobierno godo y redujeron Francia a los reinos de Austrasia y Neustria. Entre el 732 y el 754 los francos derrotaron la alianza romano-árabe invadiendo todas las provincias de Galia y el Norte de Italia. Esto fue posible gracias al Nuevo Orden Feudal iniciado en Austrasia y Neustria, en el que los romanos libres fueron deportados en masa de las ciudades y asentados comos siervos en gulags llamados villae (de ahí que a los siervos medievales se les llamara «villanos»).
Ante el mito de que francos y galorromanos eran «una sola nación» (sic), basta citar al cronista franco Fredegar, q en 742 habla de una rebelión romana liderada por Chunoald, hijo de Eudo, contra la q el padre y el tío de Carlomagno «unieron fuerzas y cruzaron el Loira… Superando a los romanos, llegaron a Bourges…». No es hasta finales del siglo XIII que el rey franco Felipe el Hermoso les dijo a sus siervos galorromanos que eran «franceses» (francos honoríficos), tras lo cual implantó la tributación universal y una leva masiva, pues Felipe necesitaba urgentemente dinero y hombres para su guerra contra su primo y rival, el rey franco Eduardo de Inglaterra, y todo el mundo sabía que ser «franco/francés» (libre, no-siervo) implicaba ser un guerrero que lucha por su patria. He aquí la raíz del pavor estatista de la conscripción forzosa, el impuesto de sangre que plaga el mundo moderno.
Aunque los francos habían conquistado el territorio principal de su nación, no podían permitirse usurpar la Romania Papal (Estados Pontificios) tal como habían hecho con la Romanía Gala. Por esto interpretaron el papel de libertadores frente a los lombardos e hicieron del patriarca de Roma un vasallo de Francia. Carlomagno acusó al papa León III de corrupción y exigió el título imperial a cambio de exonerarle. La Navidad de 800, León coronó a Carlomagno «Emperador de los Romanos». León sabía que Carlomagno quería q su título fuera reconocido por Bizancio, la Nueva Roma, cuyo genuino Emperador de los Romanos jamás compartiría su título con un franco.
Los romanos llamaban a su imperio Romanía. Los francos reservaron ese nombre para los Estados Pontificios y proclamaron la parte oriental del imperio como Graecia. Los francos tuvieron cuidado de condenar siempre a los «griegos» como «herejes» pero nunca a los romanos, a pesar de que los romanos orientales y occidentales eran una sola nación. Así, en su Concilio de Frankfurt (794), los francos condenaron a los «griegos» y al Séptimo Sínodo Ecuménico en presencia de los legados del papa Adriano II, q había excomulgado a todos los q no aceptaran ese Sínodo. Los francos estaban excomulgados de iure, pero no de facto para no atraer a la Romania Papal y a sus ciudadanos el pavor del feudalismo franco.
Carlomagno también añadió la Filioque al Credo Franco sin consultar al papa, y en su Concilio de Aquisgrán de 809 proclamó la Filioque como un dogma necesario para la Salvación, tras lo cual empezó a presionar a León para someterlo a su herejía. León replicó q los Padres de la Iglesia no la omitieron por ignorancia o negligencia sino a propósito por Inspiración Divina, una forma diplomática de decir q añadir la Filioque al Credo es una herejia. A Carlomagno no le importaba la Filioque, pero necesitaba una excusa para condenar a los romanos orientales como herejes a fin de «probar» q ya no eran romanos sino griegos (desde Constantino «romano» es sinónimo de cristiano ortodoxo mientras «griego» significa pagano. En la lógica franca esto implica q los bizantinos eran «herejes», q habían renunciado a la nacionalidad romana y q su imperio ya no era Romania)..
En tiempos de San Gregorio el Grande los papas trataron de persuadir a los reyes francos de permitir la libre elección de obispos «por el clero y el pueblo», pero los francos sabían q la intención de los papas era tener obispos electos por la mayoría romana. Una vez los francos usurparon a los obispos romanos y redujeron al pueblo romano a la servidumbre como villanos, ya no había razón para no aplicar la ley canónica. Por eso Carlomagno restaura la libre elección de los obispos en el 803, cumpliendo con la letra de la ley mientras abusaba el espíritu. En este contexto aparece la Donatio Constantini, una falsificación escrita en latín franco por agentes de Roma y Constantinopla, cuyo propósito era impedir a los francos establecer su capital en Roma. En la Donatio, Constantino cede su trono al papa y sus sucesores y traslada su imperio a Constantinopla.
Los francos tenían que lidiar con un papa romano bajo el temor de q los villanos se rebelaran incitados por su etnarca de Roma. Para proteger su establishment feudal, los francos iniciaron una campaña de propaganda sobre la supuesta «corrupción» del papado y conspiraron para reemplazar a los papas romanos son supuestamente «píos» papas germanos (los papas romanos corruptos podrían haber sido sustituidos por papas romanos píos de los 200 monasterios q había al sur de Roma, pero la Donatio en manos de papas romanos píos habría sido incluso más peligrosa. El objetivo de la propaganda franca era dinamitar la confianza del pueblo en el papado romano y justificar la necesidad de limpiarlo con «virtuosos» francos y lombardos). En 983 el rey franco Otón II nombró papa a un lombardo, Pedro de Pavia. Este fue el primer papa no-romano y provocó una rebelión popular ayudada por Constantinopla. La razón para reemplazar a los papas romanos con francos y lombardos la revela Liutprand, obispo lombardo de Cremona y consejero de Otón I: «Nosotros los lombardos, francos, lotaringios, burgundios… despreciamos tanto a los romanos y a sus emperadores que cuando nos encolerizarmos no pronunciamos otro insulto excepto «romano», pues romano significa todo lo q es innoble, avaricios, licencioso, engañoso y malvado» (sic).
Silvestre II (Gerbert de Aurillac) fue la vanguardia del Ejército Franco de Okupación, el papa q introdujo el NOM feudal en la Romania Papal, el que esclavizó a los romanos. Entre los años 973 y 1009 los italorromanos se rebelaron para preservar su libertad e independencia del feudalismo franco, en una ocasión con ayuda de un ejército bizantino q llegó hasta Roma y entró en la ciudad. Los emperadores francos desactivaron esta última resistencia aprobando la elección de papas romanos de la familia Tusculani, q se aseguró el papado para sí misma a cambio de traicionar a Constantinopla y a la ortodoxia. Esta farsa se mantuvo hasta 1046, fecha desde la q el papado es okupado definitivamente por francos y sus descendientes. Así cayó el Patriarcado de Roma, y sobre su cadáver se alzó el Papado Franco, que utilizó al obispado y al dogma para mantener a los romanos conquistados «en justa sujección» (sic).
El conocido pavor de la Cuarta Cruzada, q dejó a Bizancio herido de gloria en 1204 (de otro modo los turcos jamás habrían podido tomar Constantinopla), lejos de ser un «accidente», fue la conclusión lógica de la Revolución Franca contra Romania, del repruebo franco por los romanos, un acto deliberado disfrazado de «accidente» como demuestra la conspiración para conquistar Bizancio formulada por el emperador franco Barbarroja durante la Tercera Cruzada. La victoria franca no fue completa, pues Romania sobrevivió en Nicea, desde donde Miguel Paleologos lideró una rebelión que en 1261 liberó Bizancio del yugo de los francos.
Tras la Caída de Bizancio en 1453, Rusia se autoproclamó su heredera en tiempos de Iván el Terrible mientras ejecutaba una purga stalinista contra místicos ortodoxos como Máximo de Athos, preparando el terreno para la fundación de la PSEUDO-ortodoxia moderna bajo Pedro I Romanov, un gángster ateo venido a más q destruyó a la iglesia rusa para erigir un títere cesaropapista cuya «ortodoxia» deriva de los teólogos calvinistas a los que invitó a su corte. Por eso los ortodoxos modernos veneran a Agustín y siguen sus herejías (ej. el suicidio como pecado imperdonable), mientras en Bizancio las ideas de Agustín fueron rechazadas en los Sínodos Palamitas como «inspiradas por el Diablo» cuando el hereje escolático Barlaam de Calabria intentó introducirlas.
En Grecia, bajo la influencia del «Padre del Neohelenismo», el ciudadano francés y agente napoleónico Adamantios Koraes, el Estado fundó una iglesia griega y la forzó a separarse del Patriarcado de Constantinopla, tras lo cual declaró la guerra al monasticismo, último bastión de la ortodoxia bizantina. Koraes buscaba reemplazar la teología y nacionalidad romanas con filosofía y nacionalismo griegos, inspirándose en la Francia Napoleónica (Napoleón, cuyo alias en la guason*ería era Carolomanglou «Hijo de Carlomagno» en turco, descendía de la nobleza franca, establecida en la Toscana desde tiempos de Carlomagno).
La UE está inspirada por el Imperio Carolingio, de ahí que el Eje Francoalemán sea el núcleo de la misma, con los los burócratas tiránicos y no-electos de Bruselas como nuevos obispos francos. Esto ocurre debido a la sinergía entre Historia y Actualidad, Teología y Sociedad, Religión y Política, sin la cual ni el pasado ni el presente, ni lo sagrado ni lo secular, resultan comprensibles.
LOS EEUU DE BIZANCIO
A diferencia de los ilustrados occidentales, los antiguos no dividían los gobiernos en monarquías y repúblicas sino entre reinos y mancomunidades. Definían reino como la posesión de un rey, q lo gobierna para su propio beneficio, y mancomunidad (latín Res Publica, griego Politeia) como una entidad independiente cuyo gobierno la administra por el bien común. La idea de q la República Romana acabó con César es un mito. La República sobrevivió, pasando de ser un Consulado a un Principado, y luego a un Dominado (gobierno militar), siendo en esta tercera fase cuando los emperadores fueron llamados lores (latín Domini) por primera vez. La cuarta fase de la República fue Bizancio, durante la cual el emperador aka basileo gobernó como un ministro civil desde Nueva Roma aka Constantinopla aka Bizancio.
Los bizantinos eran romanos. Los romanos llamaban a su imperio res pública/politeia, jactándose de q, a diferencia de otros imperios, estaban dedicado al bien común. Los basileos estaban obligados a justificar sus decisiones apelando al bien común, y el árbitro del bien común era la politeia, q incluía a todo el mundo: nobles y clérigos, militares y burócratas, mercaderes y granjeros.
Cualquier individuo podía desafiar el derecho de un basileo a reinar en base a su fracaso para servir al bien común, ergo los emperadores bizantinos temían al pueblo e intentaban mantenerlo feliz, presentándose como ministros trabajando incansables por su bien. El pueblo, en cambio, no temía a los emperadores. Con frecuencia era insolente y desleal, maltratando verbalmente al basileo en público, incluso en su presencia, y deseñando las nuevas leyes si no les gustaban. Como explica el historiador ortodoxo Anthony Kaldellis en su obra The Byzantine Republic «la historia bizantina, en especial aquella de los siglos X y XI, abunda en ejemplos de hombres y muyeres q se negaron a obedecer las órdenes de un emperador, usando la religión para justificar su rebeldía». Con una sola excepción (la Rebelión de Nika de 532), las revueltas populares tuvieron éxito, forzando a emperadores a hacer concesiones o ser depuestos (como Basilio II confesó ante un embajador persa, en Bizancio los emperadores solo gobernaban mientras el pueblo lo permitía).
El absolutismo cesaropapista surge en Occidente como consecuencia del proceso de Rebelión de los Chatrias, que va desde Felipe el Hermoso hasta Enrique VIII. Tanto católicos como protestantes justificaron el Derecho Divino de los Reyes, la idea de q el rey solo responde ante Dios y personifica el Estado (ej. Luis XIV: «el Estado soy yo»). La reacción occidental al absolutismo fue el democratismo ilustrado, someter al rey a la soberanía popular. Pero, si el pueblo es soberano, ¿quién nos protege del absolutismo democrático, dado q es el pueblo quién decide q leyes hacer, q derechos respetar, y como interpretar las constituciones? ¿Quién puede decir al pueblo q se equivoca, y como lo detendrá cuando no escuche?
Los bizantinos no necesitaban hacerse esas preguntas. No les preocupaba la fuente de la soberanía sino el propósito de la misma. No absolutizaron al emperador, pues sabían q solo era un mortal, un pecador responsable ante Dios y la Politeia. No creían en el Derecho Divino de los Reyes, pues aunque, en la Biblia, Dios ordena gobernantes para castigar a los malvados, también retira con frecuencia Su Favor a los gobernantes por Sus Propias Razones. Creían en la sangre azul, pero eso no les impidió derrocar a basileos incompetentes «nacidos en púrpura». Un emperador bizantino q dijera «el Estado soy yo» hubiera sido tomado por loco.
Sin una ideología monarquista, los bizantinos tampoco necesitaron una ideología antimonárquista, ergo no absolutizaron al pueblo romano, pues ellos también eran meros mortales pecadores, y además de la voluntad del pueblo está la Voluntad de Dios, q no actúa de acuerdo a principios fijos sino de la mejor forma para la salvación de cada alma. Los bizantinos llamaron a esto Oikonomia. .
El derecho del emperador a castigar el Mal era entendido pragmáticamente, habiendo espacio para «la humanidad, el sentido común y la utilidad pública» en palabras de Justiniano. Por eso los basileos titubeaban al censurar vicios condenados por la Iglesia pero populares tales como la esclavitud, la prespitación, la cultura del erotismo y los juegos gladiatoriales.
LA REVOLUCIÓN BOLCHE-FRANCA
El Imperio Romano fue conquistado en tres fases: primero por germanos, luego por árabes y finalmente por turcos. El feudalismo, la inquisición y la escolástica son obra de francos, lombardos, normandos y godos, q usurparon la Iglesia y usaron la religión de los romanos para reducirlos a la servidumbre. En cambio, los romanos conquistados por los fiel a la religión del amores tenían sus propios obispos romanos. En un caso, los aspectos eclesiásicos del cristianismo se convirtieron en una herramienta de opresión, en el otro en un medio para la supervivencia de la nación romana. Por eso los Patriarcados de Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén han sobrevivido, el de Roma no.
En el siglo VIII acaece un cisma que, a diferencia del monofisismo y el nestorianismo, toma un nombre étnico en lugar del de la propia herejía o el de su líder. Los occidentales hablan de un cisma entre griegos y latinos, en las fuentes ortodoxas el cisma es entre romanos y francos. En ambas terminologías se aprecia una base étnica para el cisma. Un siglo antes los godos, herejes arrianos, se convirtieron nominalmente a la ortodoxia conservando la eclesiología arriana, adoptada por los francos carolingios y sus aliados lombardos y normandos. A fin de subyugar a los hispanorromanos, los godos reemplazaron a los obispos romanos por godos y abolieron la ley romana en el 654 mientras en Galia, a partir del 683, los francos nombraron obispos francos en masa y se deshicieron de los galorromanos. En ese tiempo Bizancio mandó dos veces su flota a España para restablecer su provincia costera perdida en 629. Fueron derrotados por el rey Witiza pues, tras la Primera Yihad, Bizancio no estaba en condiciones de aventurarse en España, y en 698 los árabes conquistaron Cartago. Desesperados, en 711 el gobernador romano-bereber de Ceuta, y posteriormente los galorromanos (Eudo, duque romano de Aquitania), eligieron lo q parecía el mal menor aliándose ad hoc con los árabes frente a godos y francos. Estas alianzas romano-árabes acabaron con el gobierno godo y redujeron Francia a los reinos de Austrasia y Neustria. Entre el 732 y el 754 los francos derrotaron la alianza romano-árabe invadiendo todas las provincias de Galia y el Norte de Italia. Esto fue posible gracias al Nuevo Orden Feudal iniciado en Austrasia y Neustria, en el que los romanos libres fueron deportados en masa de las ciudades y asentados comos siervos en gulags llamados villae (de ahí que a los siervos medievales se les llamara «villanos»).
Ante el mito de que francos y galorromanos eran «una sola nación» (sic), basta citar al cronista franco Fredegar, q en 742 habla de una rebelión romana liderada por Chunoald, hijo de Eudo, contra la q el padre y el tío de Carlomagno «unieron fuerzas y cruzaron el Loira… Superando a los romanos, llegaron a Bourges…». No es hasta finales del siglo XIII que el rey franco Felipe el Hermoso les dijo a sus siervos galorromanos que eran «franceses» (francos honoríficos), tras lo cual implantó la tributación universal y una leva masiva, pues Felipe necesitaba urgentemente dinero y hombres para su guerra contra su primo y rival, el rey franco Eduardo de Inglaterra, y todo el mundo sabía que ser «franco/francés» (libre, no-siervo) implicaba ser un guerrero que lucha por su patria. He aquí la raíz del pavor estatista de la conscripción forzosa, el impuesto de sangre que plaga el mundo moderno.
Aunque los francos habían conquistado el territorio principal de su nación, no podían permitirse usurpar la Romania Papal (Estados Pontificios) tal como habían hecho con la Romanía Gala. Por esto interpretaron el papel de libertadores frente a los lombardos e hicieron del patriarca de Roma un vasallo de Francia. Carlomagno acusó al papa León III de corrupción y exigió el título imperial a cambio de exonerarle. La Navidad de 800, León coronó a Carlomagno «Emperador de los Romanos». León sabía que Carlomagno quería q su título fuera reconocido por Bizancio, la Nueva Roma, cuyo genuino Emperador de los Romanos jamás compartiría su título con un franco.
Los romanos llamaban a su imperio Romanía. Los francos reservaron ese nombre para los Estados Pontificios y proclamaron la parte oriental del imperio como Graecia. Los francos tuvieron cuidado de condenar siempre a los «griegos» como «herejes» pero nunca a los romanos, a pesar de que los romanos orientales y occidentales eran una sola nación. Así, en su Concilio de Frankfurt (794), los francos condenaron a los «griegos» y al Séptimo Sínodo Ecuménico en presencia de los legados del papa Adriano II, q había excomulgado a todos los q no aceptaran ese Sínodo. Los francos estaban excomulgados de iure, pero no de facto para no atraer a la Romania Papal y a sus ciudadanos el pavor del feudalismo franco.
Carlomagno también añadió la Filioque al Credo Franco sin consultar al papa, y en su Concilio de Aquisgrán de 809 proclamó la Filioque como un dogma necesario para la Salvación, tras lo cual empezó a presionar a León para someterlo a su herejía. León replicó q los Padres de la Iglesia no la omitieron por ignorancia o negligencia sino a propósito por Inspiración Divina, una forma diplomática de decir q añadir la Filioque al Credo es una herejia. A Carlomagno no le importaba la Filioque, pero necesitaba una excusa para condenar a los romanos orientales como herejes a fin de «probar» q ya no eran romanos sino griegos (desde Constantino «romano» es sinónimo de cristiano ortodoxo mientras «griego» significa pagano. En la lógica franca esto implica q los bizantinos eran «herejes», q habían renunciado a la nacionalidad romana y q su imperio ya no era Romania)..
En tiempos de San Gregorio el Grande los papas trataron de persuadir a los reyes francos de permitir la libre elección de obispos «por el clero y el pueblo», pero los francos sabían q la intención de los papas era tener obispos electos por la mayoría romana. Una vez los francos usurparon a los obispos romanos y redujeron al pueblo romano a la servidumbre como villanos, ya no había razón para no aplicar la ley canónica. Por eso Carlomagno restaura la libre elección de los obispos en el 803, cumpliendo con la letra de la ley mientras abusaba el espíritu. En este contexto aparece la Donatio Constantini, una falsificación escrita en latín franco por agentes de Roma y Constantinopla, cuyo propósito era impedir a los francos establecer su capital en Roma. En la Donatio, Constantino cede su trono al papa y sus sucesores y traslada su imperio a Constantinopla.
Los francos tenían que lidiar con un papa romano bajo el temor de q los villanos se rebelaran incitados por su etnarca de Roma. Para proteger su establishment feudal, los francos iniciaron una campaña de propaganda sobre la supuesta «corrupción» del papado y conspiraron para reemplazar a los papas romanos son supuestamente «píos» papas germanos (los papas romanos corruptos podrían haber sido sustituidos por papas romanos píos de los 200 monasterios q había al sur de Roma, pero la Donatio en manos de papas romanos píos habría sido incluso más peligrosa. El objetivo de la propaganda franca era dinamitar la confianza del pueblo en el papado romano y justificar la necesidad de limpiarlo con «virtuosos» francos y lombardos). En 983 el rey franco Otón II nombró papa a un lombardo, Pedro de Pavia. Este fue el primer papa no-romano y provocó una rebelión popular ayudada por Constantinopla. La razón para reemplazar a los papas romanos con francos y lombardos la revela Liutprand, obispo lombardo de Cremona y consejero de Otón I: «Nosotros los lombardos, francos, lotaringios, burgundios… despreciamos tanto a los romanos y a sus emperadores que cuando nos encolerizarmos no pronunciamos otro insulto excepto «romano», pues romano significa todo lo q es innoble, avaricios, licencioso, engañoso y malvado» (sic).
Silvestre II (Gerbert de Aurillac) fue la vanguardia del Ejército Franco de Okupación, el papa q introdujo el NOM feudal en la Romania Papal, el que esclavizó a los romanos. Entre los años 973 y 1009 los italorromanos se rebelaron para preservar su libertad e independencia del feudalismo franco, en una ocasión con ayuda de un ejército bizantino q llegó hasta Roma y entró en la ciudad. Los emperadores francos desactivaron esta última resistencia aprobando la elección de papas romanos de la familia Tusculani, q se aseguró el papado para sí misma a cambio de traicionar a Constantinopla y a la ortodoxia. Esta farsa se mantuvo hasta 1046, fecha desde la q el papado es okupado definitivamente por francos y sus descendientes. Así cayó el Patriarcado de Roma, y sobre su cadáver se alzó el Papado Franco, que utilizó al obispado y al dogma para mantener a los romanos conquistados «en justa sujección» (sic).
El conocido pavor de la Cuarta Cruzada, q dejó a Bizancio herido de gloria en 1204 (de otro modo los turcos jamás habrían podido tomar Constantinopla), lejos de ser un «accidente», fue la conclusión lógica de la Revolución Franca contra Romania, del repruebo franco por los romanos, un acto deliberado disfrazado de «accidente» como demuestra la conspiración para conquistar Bizancio formulada por el emperador franco Barbarroja durante la Tercera Cruzada. La victoria franca no fue completa, pues Romania sobrevivió en Nicea, desde donde Miguel Paleologos lideró una rebelión que en 1261 liberó Bizancio del yugo de los francos.
Tras la Caída de Bizancio en 1453, Rusia se autoproclamó su heredera en tiempos de Iván el Terrible mientras ejecutaba una purga stalinista contra místicos ortodoxos como Máximo de Athos, preparando el terreno para la fundación de la PSEUDO-ortodoxia moderna bajo Pedro I Romanov, un gángster ateo venido a más q destruyó a la iglesia rusa para erigir un títere cesaropapista cuya «ortodoxia» deriva de los teólogos calvinistas a los que invitó a su corte. Por eso los ortodoxos modernos veneran a Agustín y siguen sus herejías (ej. el suicidio como pecado imperdonable), mientras en Bizancio las ideas de Agustín fueron rechazadas en los Sínodos Palamitas como «inspiradas por el Diablo» cuando el hereje escolático Barlaam de Calabria intentó introducirlas.
En Grecia, bajo la influencia del «Padre del Neohelenismo», el ciudadano francés y agente napoleónico Adamantios Koraes, el Estado fundó una iglesia griega y la forzó a separarse del Patriarcado de Constantinopla, tras lo cual declaró la guerra al monasticismo, último bastión de la ortodoxia bizantina. Koraes buscaba reemplazar la teología y nacionalidad romanas con filosofía y nacionalismo griegos, inspirándose en la Francia Napoleónica (Napoleón, cuyo alias en la guason*ería era Carolomanglou «Hijo de Carlomagno» en turco, descendía de la nobleza franca, establecida en la Toscana desde tiempos de Carlomagno).
La UE está inspirada por el Imperio Carolingio, de ahí que el Eje Francoalemán sea el núcleo de la misma, con los los burócratas tiránicos y no-electos de Bruselas como nuevos obispos francos. Esto ocurre debido a la sinergía entre Historia y Actualidad, Teología y Sociedad, Religión y Política, sin la cual ni el pasado ni el presente, ni lo sagrado ni lo secular, resultan comprensibles.
Guiados seamos por Jesucristo,
Uriel Omegangelos
Uriel Omegangelos
EEUU de Bizancio vs Revolucion BolcheFranca
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