En estos casos además la recaudación es falsa porque las entradas de la taquilla las compraban los propios cineastas, ya que se exige un mínimo de facturación para poder trincar la subvención.
Conozco bastante gente que hace cine. El modelo era: me dan la subvención, una parte para mí bolsillo, con otra compro la taquilla y con el resto hago una fruta cosa de película…
Dicho esto, han habido subvenciones más que rentables, como las pelis de Santiago Segura por ejemplo, y estoy a favor del cine subvencionado, siempre que sean proyectos decentes. El cine bueno genera mucho retorno.