Durante años nos han convencido de que el fracaso era el primer paso hacia el éxito, pero es todo lo contrario

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Chorprecha. No se podía saber:

Durante años nos han convencido de que el fracaso era el primer paso hacia el éxito. Ahora tenemos un problema

La gente tiende a sobreestimar la capacidad de superar un fracaso y eso tiene implicaciones individuales (y sociales)

Javier Jiménez

"Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor". Esas tres frases que se han convertido en el ABC de de la literatura popular de managament y, aunque vienen de un texto de Samuel Becket, no son más que un buen eslogan de algo que se nos repite hasta la saciedad. Que el fracaso tiene, al menos, un lado positivo: es el primer paso hacia el éxito.

Lo interesante es que no parece que sea así.

Los "exagerados beneficios" del fracaso. Un equipo de investigadores de las escuelas de negocios de las universidades de Northwestern, Cornell, Yale y Columbia han estudiado minuciosamente (11 estudios distintos con más 1800 participantes) lo que ellos llaman "los exagerados beneficios" que creemos que tiene el fracaso.

Porque lo creemos. Según sus datos, las personas tendemos a sobreestimar la tasa en la que las personas conseguían un éxito tras un fracaso. Daba igual si hablábamos de profesionales (médicos, enfermeras o abogados) superando un examen profesional, personas con adicción rehabilitándose o personas cambiando de hábitos tras un problema cardíaco... en todos los casos, los participantes de los estudios creían que habría más éxitos tras un fracaso de los que realmente hubo.

No sólo eso, los participantes también tendieron a asumir erróneamente que la gente se enfoca en sus errores y consigue aprender de ellos de cara al futuro. Y digo 'erróneamente' porque, como se explica en el estudio, la realidad es que es difícil aprender de una mala experiencia. El fracaso actúa como desmotivante y como una amenaza a la autoestima. Eso lleva a que se adopten estrategias de autodefensa que dificultan el aprendizaje correcto.

Y esto tiene implicaciones, claro. Según descubrieron los investigadores, lo más interesante es que sobre esas ideas se cimentaba la predisposición de la gente para ayudar a otra gente. Es lógico. La idea de que el fracaso es positivo (y de que aumenta la probabilidad de un éxito futuro) hace que no sintamos especial predisposición a crear mecanismos para ayudar a esos que fracasan.

De hecho, en cuanto los investigadores les facilitaban los datos reales (cuando profesionales no conseguían nunca aprobar el examen, cuantos adictos recaían, cuantas personas seguían exactamente con la misma vida tras un infarto), los participantes se volvían más proclives a apoyar iniciativas de apoyo.

¿Qué se puede aprender de esto? Como explicaba en la NBC Ryan Sultan, director del Mental Health Informatics Lab de la Universidad de Columbia, la lección más importante es que "si hemos fallado en algo, volver a intentarlo no es suficiente". Como dejan claro los investigadores, es más fácil decirlo que hacerlo; pero ser conscientes de que el fracaso no siempre es el primer paso para el éxito es una excelente forma de que sí que pueda llegar a serlo.

 
Lo del fracaso tiene su sentido en cierto contexto

1- Siendo joven
2- Teniendo apoyo que te ayude a reponerte de errores:familia, pasta, fisico (autoestima y caer bien a todo el que te rodea)
3- Teniendo realmente aptitudes que te ayuden a progresar.
 
Depende del grado del fracaso, hay pequeños fracasos y grandes fracasos. Una buena práctica es progresar iterativamente con retroalimentación, es decir, pasar a la acción en vez de pasar mucho tiempo analizando las cosas y si se producen errores o fracasos, ir sorteándolos mientras se sigue avanzando. Por supuesto, es algo totalmente subjetivo porque un pequeño fracaso para una persona puede ser insalvable y para otra simplemente una pequeña piedra en el camino...
 
Pues claro. Si a la primera no lo consigues, no insistas y prueba otra cosa.
 
Pues claro. Si a la primera no lo consigues, no insistas y prueba otra cosa.
Bueno, en negocios el timing es fundamental.
Cosas que no te funcionan ahora, quizás en dos años sí.

Ejemplos:
Las tablets/ipad.
Los cambios de regulaciones.
Los modelos por suscripción.
Los vapers.
Trading en diferentes ciclos.
 
Lo del fracaso tiene su sentido en cierto contexto

1- Siendo joven
2- Teniendo apoyo que te ayude a reponerte de errores:familia, pasta, fisico (autoestima y caer bien a todo el que te rodea)
3- Teniendo realmente aptitudes que te ayuden a progresar.
El tema es ese. Cuánta pasta te cuesta el fracaso.

Si eres un frikinauta en casa que hace una web pensando dar el pelotazo padre y al año ves que has conseguido cero euros y lo dejas, pues sí, has aprendido y puedes volver a empezar mañana. Si el fracaso te arruina para toda tu vida y no puedes volver a tener nada a tu nombre porque te lo embargan, estás estropeado.

El secreto es aprender a hacer guerra barata.
 
Bueno, en negocios el timing es fundamental.
Cosas que no te funcionan ahora, quizás en dos años sí.

Ejemplos:
Las tablets/ipad.
Los cambios de regulaciones.
Los modelos por suscripción.
Los vapers.
Trading en diferentes ciclos.
El timing es fundamental, y por eso el secreto de la mayoría de negocios está en entrar en un nicho que aún está desatendido. El que llega primero tiene una gran ventaja sobre el resto.

Yo encontré un nicho desatendido hace 12 años, metí el morro, me posicioné, empezó a funcionar, empezó a entrar competencia y la apuesta subió. Tuve que contratar una empresa especializada en SEO porque con lo que hacía yo no llegaba, luego tuve que contratar personas dedicadas exclusivamente a dar una atención al cliente inmediata porque si tardaba horas en responder un mail, los clientes se iban a otro sitio, más adelante SEM porque la competencia me enterraba con sus anuncios... No lo hice porque quisiera crecer, sino porque si no lo hacía, la competencia me comía la tostada. La ventaja es que jamás fue pasta de mi bolsillo, siempre fue pasta de los beneficios que ya tenía. Y cada paso fue carísimo. El SEO lo encontré a la segunda, para el SEM tuve que probar con tres agencias distintas, metiendo un montón de pasta mes a mes... Para nada. Hasta que di con los buenos.

Hoy es el día que jodo al mes decenas de miles de euros en proveedores y nóminas. Ya no hay margen para que tres colegas se lancen al ruedo a competir en este sector, ahora el que empiece de cero tiene que meter muuuuucha pasta y cometer muuuuchos errores muy caros antes de descubrir cómo se hacen las cosas bien. Y si aparece alguien con una idea que me desplaza, no tardaré en descubrir lo que hace y replicarlo, metiendo más pasta que él. Los que ya estamos en el ajo tenemos equipos de gente con el ojo ciego pelado en el sector, proveedores que realmente valen la pena y ya hemos cometido esos errores tan caros que te enseñan lo que realmente debes buscar.

Curiosamente hoy quedamos arriba los mismos que estábamos compitiendo hace 10 años.

Muy probablemente el primero que puso una cafetería especializada en las magdalenas aquellas con cosa por encima, fuese el último en cerrar.
 
Última edición:
Con recursos puedes arriesgar más eso es que es de cajón.

Luego también ser flexible, resiliente y disciplinado es fundamental si te embarcas en algo.
 
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Depende de muchas cosas, las principales, percepciones o enfoques del fracaso del entornito, pasta y capacidades del sujeto.

Expongo un caso que os sonará por recurrente.

Un vecino de esos que sus padres aprovecharon bien "los vientos de cola" de esta época, aka turismo, construcción y curro a tope, su papá le montó por lo menos 3 SL en negocios zonales boyantes, uno era inmobiliaria en pleno boom, a todo trapo, buen sitio, buen enfoque comercial, socio-amiguete, contactos ya hechos, presumiendo a todo trapo y mirando por encima del hombro al resto del pueblo... resultado: tuto cagato en menos de dos años y eso bastante antes del 2.008, ¿Porqué? Mucha palabrería pero el nene tiene una kk de vaca por cerebro.

Al tercer negociete los padres, a las puertas de la jubilación, se pusieron al frente a dar el callo, ahora si, para no dejarlo solo y que kkgato de nuevo. El tipo no es ni doritocuevero ni alcohol y drojas ni nada de eso, es simplemente ausencia de circuitos cerebrales aptos para planificar, razonar, etc.

A los pobres padres les hubiese dicho en su día que dejaran de gastarse la pasta de 60.000 en 60.000 euros porque no había nada que hacer, más que intentar montarle negocios en su caso lo más práctico es dejar bastante dinero "atado y bien atado" a ver si con un poco de suerte les sale un nieto con materia gris y para cuando pueda coger el relevo con suerte su padre no ha perdido hasta la camisa.

Típico perfil, hay una burrada de gente así en España, sociable-fantasma que cuando los oyes hablar parece que se vayan a comer el mundo pero en realidad esconden un profundo gilipollismo.

Ya para otro día abrimos hilo sobre la mediocridad auto consciente, donde el sujeto se da cuenta de sus pobres aptitudes y reacciona malmetiendo, saboteando, conspirando y moliendo por envidia a los que si pueden, como mínimo, gestionar una pyme o tener gente a su cargo más de 24h.
 
El timing es fundamental, y por eso el secreto de la mayoría de negocios está en entrar en un nicho que aún está desatendido. El que llega primero tiene una gran ventaja sobre el resto.

[....]

Muy buena explicación =D>

Aunque matizaría algo; cuando hay un nicho nuevo, se puede hacer guerra barata porque hay poca competencia. Pero conforme hay competencia, la guerra se especializa y se 'tecnologiza' y hay que dar saltos verticales (como bien explicas...) para no quedarse en el camino.

El que llega el primero tiene esa posibilidad de tomar buenas decisiones en el momento adecuado con un coste más bajo, pero también en muchos casos son decisiones que le sobrepasan porque se mete en materias que no controla en absoluto. Hace falta mucha visión para que salga bien, y te felicito enormemente porque te saliera.

Pero sí que hay veces que esos pioneros son barridos por otras empresas que, aunque no conozcan bien el nicho, conozcan ese camino de aumentar la inversión o la visibilidad, o tengan la capacidad de mejorar el producto/servicio de forma rápida porque ya lo han hecho otras veces.

Es como que cada vez que toca cambiar el paradigma, se abren oportunidades a otros competidores. Ahora bien, si llevas desde el principio y has aguantado esos tirones, seguramente con experiencia y recursos es mucho más fácil que aguantes futuros tirones...
 
Muy buena explicación =D>

Aunque matizaría algo; cuando hay un nicho nuevo, se puede hacer guerra barata porque hay poca competencia. Pero conforme hay competencia, la guerra se especializa y se 'tecnologiza' y hay que dar saltos verticales (como bien explicas...) para no quedarse en el camino.

El que llega el primero tiene esa posibilidad de tomar buenas decisiones en el momento adecuado con un coste más bajo, pero también en muchos casos son decisiones que le sobrepasan porque se mete en materias que no controla en absoluto. Hace falta mucha visión para que salga bien, y te felicito enormemente porque te saliera.

Pero sí que hay veces que esos pioneros son barridos por otras empresas que, aunque no conozcan bien el nicho, conozcan ese camino de aumentar la inversión o la visibilidad, o tengan la capacidad de mejorar el producto/servicio de forma rápida porque ya lo han hecho otras veces.

Es como que cada vez que toca cambiar el paradigma, se abren oportunidades a otros competidores. Ahora bien, si llevas desde el principio y has aguantado esos tirones, seguramente con experiencia y recursos es mucho más fácil que aguantes futuros tirones...
Mi secreto ha sido siempre no inventar la rueda e ir a por el segundo puesto. No innovo jamás, espero que lo haga la competencia y si le funciona, le copio. Siempre facturaré menos que el ganador, pero a cambio voy a tiro hecho, y aún así es caro de huevones.

Efectivamente la guerra barata dura muy poco, lo que tarda un competidor en empezar a meter pasta en serio. El secreto es que para entonces tengas ya un negocio que funciona y puedas tirar de los beneficios para costear esa "escalada bélica".

En el periodo de guerra barata tienes que ser muy rápido porque siempre dura poco. La ventaja de ser pequeño es que eres muy ágil, y dar un volantazo en el negocio no es tan traumático.
 
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