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Himbersor
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Me gustan ambos, disfruto su lectora, pero no son libros extraordinariamente buenos. La crítica los pone en el top de novelas de la corta historia de la humanidad y los borreguitos obedecen y tragan, porque carecen de pensamiento crítico, nada más. En vez de alabar su innovación y ya, la masa inculta y enajenada no sabe separar las cosas y dice "El Quijote es la mejor novela de la historia y punto." Estos fulastres, zombis culpables de la cosa de sociedad que tenemos, dicen "me leo El Don Quijote al menos una vez al año". Ahá.
A ver, yo respeto que te guste y te lo leas cada vez que vas a hacer aguas mayores pero no es nada especial como obra en sí. Su única trascendencia es la de constituir una de las primeras novelas tal y como las entendemos hoy en día, su parte meta en la segunda parte y poco más. Gente como Jesús G. Maestro se pajean inventándose toda clase de ridículas interpretaciones que no tienen nada que ver con la intención de Cervantes. Pero incluso tomando en cuenta estas interpretaciones, algo que el lector ha de adoptar si ello le ayuda a disfrutar más de la obra en sí, ésta sigue siendo como mucho un buen libro muy influyente en la historia de la literatura y nada más.
Exactamente lo mismo podemos decir de Ulises y su correspondiente vanguardismo. Ese vanguardismo ya no es tal. Los lectores actuales de Ulises han mamado de su influencia desde la cuna. Ulises les sorprende tanto como ver por la carretera un automóvil a gasolina.
Ambos son libros entretenidos, pero a día de hoy todo lo que los hacía especiales ha desaparecido.
A ver, yo respeto que te guste y te lo leas cada vez que vas a hacer aguas mayores pero no es nada especial como obra en sí. Su única trascendencia es la de constituir una de las primeras novelas tal y como las entendemos hoy en día, su parte meta en la segunda parte y poco más. Gente como Jesús G. Maestro se pajean inventándose toda clase de ridículas interpretaciones que no tienen nada que ver con la intención de Cervantes. Pero incluso tomando en cuenta estas interpretaciones, algo que el lector ha de adoptar si ello le ayuda a disfrutar más de la obra en sí, ésta sigue siendo como mucho un buen libro muy influyente en la historia de la literatura y nada más.
Exactamente lo mismo podemos decir de Ulises y su correspondiente vanguardismo. Ese vanguardismo ya no es tal. Los lectores actuales de Ulises han mamado de su influencia desde la cuna. Ulises les sorprende tanto como ver por la carretera un automóvil a gasolina.
Ambos son libros entretenidos, pero a día de hoy todo lo que los hacía especiales ha desaparecido.