Tempestuous
Madmaxista
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- 15 Ene 2014
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...estoy bastante mejor del estado de ánimo (también ayuda el tiempo atmosférico).
Realmente es un tema que me preocupa bastante (el aumento de peso). No solo porque estoy estallando los pantalones vaqueros y todas mis camisetas se me han quedado ajustadas. Es también por una cuestión estética: no me soporto ver rellenito y no tengo dinero para ir al gimnasio; no puedo tampoco hacer dietas especiales: se come lo que hay en casa. Puedo correr y seguir practicando con la bicicleta hasta que pueda moverme con ella, pero para un fumador es bastante duro.
Cuando era niño , adoraba mi delgadez: me distinguía así de toda mi familia: mis padres y mi hermano estaban rellenitos, pero yo escuálido. Claro que mi dieta era casi vegetariana, nunca me atrajo el sabor de la carne.
A decir verdad, ya no quiero ser un palillo, quiero un cuerpo musculoso y ddefinido. Lo que de ninguna manera quiero volver a ser es una ballena rellena de sebo.
Pero señores... es lo que toca. No voy a dejar de tomar los antidepresivos, aunque esté pasando de normal tirando a delgado a lechón de bellota. Me doy ardor de estomago a mí mismo, sí; a mi psiquiatra le importa una fruta cosa, sí; pero el mundo no se acaba este año y tengo tiempo de sobra para adelgazar. Ahora, lo importante es que mi estado de ánimo mejore y sea capaz de salir de esta prisión mental. Aunque salga de ella convertido en vaca frisona...
Realmente es un tema que me preocupa bastante (el aumento de peso). No solo porque estoy estallando los pantalones vaqueros y todas mis camisetas se me han quedado ajustadas. Es también por una cuestión estética: no me soporto ver rellenito y no tengo dinero para ir al gimnasio; no puedo tampoco hacer dietas especiales: se come lo que hay en casa. Puedo correr y seguir practicando con la bicicleta hasta que pueda moverme con ella, pero para un fumador es bastante duro.
Cuando era niño , adoraba mi delgadez: me distinguía así de toda mi familia: mis padres y mi hermano estaban rellenitos, pero yo escuálido. Claro que mi dieta era casi vegetariana, nunca me atrajo el sabor de la carne.
A decir verdad, ya no quiero ser un palillo, quiero un cuerpo musculoso y ddefinido. Lo que de ninguna manera quiero volver a ser es una ballena rellena de sebo.
Pero señores... es lo que toca. No voy a dejar de tomar los antidepresivos, aunque esté pasando de normal tirando a delgado a lechón de bellota. Me doy ardor de estomago a mí mismo, sí; a mi psiquiatra le importa una fruta cosa, sí; pero el mundo no se acaba este año y tengo tiempo de sobra para adelgazar. Ahora, lo importante es que mi estado de ánimo mejore y sea capaz de salir de esta prisión mental. Aunque salga de ella convertido en vaca frisona...
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