El que hayan exageraciones e informaciones infundadas no quita ningún peligro a los radionúclidos emitidos. Nadie puede negar que radionúclido artificial que ingieras, inhales o, de cualquier modo, adsorbas significa, prácticamente seguro, un cáncer en más o menos tiempo. Escudarse en que es difícil demostrar sin dudas la incidencia atribuible en el caso de esta incontrolada difusión de radionúclidos artificiales, es no querer reconocer las cosas como son. Lo más o menos "diluidos" que estén sólo se traduce en más o menos probabilidades de ingerirlos, inhalarlos o adsorberlos. No me gusta esa "ruleta rusa" que, por demás, no es necesaria y es totalmente ineficiente (carísima, especialmente si consideramos toda la dimensión temporal de sus "secundarismos").
Las cosas como son.
Las cosas como son.