Derechos de autor e informática de confianza

Ultramontano

Madmaxista
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1 Jul 2011
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Hace escasamente 1 año descubrimos, gracias a wikileaks,
quien estaba detrás de las nuevas iniciativas legales que pretenden llevar la defensa de los derechos de autor un paso mas allá de lo que la mayoría juzgaría razonable, con la ley Sinde y artefactos similares. Como no, hablamos del gobierno de los Estados Unidos, o mas bien de aquellos capaces de ejercer gran influencia en él . Pero, ¿no os habeis preguntado nunca por qué Estados Unidos está tan interesado en implantar esta legislación hasta el punto de presionar tan fuertemente a gobiernos extranjeros? Porque no cabe duda de que las presiones que han recibido nuestros políticos han debido ser enormes, dado el desarrollo que han tenido los acontecimientos. No hay mas que ver la politica del PP o CIU, que comenzaron oponiendose firmemente a esta ley para después acabar aprobándola. O íncluso del mismo PSOE, de donde surgió la iniciativa, a pesar de la oposición interna de ciertos sectores del partido, y que tras perder las elecciones se negó a desarrollar para pasarle la "patata caliente" al PP, habida cuenta de la fuerte oposición popular a esta ley.

Todos aquellos que suelan mantenerse informados están acostumbrados a observar las presiones que ha ejercido el gobierno de los Estados Unidos sobre la politica interna de otros paises, pero normalmente estas presiones se limitaban a los asuntos que podian influir en su propia seguridad nacional o de gran importancia económica. En España, estas presiones se han limitado a temas como la interrupción o limitación en el desarrollo de una potente industria nuclear (tanto civil como militar), la entrada en la OTAN y el mantenimiento de las bases, el no desarrollo y subsiguiente compra de material militar USA, o las trabas al incipiente programa aeroespacial (cohete capricornio). El hecho de que Estados Unidos se haya inmiscuido en estos temas puede resultar indignante, pero comprensible, dado que el control militar, energético y tecnológico son el trípode en el que basa su supremacía mundial y los medios con los que impone el petrodólar, especialmente desde que se consumó el declive su antaño potente industria.

Por eso resultan llamativos los grandes esfuerzos que en los últimos tiempos se están tomando para la protección de los derechos de autor, una industria que ni es estratégica ni resulta especialmente beneficiada con las últimas proposiciones legislativas. Bien es cierto que la llamada industria del entretenimiento genera una parte significativa del PIB estadounidiense, sólo la industria cinematográfica genera anualmente cerca de 30.000 millones de dólares, a lo que hay que sumar los 56.000 millones de los videojuegos, la editorial, la musical y demás.

Pero se equivocarían si pensasen que la finalidad de estas iniciativas es la defensa de estos sectores. Puede que los mas simples de entre los representantes y gestores de la industria del ocio crean en la necesidad de estan medidas para conservar su negocio, pero aquellos que se mueven en los pasillos de Washington y toman las decisiones son lo suficientemente inteligentes para comprender que lo que el cine necesita no es enrocarse en un modelo de negocio que ha sido superado por el tiempo y las nuevas tecnologías, sino una legislación que le permita adaptarse a lo que demanda el mercado. En otras palabras, no necesitan que se cierre Megavideo, sino que éste les pague una cantidad razonable por lo que hace. Estoy seguro que existe una gran mayoría de usuarios que estarían dispuestos a pagar, digamos 10, 15 ó incluso 20 dólares al mes por tener "barra libre" de películas al estilo de lo que muchos ya hacían para disfrutar de cuentas "premium", mas aún si asi se garantizase la calidad del material ahí alojado. Esto no sólo sería un parche en la fuga de ingresos que están sufriendo las productoras, sino una autentica oportunidad de aumentar enormemente los ingresos. A dia de hoy no es mucha la gente que se gaste mas de 20 € al mes en ir al cine, ya que esto sólo te permite ver 3 ó 4 películas. Pero una plataforma digital de este tipo te permitiria ver todo lo que quisieses durante ese periodo a lo que sin duda mucha gente se apuntaría. La clave es que con este sistema el coste de reproducción es absolutamente marginal, las grandes productoras se ahorrarian el coste de distribución, las salas de cine y sus carísimos equipos de proyección, las copias de las películas, etc. Una vez hechas la películas el coste de que un espectador vea 1 ó 1000 es el mismo. Si esperan que la gente vuelva en masa a pagar 10 euros por una película lo llevan claro, si por el mismo precio se ofrecen todas las que quieras, probablemente la gente acepte, y para ellos el coste es el mismo.

Este tipo de plataformas hace tiempo que funcionan en el mundo de los videojuegos (como Steam), o de la música (Spotify). No creo que nadie pueda dudar de su viabilidad en el mundo del cine.

No, definitivamente el fin último de estas iniciativas no es la protección de la industria del entretenimiento. La clave de todo esto como muchos ya habreis pensado es la industria del software y el control de internet en si mismo.
Los grandes creadores de software llevan tiempo desarrollando la llamada "informatica de confianza", tambien llamada informática traicionera por sus detractores.

http://www.gnu.org/philosophy/fsfs/free_software.es.pdf


La idea técnica subyacente a la informática traicionera es que el ordenador incluya un dispositivo de encriptación y de firma digital, cuyas claves permanecerían en secreto. (La versión de Microsoft se llama «palladium»). Los programas propietarios usan este dispositivo para controlar qué programas puedes ejecutar, a qué documentos o datos puedes acceder y a qué programas se los puedes tras*ferir. Estos programas descargarán continuamente nuevas reglas de autorización a través de Internet e impondrán dichas reglas automáticamente en tu trabajo. Si no permites que tu ordenador obtenga las nuevas reglas periódicamente de Internet, algunas aplicaciones dejarán de funcionar automáticamente. Por supuesto, Hollywood y las empresas discográficas planean usar la informática traicionera para «DRM» («Digital Restriction Management», [«Administración de Restricciones Digitales»]), de modo que los vídeos y la música descargados puedan ser reproducidos sólo en un ordenador específico. Será completamente imposible compartir, al menos sin usar los archivos autorizados que tendrías que obtener de dichas compañías.

"Los procesadores de texto como Microsoft Word podrían usar la informática traicionera cuando guardes tus documentos para asegurarte de que ningún procesador de texto de la competencia pueda leerlos. En la actualidad debemos averiguar los secretos del formato Word mediante laboriosos experimentos, para que los procesadores libres puedan leer sus documentos. Si Word cifra los documentos usando la informática traicionera cuando los guarda, la comunidad del software libre no tendrá la posibilidad de desarrollar software para leerlos —y si pudiéramos, esos programas podrían ser prohibidos por la Digital Millennium Copyright Act. Los programas que usen la informática traicionera descargarán continuamente nuevas reglas de autorización desde Internet e impondrán dichas reglas en tu trabajo. SI A MICROSOFT, O AL GOBIERNO DE EEUU, NO LES AGRADA LO QUE DICES EN UN DOCUMENTO, PODRÁN PUBLICAR NUEVAS RESTRICCIONES INCLUYENDO A TODOS LOS ORDENADORES PARA QUE PROHÍBAN QUE ALGUIEN LEA DICHO DOCUMENTO. Cada ordenador obedecerá cuando descargue las nuevas instrucciones. Su escrito estará sujeto a una supresión retroactiva estilo 1984. Hasta usted podría ser incapaz de leerlo."

Ciertamente, -podrán pensar algunos- que tengan la posibilidad técnica de hacer algo no implica que quieran o vayan ha hacerlo. Pero legislar confiando en la buena fe de los politicos y las empresas no es probablemente la mejor de las ideas.

"Podrías pensar que puedes averiguar qué cosas sucias hace una aplicación de informática traicionera, estudiar cuan dañinas son y decidir si aceptarlas o no. Sería ingenuo aceptarlas, pero el problema es de tal magnitud que no podrás resistir mucho tiempo. Una vez dependas del uso del programa, estarás enganchado, ellos lo saben; entonces pueden cambiar las condiciones del acuerdo. ¿Puedes confiar en tu ordenador? Algunas aplicaciones descargarán automáticamente actualizaciones que harán algo diferente —y no te darán la posibilidad de elegir si quieres la actualización o no. Hoy por hoy, puedes evitar las limitaciones del software propietario no usándolo. Si ejecutas GNU/Linux u otro sistema operativo libre y si evitas instalar aplicaciones propietarias sobre él, entonces estarás al mando de lo que tu ordenador hace. Si un programa libre tiene una característica malévola, otros desarrolladores de la comunidad la suprimirán y podrás usar la versión corregida. Puedes también ejecutar aplicaciones y herramientas libres en sistemas operativos no libres; esto no te proporciona una plena libertad, pero muchos usuarios lo hacen.
La informática traicionera pone en peligro la existencia de los sistemas operativos y las aplicaciones libres, en la medida en que ya no podrás ejecutarlas de ninguna forma. Algunas versiones de la informática traicionera requerirán que el sistema operativo esté específicamente autorizado por alguna empresa particular. Los sistemas operativos libres no podrán ser instalados. Algunas versiones de la informática traicionera requerirán que cada programa sea específicamente autorizado por el desarrollador del sistema operativo. No podrás ejecutar aplicaciones libres en tales sistemas. Si averiguas cómo hacerlo y se lo dices a alguien podría constituir un delito."



Ya en 2002 fue propuesta la Consumer Broadband and Digital Television Promotion Act (o CBDTPA) por la que todos los ordenadores deberían funcionar con la llamada informatica traicionera y PROHIBIRÍA LA CONEXIÓN DE ORDENADORES ANTIGUOS A INTERNET.

SOPA y PIPA son sólo un intento más de una larga lista de intentos (algunos frustrados y otros no) de legislar contra el bien común en beneficio de unos pocos. La hoja de ruta está ya trazada, en nuestras manos está el permitirles llevarla a cabo.
No sé a vosotros, pero a mi no me gusta nada el futuro que quieren imponernos.
 
Esque pagar por ver King Kong o Avatar en un pantallón,vale.

Pero pagar por ver en un pantallón Torrente o Mentiras y obesas.....hay que ser fulastre.
 
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