La generación langosta ha arrasado este país no sólo económicamente sino también psicológicamente.
Hasta tal punto de que el funcionariado ya es un tratamiento psiquiátrico, al que todo apaleado del sector privado acude cuando se rinde ante la adversidad de la vida.
Aspirar a ser funcionario hoy en día, en la mayoría de casos no tiene detrás nada de vocacional. Simplemente se trata de gente que se ha rendido y acepta sumisamente la píldora roja. Siendo plenamente consciente de que la tarea que le van a encomendar como funcionario, no aporta nada a la sociedad, lo más seguro es que ni le motive ni le guste y además de ello sabe que se convertirá en un nuevo lastre económico para su país.
Pero aún así, no duda y egoístamente, prefiere su "salvación individual'.
" Y el que venga detrás que arree"
El rendido laboral, escoge su modalidad de funcionario con la que por afinidad se identifica o en la que ya tiene un familiar o conocido que le ha vendido las bondades de lo bien que vive y tira para adelante con su "sueño" de ser funcionario.
Ya hace tiempo que para mucha gente , trabajar, ha perdido todo sentido, al margen de subsistir, porque aunque tengas un empleo cualificado, te esfuerces y seas competente, responsable. No es que ello te vaya a sacar de pobre, es que apenas te permitirá vivir.
Por eso la gente se está olvidando del desarrollo profesional y los méritos. El nuevo objetivo vital es tener una economía de subsistencia. Por este motivo las personas evitan las complicaciones y buscan desesperadamente el sueldito de funcionario aunque sea en una posición absurda e irrelevante. Pero segura y cómoda. No harán dinero ni nada admirable en la vida, pero serán otra ruedecita dentada del engranaje ideológico y no les faltará de comer.
Fuera del paraguas rojo de papá Estado todo es inestabilidad, precariedad y sufrimiento.
El mensaje ha calado tan profundo, que ya hasta los chavales que acaban ADE, a lo máximo que aspiran es a aprobar una oposición.
La generación langosta con sus abusivos precios de las propiedades hace inviable para la siguiente generación, adquirir o alquilar una vivienda y pagarla trabajando en un plazo de tiempo razonable. Impide que quede renta para formar una familia o hacer cualquier otra cosa que no convierta la única obra de tu vida en algo que no sea pagar un pisito.
Para colmo nos han llenado las aulas de los niños de jovenlandeses y neցros ( por cierto, con los que sus nietos no quieren estar) . Y los padres de estos jovenlandeses y neցros constituyen un nuevo ejército de paguiteros y cobrasubsidios , otro lastre impuesto, a los que hay que sumar 10 millones y medio de nóminas de pensionistas cada mes y tres millones doscientos mil funcionarios ( más de la mitad de ellos completamente inútiles y prescindibles).
Al final hay que elevar tanto los impuestos, para mantener a tanto parásito que quitan las ganas de trabajar a la gente. Es un clima demasiado hostil para el emprendimiento. Si no hay posibilidad de enriquecerse trabajando, la gente opta por la seguridad y trabajar lo mínimo posible, que es en esencia la filosofía de la mentalidad funcionaril.
Entonces el desastre como sociedad está servido, porque todo el mundo intenta trabajar lo mínimo posible y lo único que va a dar un plus a sus rentas será aprovecharse de los demás vía sablazos. La cultura del esfuerzo, la mejora continua y los nobles ideales que deberían guiar a la sociedad desaparecen por el desagüe.
Básicamente, la redistribución de la riqueza penaliza al que se esfuerza en pro del que se toca los bemoles. Esto es plenamente desmotivador.
Unos pensionistas, cuya pensión en algunas comunidades autónomas ya supera el salario medio.
Gente con una pensión de infarto y 5 pisos alquilados siendo mantenida por el remero. Reclama y exige que su pensión suba lo que la inflación además de Sanidad, viajes y medicamentos gratis... Donde vamos?... Son jubilados o las vacas sagradas de la India?
La generación langosta con tal de asegurar su jubilación ha llevado los precios de las cosas básicas hasta un límite tan absurdo que el esfuerzo que hay que realizar para mantener su bienestar y" calidad de vida" Pagándoles precios abusivos por pisos, alquileres, locales, naves industriales...Le ha quitado las ganas de vivir o hacer cualquier cosa a las siguientes 2 generaciones.
Está muy bien cuidar de la abuela entre todos. Pero cuando la situación implica que los dos padres y los dos hijos tengan que ir todo el día como locos para que la abuela pueda hincharse de paellas y sangría.... Tenemos un problema.
El sistema de pensiones ya se percibe como una estafa piramidal. Cada vez menos gente va a querer colaborar con esto.
No tiene sentido luchar por un país que no tiene ninguna expectativa de poder ir a mejor en algo.
Cada día más regulaciones absurdas, para mantener más funcionarios absurdos, que mantienen y provocan más situaciones injustas para acabar manteniendo económicamente a personas que no lo necesitan o que directamente no quieres que estén ni cerca de tus hijos.
La gente renuncia porque la gestión de las cosas ha sido tan desastrosa durante tanto tiempo que ya nada tiene sentido.
Saludos,