Si no lo buscan es buena solución:
Trozos, al arcón y se van sacando poco a poco los trozos congelados para ir enterrándolos en cualquier parte, en el campo, siempre en una localización diferente, hasta que no quede nada.
En una gran ciudad existe el inconveniente de las dichosas cámaras de vigilancia, así que llevarse el cadáver de una vez puede cantar en algún sitio. De poco a poco, haciendo vida normal no debería de haber problema, hasta que el arcón quede vacío y lo mandes al reciclaje.
Naturalmente, al llevarse trozos, hay que dejar el móvil en casa, y no usar uno de esos coches modernos con conexión.