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- Garbanzos. Esta legumbre alimentaba a todas las clases sociales y era la base del popular cocido. Fernando VII lo comía a diario.
- Callos y pistos. Las vísceras eran un manjar. Como las pepitorias, pistos y gachas. De la huerta madrileña: fresas y espárragos (Aranjuez), melones (Villaconejos).
- Bacalao. No faltaba en las mesas el pescado: en salazón o fresco (había "pozos de nieve" en la ciudad).
- Fritangas y escabeches. Buñuelos, rosquillas y escabeches eran consumidos en tabernas y romerías.
- Vino de Valdepeñas. Los madrileños, más dados al vino que su criticado gobernante Pepe Botella, bebían caldos manchegos y de Arganda o Navalcarnero. El aguardiente, de Chinchón.
Te puedo decir que en esa época tanto las ostras como la langosta se consideraban de baja estofa, más en Inglaterra y EEUU que aquí, un dato que me flipó bastante. Junto a la ginebra, garantía de ácido úrico elevado y gota cual noble
...de los calamares fritos en aceite de oliva recalentado del dia anterior y de tres y de cinco días antes. Gracias a la potente fritada y al poder calórico que el aceite hirviendo alcanza los esteres volátiles de la iniciada putrefacción de los calamares son totalmente consumidos (cual compuestos termolábiles que son) y la materia, así tras*formada, se ingiere sin peligro alguno y con evidente delicia.
Los productos de la tierra, y como no, los de la "matanza", que no se nos olvide
Hasta que se acababan..
Besugo,si, besugo, eso que hoy pagamos a precio de oro era un pescado de tercera y lo fue hasta bien entrado el siglo XX