Comida para pobres

Ser pobre no significa comer mal o poco.

Una de mis recetas favoritas cuando vivía en otro país era la pizza precocida. Puedes ponerle lo que tengas o lo que puedas, y siempre quedará bien. He visto gente que le pone hasta doritos encima.
 

Somos mayoría de hombres en este hilo. Tendrás que entender que no todos somos casapapis y que nos tenemos que cocinar nosotros la comida.

Y me viene hablando de hormonas un niñato imberbe. Lo que hay que ver...doh!
 
El pollo que ahora es una comida para pobres , hasta hace pocos años era un lujo que sólo se comía en las bodas .

No existían las incubadoras ni la cría industrial y por lo tanto para comer un pollo tenía que nacer de una gallina clueca y criarse durante más de un año. En las ciudades sólo lo comían los ricos, en las aldeas que tenían gallinero , se comían las gallinas viejas que dejaban de poner bemoles.

La carne más habitual era conejo y lechón, pero como no había neveras , el lechón se conservaba en salazón. Sólo se daban un festín el día de la matanza y luego a lo largo del año , un trozo de tocino de vez en cuando. La carne de vaca o ternera era otro lujo inalcanzable . Vacas viejas y enfermas que ya no podían tirar del arado ni daban leche.

No se pierdan esta interesante historia de como se inventó el pollo Broiler que actualmente se consume por miles de millones cada año.
Es uno de los seres vivos más abundantes del planeta además del humano, pero tienen una esperanza de vida de dos meses.

Cómo el pollo conquistó España

En los Superpulgarcito de Navidad permitían que la historieta de Carpanta acabase felizmente y el pobre por fin se sentaba en una mesa para comerse un pollo o un pavo asado
 

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Mi familia materna era de Madrid. Y sí me contaba que se vendían los pavos en Navidad. Pavos vivos que llevaban de los pueblos. Supongo que también pollos y capones, etc. Qué tiempos, te los llevabas a casa, los matabas y desplumabas. Recuerdo a mi abuela, que siempre prefería pavitas pequeñas, pasarse todo el día de Nochebuena, desde la mañana, preparando no sé qué, y luego le inyectaba de vez en cuando a la pava coñac o una mezcla de coñac con los propios jugos del asado. Una jeringa de las antiguas,de cristal, de las reutilizables que se ponían a hervir.. También nos ponía ella las inyecciones de antibióticos que mandaba el médico cada dos por tres. Pero supongo que no sería la misma. Se me ocurre ahora:oops
 
Bueno eso es un lujo!!!

Ahora que lo pienso, los bemoles en salmuera, tan fácil como cocer bemoles y ponerlos en un tarro con salmuera, el típico tarro de esos de 5litros de aceitunas, que ya no hay en la barra de ningún bar y contra más tiempo estaba más rico estaba.

Ese era mi placer de niño, el papi(un riojano dueño de un bar) me lo daba los domingos, por qué claro, los niños de antes podíamos pasar al bar, pero pedir algo NO.....
 
Mi familia materna era de Madrid. Y sí me contaba que se vendían los pavos en Navidad. Pavos vivos que llevaban de los pueblos. Supongo que también pollos y capones, etc. Qué tiempos, te los llevabas a casa, los matabas y desplumabas. Recuerdo a mi abuela, que siempre prefería pavitas pequeñas, pasarse todo el día de Nochebuena, desde la mañana, preparando no sé qué, y luego le inyectaba de vez en cuando a la pava coñac o una mezcla de coñac con los propios jugos del asado. Una jeringa de las antiguas,de cristal, de las reutilizables que se ponían a hervir.. También nos ponía ella las inyecciones de antibióticos que mandaba el médico cada dos por tres. Pero supongo que no sería la misma. Se me ocurre ahora:oops

todos esos ceremoniales eran para darle valor al trabajo de ama de casa .

Una especie de tesis doctoral que hiciese sentir a las mujeres importantes y conocedoras de secretos y pócimas .

Por ejemplo el tema de planchar es algo que no me cabe en la cabeza la obsesión de las mujeres. Les hace sentir bien un trabajo mecánico y rutinario , emulando las decenas de miles de años que se pasaron moliendo semillas entre dos piedras.

Yo pongo la lavadora sin centrifugado , luego tiendo las camisas bien estiradas sujetadas por las pinzas y al cabo de unas horas están secas y planchadas . no planché jamás en mi vida. ni permito que nadie me planche.
 
todos esos ceremoniales eran para darle valor al trabajo de ama de casa .

Una especie de tesis doctoral que hiciese sentir a las mujeres importantes y conocedoras de secretos y pócimas .

Por ejemplo el tema de planchar es algo que no me cabe en la cabeza la obsesión de las mujeres. Les hace sentir bien un trabajo mecánico y rutinario , emulando las decenas de miles de años que se pasaron moliendo semillas entre dos piedras.

Yo pongo la lavadora sin centrifugado , luego tiendo las camisas bien estiradas sujetadas por las pinzas y al cabo de unas horas están secas y planchadas . no planché jamás en mi vida. ni permito que nadie me planche.


Ja, ja. Pues a mí me gusta planchar. Es de las cosas que más me gustan de la casa. Puedes escuchar cosas interesantes mientras, tranquilamente. Con una tabla alta y cómoda. Las sábanas planchadas, pues las pones y están tersas y da gusto. Y mientras están en el cajón, ocupan menos. Lo que ya no hago como mi progenitora es planchar hasta las toallas. Tampoco las doblo tan bien como ella, que las doblaba como e tríptico y dejaba el centro del embozo que era lo que se veía. Como si salieran del paquete de la tienda. Yo las doblo y las plancho dobladas y chimpún. Y eso, con una tabla cómoda. Mi progenitora ponía una sábana encima de la mesa camilla y se acabó.
También me gusta planchar camisas, los canesús, las mangas, todo eso.
No es que se diera importancia a las mujeres porque sí. Me daría con un canto en los dientes si supiera hacer la cuarta parte de lo que ella hacía. Las mujeres multiplicaban el salario del marido. Confeccionaban la ropa de vestir, la cosida, la tejida. Las sábanas, las cortinas, los manteles. Pintaban la pared, pegaban el papel pintado. Eran estupendas, y valían su peso en oro.
 
Ja, ja. Pues a mí me gusta planchar. Es de las cosas que más me gustan de la casa. Puedes escuchar cosas interesantes mientras, tranquilamente. Con una tabla alta y cómoda. Las sábanas planchadas, pues las pones y están tersas y da gusto. Y mientras están en el cajón, ocupan menos. Lo que ya no hago como mi progenitora es planchar hasta las toallas. Tampoco las doblo tan bien como ella, que las doblaba como e tríptico y dejaba el centro del embozo que era lo que se veía. Como si salieran del paquete de la tienda. Yo las doblo y las plancho dobladas y chimpún. Y eso, con una tabla cómoda. Mi progenitora ponía una sábana encima de la mesa camilla y se acabó.
También me gusta planchar camisas, los canesús, las mangas, todo eso.
No es que se diera importancia a las mujeres porque sí. Me daría con un canto en los dientes si supiera hacer la cuarta parte de lo que ella hacía. Las mujeres multiplicaban el salario del marido. Confeccionaban la ropa de vestir, la cosida, la tejida. Las sábanas, las cortinas, los manteles. Pintaban la pared, pegaban el papel pintado. Eran estupendas, y valían su peso en oro.

y sobre todo estructuraban la vida de las personas y toda la sociedad, porque los hogares es lo que le da sentido a la vida.

La gente no es consciente que los pisos compartidos o la soledad en un chalet adosado es la deconstrucción de la persona , de la familia, de España y de occidente entero . Es el sueño del marxismo , convertir a las personas en herramientas productivas donde su única vida sea la empresa, la productividad y pagar impuestos para ser robados por élites extractivas.

en relación a planchar, te gusta porque eres mujer.

Jamás en la vida se me ocurriría doblar una sábana bajera y mucho menos plancharla. hago una bola y la aplasto al fondo del armario.

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