"La Internacional del Oro se resignó a reactivar la economía, pero existían dos precondiciones para cualquier plan en ese sentido. En primer lugar, todo dinero creado para superar el problema de la deficiencia de poder adquisitivo tenía que pertenecer en su totalidad a los Bancos de la Internacional del Oro. En segundo lugar, cualquier defensa de, o exposición de un medio o teoría de reactivación, había de ser tan oscurecida como para impedir el reconocimiento de Douglas. El diagnóstico de Douglas fue aceptado; sin embargo su solución asociada era anatema.
La primera condición fue satisfecha fácilmente. Los gobiernos no poseían mecanismo alguno disponible para crear crédito independientemente, a pesar de los Bancos Centrales. Éstos fueron poblados desde su fundación con personal dependiente de la Internacional del Oro. Siendo esto así, todo lo que Keynes había de hacer era no defender ningún medio de creación de crédito independientemente de la fraternidad de la Banca establecida."