En China ni envidian ni desprecian a occidente, de hecho saben perfectamente que occidente es la otra gran civilización, y miran con pena cómo destruimos Europa llenándolo todo de jovenlandésnegros.Da igual lo que hagan, ya lo tienen perdido, si se cierran sobre sí mismos volverán lentamente a la era de las hambrunas o al aislacionismo extremo pero si no hacen nada, la decadencia occidental les arrasará en una generación.
Es muy simple de entender, no hacer nada y comportarse como un snob es enormemente más atractivo como ideal de vida que matarse a trabajar siendo (de comportamiento) una cucaracha envarada para, en el mejor de los casos, hacerse un viajecito exótico de un mes una vez al año. A eso hay que sumarle la enorme envidia del resto del mundo a los occidentales: bajo su cara de oler cosa, sus aires de superioridad jovenlandesal y sus continuos desprecios hacia lo que consideran inferior hay una psicología que a los españoles nos resulta muy conocida, la envidia tipo latinita por querer ser como uno y ver que por mucho que lo intenten no pueden conseguirlo.
Todo el mundo quiere ser Grecia y Roma (más Grecia que Roma) pero continúan imitándolo haciendo de la exhibición de dinero y poder su buque insignia cuando lo que admiran secretamente es justo lo contrario. Todas esas ciudades jovenlandesas llenos de dorados grotescos y ordinarios son, en el fondo, envidia a Grecia y por ende Occidente, lo mismo con latinis y chinos y a los jovenlandeses se la rezuma porque no llegan ni al nivel mínimo de poder sentir una envidia sostenida en el tiempo hacia un objetivo abstracto (de ahí su obsesión con la concreta e identificable raza blanca) Si hasta la historia del popla elegido es una historia de envidia (aunque mucho mejor llevado por su persistencia fanática contra lo que consideran su enemigo)
A nosotros nos pasa lo mismo pero las envidias fluyen entre norte y sur de Europa, así todo queda en casa: el sur admira-desprecia la objetiva mentalidad norteña (un poco autista) y el norte pasa la vida intentando justificar que, en el fondo, no siguen siendo unos bárbaros venidos a más.
Por mucho que haga el partido chino va a tener difícil cambiar la mentalidad de sus jóvenes cuando ven a golpe de clic que en una parte del mundo otros igual de inteligentes que ellos pero más guapos, sociables y divertidos tienen también una historia que hace palidecer su imperio de 5000 años y aún así se pueden permitir ser decadentes, ingenuos y -la palabra mágica- gentiles sin perder ni un ápice de su atractivo.
Ser algo banal y superficial es una maldición que nos hace extinguirnos como sociedad (lo estamos sufriendo) pero como también sabemos muy bien los hombres es lo que convierte a "alguien" en un objeto de deseo. Los europeos (principalmente) seguimos siendo las chicas Instagram y tiktok del resto del mundo, no tenemos su respeto pero sí su envidia y su secreto deseo de ser como nosotros (y, desgraciadamente, amarnos e hibridar)
¡Quién iba a pensar que ser un pavo real nos podría llegar a salvar!
-Ya sé que lo de las envidias va a escocer a más de uno pero es que es evidentísimo en cuanto cruzas cuatro palabras con cualquiera de fuera-
Te aseguro que los chinos no quieren que China sea como occidente, y eso no significa que odien o no respeten a los occidentales,pero saben perfectamente que ahora es occidente el que está en decadencia.