Burbuja de población.

Escrito en el Grundrisse de Marx:

La sobrepoblación "es una relación determinada históricamente,que no está determinad en absoluto por números abstractos o por el límite absoluto de la productividad de los productos necesarios para vivir,sino por los límites impuestos por condiciones de producción específicas".Son estos límites-la especulación salvaje o el biofuel- los que están detrás de la subida de los precios.
Es imposible que pautas de crecimiento del consumo de décadas puedan causar que se duplique los precios en un anho.Pero es un buen argumento para enganhar a los pringaos.:D
 
Exactamente, es un razonamiento económico corazonudo. En los países pobres los hijos son un bien de inversión, mientras que en los países ricos son bienes de consumo. Ahora bien, a medida que países como India o Pakistán eleven su PIB, renta per cápita y en general las condiciones de vida mejoren la tasa de natalidad caerá (todo ello suponiendo que les dé tiempo a progresar tanto dada la inminente debacle petrolífera).

Sobre el exceso de población, veamos a Malthus por ejemplo. Él decía que la población crece de forma exponencial, mientras que los recursos de forma lineal. Gráficamente cuando se produce la intersección entre ambas curvas, el punto de corte es el punto de crisis.

malthus.gif


Aunque sus primeras predicciones fallaron, no hay duda de que el modelo que elaboró mete miedo. La mejora que supuso la curva logística presentada unos post más arriba...:(. El ajuste va a ser doloroso.

Malthus era un sociopata sin muchas luces.Mira lo que escribió:

"We cannot,in the nature of things,assist the poor,in any way,without enabling them to rear up to manhood a greater number of children".

Sociopatía pura.El problema es la mala distribución de la riqueza,y no la superpoblación.No sabéis que una minúscula minoría es duenha de la mayoría de los recursos?

De todas formas a los que no os creéis sociopatas sino cientificos maltusianos,predicad con el ejemplo:suicidaros.Yo ,por mi parte,me apretaré si de verdad hace falta pero no voy a renunciar a mi humanismo.
 
Escrito en el Grundrisse de Marx:

La sobrepoblación "es una relación determinada históricamente,que no está determinad en absoluto por números abstractos o por el límite absoluto de la productividad de los productos necesarios para vivir,sino por los límites impuestos por condiciones de producción específicas".Son estos límites-la especulación salvaje o el biofuel- los que están detrás de la subida de los precios.
Es imposible que pautas de crecimiento del consumo de décadas puedan causar que se duplique los precios en un anho.Pero es un buen argumento para enganhar a los pringaos.:D


Mucho me temo que "la carcoma del socialismo", como lo definió Proudhom en su tiempo, ante su árbol del crecimiento infinito y su creencia irrefrenable en el consiguiente progreso, le impidió ver el bosque de -y le devuelvo su cita- los límites impuestos por condiciones de producción específicas
que evidentemente se dan de cuernos contra un mundo finito como estamos atisbando, sólo atisbando, por ahora...
 
Mucho me temo que "la carcoma del socialismo", como lo definió Proudhom en su tiempo, ante su árbol del crecimiento infinito y su creencia irrefrenable en el consiguiente progreso, le impidió ver el bosque de -y le devuelvo su cita- los límites impuestos por condiciones de producción específicas
que evidentemente se dan de cuernos contra un mundo finito como estamos atisbando, sólo atisbando, por ahora...

Que el mundo sea finito no significa que el ser humano no pueda adaptar su consumo al mismo lo más sosteniblemente posible.Mi jardín es siempre igual de grande y me da patatas todos los anhos.El problema grave son los grandes vividors capitalistas.
 
Que el mundo sea finito no significa que el ser humano no pueda adaptar su consumo al mismo lo más sosteniblemente posible.Mi jardín es siempre igual de grande y me da patatas todos los anhos.El problema grave son los grandes vividors capitalistas.


Veamos: DE acuerdo en lo de tu jardín y sus patatas, pero piensa si con el mismo jardín y con más comensales alguien no se iba a comer patatas al bar de la esquina...
 
Existen catorce mil religiones diferentes, y no creo que todas tengan el mismo credo respecto a la picanteidad y a los anticonceptivos. Lo que siempre se cumple es que los paises pobres tienen una natalidad alta y los desarrollados baja, sean estos ateos, protestantes, ortodoxos, católicos, budistas, etc.

Claro que los paises pobres son los que mas natalidad tienen y es donde las religiones , sean del signo que sean, tienen más penetración entre la población, a parte de que van de la mano de las viejas tradiciones que prolongan el viejisimo modelo piramidal patriarcal, de tener hijos para mantener a su población vieja, además casi todas las grandes religiones, son contrarias a los metodos anticonceptivos, con lo cual realimentan una y otra vez el proceso endemico, más hijos, más pobreza, más miseria, más ignorancia, más guerras internas, más enfermedades, más mano de obra barata ,más procesos migratorios, etc,etc.

De todo este circulo vicioso, ganan principalmente las grandes fortunas y las religiones en sus cupulas de poder estan ligadas a esas grandes fortunas.
 
Última edición:
Veamos: DE acuerdo en lo de tu jardín y sus patatas, pero piensa si con el mismo jardín y con más comensales alguien no se iba a comer patatas al bar de la esquina...

El jardín hay que trabajarlo,si hay dos trabajando el rendimiento aumenta.El problema,repito son la minoría minúscula que se han aduenhado de la mayoría de los recursos.Si hay una buena distribución de la riqueza(si hubiera) nos las arreglaríamos mejor y hasta,quizá,cambiaría la mentalidad de modo que disfrutariamos ayudándonos en vez de estafándonos.

El problema es el que tiene en vez de un jardín dos mil y no los trabaja él,pero come más que nadie.
 
Debo aclarar al resto de conforeros que cuando inicié el hilo sabía que me metía en un posible berenjenal, dado que va contracorriente hablar de un tema prácticamente tabú tanto a izquierda como a derecha.

El pensamiento "correcto" pasa por el buen rollito, el no pasa nada, todo se arreglará, que no cunda el pánico, etc.

La realidad es que, si se apaga la tele, se deja de leer la prensa del pesebre, si se desconecta uno de tópicos, lugares comunes, intereses varios, etc. y se piensa un poco, se llega a la conclusión a poco que se disponga de una serie de datos, de que hemos sobrepasado la capacidad de carga del planeta. ¿O no es así? Con independencia de especuladores del hambre y de más cosas, la cuestión que debiera preocuparnos es que el mundo dispone de 50 millones de kilómetros cuadrados de terrenos de cultivo y sólo 50 millones.

Hasta ahora se ha incrementado la productividad de estos terrenos gracias a los abonos de orígen fósil. Eran económicos y están dejando de serlo, no por especulación (algo de eso hay), sino porque la demanda de petróleo supera la oferta. No hay que buscar villanos en esta historia. En todo caso el villano no es otro que unas reservas de hidrocarburos que son finitas...

Hemos alcanzado el límite de la producción de alimentos (FAO dixit). No hemos alcanzado el límite de la producción de seres humanos. Ese es el drama y que no vengan los canallas de ciertas ONG con la lágrima de cocodrilo al respecto. El futuro (que ya es presaente como estamos viendo), es la hambruna.

Una maldición china (muy diplomática por cierto) dice:

"ASI VIVAS TIEMPOS INTERESANTES"
 
La realidad es que, si se apaga la tele, se deja de leer la prensa del pesebre, si se desconecta uno de tópicos, lugares comunes, intereses varios, etc. y se piensa un poco, se llega a la conclusión a poco que se disponga de una serie de datos, de que hemos sobrepasado la capacidad de carga del planeta. ¿O no es así? Con independencia de especuladores del hambre y de más cosas, la cuestión que debiera preocuparnos es que el mundo dispone de 50 millones de kilómetros cuadrados de terrenos de cultivo y sólo 50 millones.

Aunque disposiera de alguna más la realidad es la misma. El planeta es finito y los recursos son finitos. El ser humano no tiene otro competidor, por lo que se extiende consumiendo todos los recursos a su alcance.

Es sólo cuestión de tiempo llegar al desastre.
 
Malthus vivió en el siglo XVIII, no lo olvidemos. De todas formas de esa cita se extrae, creo yo, una crítica a las leyes de pobres que tanto detestó.

Un saludo.

Sí señor. Siglo XVIII, en plena Revolución Industrial (¿o habría que hablar de contrarrevolución?), que dió alas al brutal incremento de la población...

Añadir que el tal Malthus -que no inventó la cerveza de malta-, hijo de un pastor protestante, aristocrático sin ser aristócrata, engreído y lactante por chupóptero a cuenta de la sangre y el sudor de los pobres de su tiempo, tenía razón en su teoría de la disparidad de velocidaddes entre el crecimiento de la población y el de los recursos.

Cabe hacer mención de que por aquellos tiempos España (actualmente Hispanistán), andaba por los 10 millones de habitantes y pasaban hambre.

Piensen ustedes sobre lo anterior, en especial sobre el incremento de población (de 10 a 50+-) y con unos campos de pena y petróleo cada vez más caro...
 
Claro que los paises pobres son los que mas natalidad además casi todas las grandes religiones, son contrarias a los metodos anticonceptivos, con lo cual realimentan una y otra vez el proceso endemico, más hijos, más pobreza, más miseria, más ignorancia, más guerras internas, más enfermedades, más mano de obra barata ,más procesos migratorios, etc,etc.

De todo este circulo vicioso, ganan principalmente las grandes fortunas y las religiones en sus cupulas de poder estan ligadas a esas grandes fortunas.

La única religión que se muestra contraria a los métodos anticonceptivos es la católica, y quizá la ortodoxa. Algunas corrientes del religiondelamor se muestran en contra, y otras allá cada uno. El hinduismo y el budismo no se mete en esos temas.

Las bombas demográgicas, se encuentran en Asia y África, donde el catolicismo ha tenido poco que ver.
 
Es un tocho pero muy interesante. Recomendado.

La capacidad de carga revisada

Se hizo así evidente que la naturaleza, en un futuro no muy lejano, debe instituir procedimientos de bancarrota contra la civilización industrial y quizá contra la creciente cosecha de carne humana, simplemente como la naturaleza ya ha hecho muchas otras veces a otras especies consumidoras de detritus, con posterioridad a su exuberante expansión y en respuesta a los depósitos de ahorro que sus ecosistemas habían acumulado antes de que tuviesen la oportunidad de comenzar a agotarlos… Habiéndose convertido en una especie superdetritívora, la humanidad quedó destinada no solamente a su sucesión, sino a la quiebra.-

William R. Catton Jr.
Overshoot ("Sobrecarga"), 1980

“Los ecologistas definen ‘capacidad de carga’ como la población de una determinada especie que un hábitat definido puede soportar indefinidamente, sin dañar permanentemente el ecosistema del que son dependientes. Sin embargo, debido a nuestra variable tecnológica cultural y los diferentes modelos de consumo y comercio, no se puede aplicar para los seres humanos un simple conteo de individuos vinculado a un territorio. La capacidad de carga humana tiene que ser interpretada como la tasa máxima de consumo de recursos y descarga de residuos que se puede sostener indefinidamente sin desequilibrar progresivamente la integridad funcional y la productividad de los ecosistemas principales, sin importar dónde se encuentren estos últimos. La correspondiente población humana es una función de las relaciones entre el consumo material y la producción de residuos per capita o la productividad neta dividida por la demanda per capita (Rees 1990). Esta formulación es un ajuste sencillo de la ‘Tercera Ley de la Ecología Humana’, de Hardin (1991):

(Impacto humano total sobre la ecosfera) = (Población) x (impacto per capita)

Las anteriores versiones de esta ley son de Ehrlich y Holdren, quienes reconocen también que el impacto humano es un producto de la población, de la afluencia (consumo) y de la tecnología: I =PAT (Impacto = Población · Afluencia · Tecnología) (Ehrlich y Holdren 1971; Holdren y Ehrlich 1974). El asunto importante aquí es que una tasa dada de disponibilidad de recursos puede sustentar a poca gente con un buen nivel de bienestar o a más gente en niveles de subsistencia.

Ahora, la inversa de la capacidad de carga tradicional proporciona una estimación de las exigencias de capital natural en términos de territorio productivo. En vez de preguntarse qué población puede soportar una región determinada de forma sostenible, la pregunta es ¿cuánta tierra productiva y agua de los diferentes ecosistemas se necesita para mantener la población de una región determinada indefinidamente y con los niveles de consumo actuales?

Nuestros datos preliminares para las regiones desarrolladas sugieren que el consumo primario per capita de alimentos, productos madereros, combustible y capacidad de procesamiento de residuos en forma continuada, exige hasta varias hectáreas de ecosistema productivo, cuya cantidad exacta depende de los niveles promedios de consumo (esto es, del flujo de utilización de recursos). Este promedio per capita ‘planetoide personal’ se puede utilizar para estimar el área total exigida para mantener a una población dada. William Rees llama a este área conjunta la “huella ecológica” relevante de una comunidad sobre la tierra (ver figura 20.2) (Rees 1992).

Este acercamiento desvela que la tierra ‘consumida’ por las regiones urbanas es, típicamente y como mínimo de un orden de magnitud mayor que la que contienen sus demarcaciones políticas o el área construida asociada. Esas brillantes estrellas económicas que son las ciudades son, sin embargo, un agujero zaino entrópico absorbiendo recursos materiales concentrados y la producción de baja entropía de una amplia zona dispersa muchas veces superior al tamaño de la ciudad en sí. Citando a Vitousek et al. (1986), decimos que los asentamientos (de población) muy densos ‘se apropian’ de la capacidad de carga de cualquier lugar del planeta y tanto del pasado como del futuro (Wackernagel 1991).

La región del valle Lower-Fraser de Vancouver, en la Columbia Británica, sirve como ejemplo. Simplificando, se puede considerar el uso ecológico de la región boscosa y arable para alimentación doméstica, productos forestales y consumo de energía fósil en sí misma: suponiendo un promedio de la dieta canadiense y las prácticas normales de gestión, se requieren 1,1 hectáreas de tierra per capita para producción alimenticia, 0,5 hectáreas para productos forestales y se exigirían 3,5 hectáreas para producir la energía de biomasa (etanol) equivalente al consumo per capita actual de energía fósil Además, se requiere un área comparable de bosque templado exclusivamente para asimilar las actuales emisiones de CO2 per capita (ver ‘Calculando la huella ecológica’). Así, para soportar solamente su alimentación y el consumo de energía fósil, el millón setecientos mil personas de la región exigirían, de forma conservadora, unos 8,7 millones de hectáreas de tierra en producción permanente. El valle tiene, sin embargo sólo 400.000 hectáreas. Por tanto, la población de esta región, ‘importa’ la capacidad productiva de al menos unas 22 veces la superficie de tierra que ocupa ahora para mantener sus estilos de vida (ver figura 20.3). Con unos 425 habitantes por Km2 la densidad de población del valle es comparable a la de Holanda (442 peronsas/km2) [pags. 369-371]

Incluso con consumos per capita generalmente menores, los países europeos viven mucho más allá de sus posibilidades ecológicas. Por ejemplo, la población de Holanda (ver figura 20.4) consume los recursos de una tierra productiva unas 14 veces mayor de la existente dentro de sus propias fronteras (aproximadamente unos 110.000 km2 para alimentación y productos forestales y 360.000 km2 para energía (datos básicos del World Resources Institute, WRI de 1992). [pág. 374]

Nuestra huella ecológica

La Huella Ecológica es la medida de la “carga” impuesta por una determinada población sobre la naturaleza. Representa el territorio necesario para sostener los niveles dados de consumo de recursos y deshecho de residuos de esa población.

Hace algunos años, leí acerca de una especie de pequeña avispa de los bosques que vivía de las setas. Parece que cuando una avispa hembra va pululando y pasa sobre el tipo adecuado de seta, deposita sus cigotos en ella. Casi inmediatamente, los cigotos se incuban y los pequeños gusanos comienzan a comerse literalmente su propia casa y hogar. Los pequeños gusanos crecen rápidamente, pero algo singular sucede de repente. Los cigotos de los propios ovarios de las larvas se incuban cuando aún están dentro de sus inmaduras madres. Esta segunda generación de gusanos partogénicos consumen rápidamente a sus propios padres y después rompen los cascarones para continuar alimentándose de las setas. Este proceso aparentemente horripilante se puede repetir a sí mismo durante otra generación. No se necesita mucho tiempo para que la seta entera quede llena de gusanillos retorciéndose y saturado de sus propios desechos corporales. La explosiva población de avispas jóvenes consume virtualmente su hábitat al completo, lo que es la señal para que las larvas más maduras se conviertan en crisálidas. Los pocos individuos que logran surgir como adultos maduros abandonan después volando su desmoronado lugar de nacimiento, para comenzar de nuevo el proceso una y otra vez.

Escribimos este libro con la creencia de que el raro ciclo de vida de las avispas de la seta puede ofrecer una lección a la humanidad. La fantástica estrategia reproductiva de las pequeñas avispas aparentemente ha evolucionado en condiciones de una extrema presión competitiva. Las buenas setas (como los buenos planetas) son difíciles de encontrar. La selección natural ha favorecido, por tanto, a aquellos ejemplares de avispas y sus rasgos reproductivos que tuvieron más éxito a la hora de apropiarse de los bienes disponibles de los recursos esenciales (la seta) antes de que la competencia llegase o se pudiese incluso llegar a establecer.

No hay duda de que los seres humanos tienen también una vertiente competitiva y que la selección natural y sociocultural ha favorecido históricamente a aquellos individuos y culturas que han tenido más éxito en el control de los recursos y en explotar la munificencia de la naturaleza. Hay también muchas evidencias arqueológicas e históricas de que, al igual que con las superpobladas setas, muchas culturas han colapsado por el peso de su propio éxito. Las sociedades humanas como la Mesopotámica, la Maya o la de los habitantes de la Isla de Pascua, que se han expandido temporal y espacialmente, se arruinaron al sobrepasar la capacidad de su entorno para mantenerlos. Como las avispas de los bosques, agotaron sus hábitats locales. La Humanidad, sin embargo, ha sobrevivido en su conjunto, porque había siempre otras “setas” por doquier en la Tierra, hablando en términos figurados, capaces de mantener a las personas.

En la actualidad, la humanidad se ha convertido, por supuesto, en una cultura global, dirigida cada vez más por una filosofía de expansionismo competitivo, una cultura que está avasallando y consumiendo la tierra. El problema es que, a diferencia de las avispas, incluso el más rellenito y rico de todos nosotros no dispone de medios para abandonar el marchito casco de nuestro hábitat una vez que lo ha consumido, y no existe una evidencia de que haya otra “seta” como la Tierra en nuestro bosque galáctico.

La buena noticia es que, también a diferencia de las avispas, los humanos disponen del regalo de la conciencia y de la elección inteligente, y conocer nuestras circunstancias es una invitación al cambio.

El primer paso hacia la reducción del impacto ecológico, es reconocer que la crisis medioambiental no es tanto un problema medioambiental o técnico, como un problema social y de conciencia. Por tanto, se puede resolver únicamente desde la perspectiva de soluciones sociales y de comportamiento. En un planeta finito, con esta capacidad de carga humana, una sociedad movida fundamentalmente por el individualismo egoísta tiene el mismo potencial de sostenibilidad que un batallón de escorpiones agitados en una botella. Los seres humanos son organismos ciertamente competitivos, pero también son seres socialmente cooperativos. Desde luego no es una ironía menor (aunque parezca que muchos asesores políticos no se han dado cuenta de ello) que algunas de las sociedades que han tenido mayor éxito económico y competitivo, han sido aquellas que mejor han cooperado internamente, aquellas que poseían mayores reservas de capital social y cultural.

Nuestro objetivo principal al escribir este libro es resaltar que nosotros, los humanos, no tenemos otra elección que la de reducir nuestra “Huella Ecológica”. Esperamos transmitir también nuestra total confianza en los inmensos recursos del espíritu humano. La gente tiene un gran potencial que descubrir a la hora de enfrentarse a los más grandes retos de nuestra seguridad colectiva. Como William Catton dijo en 1980 en su clásico libro, Sobrecarga: “Si, habiendo sobrepasado la capacidad de carga, no podemos impedir el choque, quizá con un entendimiento ecológico de sus causas reales, podamos mantenernos como seres humanos en circunstancias que de otra forma, nos hubieran tornado en bestias”. Por supuesto creemos que enfrentarnos a la realidad de la sobrecarga ecológica, nos forzará a descubrir y ejercitar aquellas cualidades especiales que distinguen a los humanos de otras especies sensibles, y convertirnos en verdaderamente humanos. En este sentido, el cambio ecológico global puede muy bien resultar nuestra última gran oportunidad de probar que existe vida verdaderamente inteligente en la Tierra

La gigamuerte (gigadeath)

BATIMORE (9 de febrero de 1996). Si los seres humanos no pueden controlar su explosivo crecimiento de población en el próximo siglo, lo harán las enfermedades y el hambre, han concluido los ecologistas de la Universidad de Cornell, a partir de un análisis de los menguantes recursos.

"Un sombrío futuro, sin suficiente tierra cultivable, agua y energía para producir alimentos para 12.000 millones de seres se puede evitar y aún no está muy cercano", dijo un preocupado David Pimentel (el 9 de febrero) en la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia (American Association for the Advancement of Science -AAAS-), en una sesión sobre “¿Cuántas personas puede soportar la Tierra?”. Las tecnologías agrícolas respetuosas con el medio ambiente no serán suficientes para asegurar una adecuada cantidad de suministros a las futuras generaciones, a menos que el crecimiento de la población humana sea restringido simultáneamente, dijo el profesor de ecología de Cornell, hablando a los investigadores autores del informe “El impacto del crecimiento de población sobre el suministro de alimentos y el medio ambiente.”

La “población óptima” que la Tierra puede soportar con un aceptable nivel de vida es menos de dos mil millones, incluyendo a menos de 200 millones en los Estados Unidos, recalcó el científico de Cornell. Pero si la población mundial alcanza los 12.000 millones, como se predice para dentro de 50 años, al menos 3.000 millones estarán malnutridos y serán vulnerables a las enfermedades, según determinó el análisis de los recursos de Cornell. El futuro agrícola del planeta -con una decreciente productividad de las cosechas- se puede ver en la China actual, sugirió Pimentel.

China posee ahora 0,08 hectáreas de tierra de cultivo per capita, comparadas con el promedio mundial de 0,27 hectáreas y las 0,5 hectáreas per capita consideradas el mínimo para una dieta diversa como la que disponen los habitantes de los EE UU y Europa. Cerca de un tercio de las tierras de cultivo del planeta se han abandonado en los últimos 40 años, debido a que la erosión las hace improductivas, dijo.

La competición por los suministros menguantes de agua dulce también se están intensificando, concluyeron los ecologistas de Cornell. La producción agrícola consume más agua dulce que cualquier otra actividad humana (alrededor del 87 %) y un 40% de la población mundial vive en regiones que compiten directamente por un agua que se consume más rápidamente de lo que se restablece. Es más, la escasez de agua exacerba los problemas sanitarios, señaló el análisis de los ecologistas. Cerca de un 90% de las enfermedades en los países en vías de desarrollo provienen de la falta de agua potable. A escala mundial, se contraen unos 4.000 millones de enfermedades cada año por el agua (en malas condiciones) y unos 6 millones de personas mueren por enfermedades derivadas del agua en mal estado, dijo Pimentel. “Cuando la gente enferma de diarrea, malaria u otra enfermedad seria, se pierde entre el 5 y el 20% de su ingestión a causa de la enfermedad” dijo.

Los precios de los combustibles fósiles subirán a medida que los suministros se vayan agotando. Mientras que los EE UU pueden permitirse importar más petróleo cuando sus reservas se agoten en los próximos 15 ó 20 años, los países en vías de desarrollo no pueden hacerlo, dijo Pimentel. “Actualmente, el alto precio de importación de los combustibles fósiles hace para los agricultores pobres difícil, sino imposible, la irrigación y el suministro de fertilizantes y pesticidas. Los análisis fueron dirigidos por Pimentel, profesor de entomología y de ecología en el Colegio de Agricultura y Ciencias de la Vida, en Cornell; Xueven Huang, un alumno del colegio; Ana Cordova, una estudiante graduada en el Colegio de Agricultura y Marcia Pimentel, investigadora en la División de Ciencias Nutricionales de Cornell.

Los ecologistas señalaron dos alarmantes tendencias: al mismo tiempo que la población mundial crece geométricamente, la disponibilidad de granos per capita, que representa el 80% de la alimentación mundial, ha estado cayendo en los últimos 15 años. Las exportaciones desde los pocos países que ahora disponen de los recursos para producir excedentes cesarán cuando cada bocado se necesite para alimentar a sus propias crecientes poblaciones, predijeron los ecologistas. Esto causará un cierto malestar económico a los EE UU, que cuentan con las exportaciones de alimentos para equilibrar su balanza de pagos. Pero el dolor real despedazará a las naciones que no podrán crecer lo suficiente, dijo Pimentel. “Cuando se alcancen los límites globales biológicos y físicos de la producción nacional, la importación de alimentos no será una opción viable para ningún país”, dijo. “En este momento la importación de alimentos para los ricos sólo se podrá mantener privando de alimentos a los pobres sin poder”

http://www.crisisenergetica.org/staticpages/capacidad_carga.htm
 
debo Aclarar Al Resto De Conforeros Que Cuando Inicié El Hilo Sabía Que Me Metía En Un Posible Berenjenal, Dado Que Va Contracorriente Hablar De Un Tema Prácticamente Tabú Tanto A Izquierda Como A Derecha.

El Pensamiento "correcto" Pasa Por El Buen Rollito, El No Pasa Nada, Todo Se Arreglará, Que No Cunda El Pánico, Etc.

La Realidad Es Que, Si Se Apaga La Tele, Se Deja De Leer La Prensa Del Pesebre, Si Se Desconecta Uno De Tópicos, Lugares Comunes, Intereses Varios, Etc. Y Se Piensa Un Poco, Se Llega A La Conclusión A Poco Que Se Disponga De Una Serie De Datos, De Que Hemos Sobrepasado La Capacidad De Carga Del Planeta. ¿o No Es Así? Con Independencia De Especuladores Del Hambre Y De Más Cosas, La Cuestión Que Debiera Preocuparnos Es Que El Mundo Dispone De 50 Millones De Kilómetros Cuadrados De Terrenos De Cultivo Y Sólo 50 Millones.

Hasta Ahora Se Ha Incrementado La Productividad De Estos Terrenos Gracias A Los Abonos De Orígen Fósil. Eran Económicos Y Están Dejando De Serlo, No Por Especulación (algo De Eso Hay), Sino Porque La Demanda De Petróleo Supera La Oferta. No Hay Que Buscar Villanos En Esta Historia. En Todo Caso El Villano No Es Otro Que Unas reservas De Hidrocarburos Que Son Finitas...

Hemos Alcanzado El Límite De La Producción De Alimentos (fao Dixit). No Hemos Alcanzado El Límite De La Producción De Seres Humanos. Ese Es El Drama Y Que No Vengan Los Canallas De Ciertas Ong Con La Lágrima De Cocodrilo Al Respecto. El Futuro (que Ya Es Presaente Como Estamos Viendo), Es La Hambruna.

Una Maldición China (muy Diplomática Por Cierto) Dice:

"asi Vivas Tiempos Interesantes"

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¿quién votaría a ese partido político?

Genial el hilo, soy partidario del decrecimiento, aunque igual es algo tarde.
Para llevarlo a cabo habría que controlar la natalidad, tal vez quitando la "subvenciones" a las familias numerosas. Por supuesto, a los ignorantes/irresponsables(véase teorías maltusianas) que tuvieran más hijos que los que pudieran mantener habría ponerles a trabajar jornada doble.
Debido a la falta de recursos, habría que prohibir vacaciones, paseos en coche y todo aquel gasto de recursos innecesario.
La competitividad no es eficiente, habría que cambiar de sistema económico...

Creo que no existe actualmente ningún partido político que apoye lo anterior, pero, si existiera, ¿creeis que alguien le votaría?
 
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