No creo que la solución al amuermamiento del cine español sea que vengan de Jolibud a enseñarnos nada. De hecho, es obvio que si buenos directores de aquí van a trabajar allí (J.A. Bayona, Collet-Serra, Fresnadillo, ...) es porque conocen su oficio. Por otra parte, no faltan buenos narradores como Rodrigo Cortés, Sorogoyen, Alex de la Iglesia y otros. El problema del cine español es el que ya han apuntado varios comentarios: o se subordina a un enfoque ideológico o está condenado a la marginalidad. Quien quiera ir por libre caerá en cuanto no pueda mantener el nivel de taquilla que haga rentable su obra. Ahí está el drama de Victor Erice, un genio de la imagen que solo ha podido rodar tres películas en cinco décadas, una de ellas incompleta, pero todas obras maestras incuestionables. En Italia un consorcio de productoras y televisiones acordó en su día sufragar el cine de Fellini aunque no diera beneficios porque no concebían que un artista de su talla sobreviviera rodando publicidad. Aquí a algunos no les queda ni ese recurso. Súmese a eso nuestro masoquista auto-desprecio, la endogamia del sector y tres o cuatro vicios ancestrales más y el panorama da pena.