Dalmancio
Himbersor
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Porque:
1. Este modelo de vida individualista y nihilista posmoderno está llegando a su fin. Las altas tasas de depresión, suicidios y sentimientos de soledad entre las personas jóvenes (18-30 años) y no tan jóvenes (30-40) evidencian como estamos llegando al límite de lo que una sociedad puede aguantar. Los jovenes acabarán buscando conexiones humanas reales y no digitales por fuerza propia para vencer la soledad; y para vencer al nihilismo buscarán la religión. Ambas cosas, además, les ofrecerán el natural sentido de identidad y pertenencia que la posmodernidad sin naciones ni fronteras en que han crecido les ha arrebatado, y que es ciertamente la causa de muchos de sus males psicológicos.
2. El uso de las redes sociales fuerza la polarización y el extremismo al crear cámaras de eco, al mismo tiempo que concede el privilegio individualista de poder elegir libremente con quién quieres relacionarte. Esto produce que las nuevas generaciones sean mucho más selectivas que las anteriores y al mismo tiempo más extremistas. De ahí que vaya a surgir una nueva gran cantidad de grupos pequeños y con vínculos fuertes entre sus miembros pero desapegados del resto de la sociedad.
3. El empobrecimiento creciente de gran parte de la población y la agudización de problemas antiguos como el terrorismo y la inmi gración islámica, y la generación de otros nuevos como más guerras o conflictos limitados en suelo europeo o una fuerte crisis económica, obligarán a los jóvenes a desechar la actitud que reza "esto no va conmigo" y que a continuación se dedica egoístamente a sus hobbys y ocupaciones sin creer que le deba nada al mundo. Ya no podrán sostener esta actitud porque los problemas les afectarán ya demasiado directamente; a ellos (dificultades para encontrar un piso), a ellas (problemas con extranjeros de los que ya sabemos), a sus amigos (uno que se suicida de un día para otro), a sus padres (pensiones míseras) y a sus barrios (falta de mantenimiento de estructuras ante la falta de dinero y personal cualificado).
Preveo sectas de todo tipo, tanto religiosas como políticas. Mesianismos a tutiplén, resurreción de gnosticismos varios, suicidios rituales en grupo y cultos religiosos militaristas de extrema derecha liándose tiroreos aquí y allá.
Una sociedad fragmentada a nivel grupal; pero no individual, como ahora.
1. Este modelo de vida individualista y nihilista posmoderno está llegando a su fin. Las altas tasas de depresión, suicidios y sentimientos de soledad entre las personas jóvenes (18-30 años) y no tan jóvenes (30-40) evidencian como estamos llegando al límite de lo que una sociedad puede aguantar. Los jovenes acabarán buscando conexiones humanas reales y no digitales por fuerza propia para vencer la soledad; y para vencer al nihilismo buscarán la religión. Ambas cosas, además, les ofrecerán el natural sentido de identidad y pertenencia que la posmodernidad sin naciones ni fronteras en que han crecido les ha arrebatado, y que es ciertamente la causa de muchos de sus males psicológicos.
2. El uso de las redes sociales fuerza la polarización y el extremismo al crear cámaras de eco, al mismo tiempo que concede el privilegio individualista de poder elegir libremente con quién quieres relacionarte. Esto produce que las nuevas generaciones sean mucho más selectivas que las anteriores y al mismo tiempo más extremistas. De ahí que vaya a surgir una nueva gran cantidad de grupos pequeños y con vínculos fuertes entre sus miembros pero desapegados del resto de la sociedad.
3. El empobrecimiento creciente de gran parte de la población y la agudización de problemas antiguos como el terrorismo y la inmi gración islámica, y la generación de otros nuevos como más guerras o conflictos limitados en suelo europeo o una fuerte crisis económica, obligarán a los jóvenes a desechar la actitud que reza "esto no va conmigo" y que a continuación se dedica egoístamente a sus hobbys y ocupaciones sin creer que le deba nada al mundo. Ya no podrán sostener esta actitud porque los problemas les afectarán ya demasiado directamente; a ellos (dificultades para encontrar un piso), a ellas (problemas con extranjeros de los que ya sabemos), a sus amigos (uno que se suicida de un día para otro), a sus padres (pensiones míseras) y a sus barrios (falta de mantenimiento de estructuras ante la falta de dinero y personal cualificado).
Preveo sectas de todo tipo, tanto religiosas como políticas. Mesianismos a tutiplén, resurreción de gnosticismos varios, suicidios rituales en grupo y cultos religiosos militaristas de extrema derecha liándose tiroreos aquí y allá.
Una sociedad fragmentada a nivel grupal; pero no individual, como ahora.
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