Quien ha tenido el gusto de disfrutarla sabe que la gloria era un lugar especial de la casa, el lugar que conseguía reunir a la familia
al calor de la gloria para charlar, jugar o ver la televisión.
Este
antiguo sistema de calefacción todavía combate hoy en día los fríos inviernos en algunos pueblos de Castilla y León y particularmente en Palencia.
Muchos podrían pensar que el
suelo radiante es un invento relativamente moderno, pero lo cierto es que los sistemas de superficie radiante se llevan utilizando para calentar las casas desde hace más de dos mil años. Ya en la época de los romanos existían construcciones similares a la gloria, denominadas
hipocausto y que se utilizaban principalmente para calentar las termas romanas. Algún ejemplo de estas curiosas construcciones las encontramos en las
Villas Romanas de Palencia:
La Olmeda y La Tejada.
La
gloria como tal se populariza en la Edad Media y a día de hoy son muchas las casas castellanas que la conservan y la usan diariamente para calentarse; otros muchos son los que la han recuperado ante los elevados precios de la luz y el carburante.
La gloria no es más que una
galería hueca excavada bajo la casa, donde se prende una pequeña
hoguera a base de leña y trabajo manual o papel de periódico con la finalidad de que el
aire caliente que se desprende en la combustión recorra dichos conductos y caliente de este modo el suelo de las habitaciones por debajo de las cuales circula. El suelo, una vez caliente, irradia lentamente ese calor en las habitaciones y el humo nocivo sale al exterior de la vivienda por una chimenea vertical, sin entrar en la vivienda.
Una gloria suele calentar una o dos habitaciones distintas, normalmente la cocina y la sala de estar, donde se hace la vida en una casa. Una sola hoguera es suficiente para un día entero de calor.
Este sistema de calefacción medieval es más contaminante que los modernos, pero resulta
muy económico debido al bajo coste de los materiales empleados en encender la gloria; es más, cuando el fuego se apaga,
el calor se mantiene dentro de casa durante horas. Además, no solo es últil en invierno, sino que durante los meses de verano una corriente de aire natural en la gloria refresca las estancias.
No es de extrañar que la expresión «
estar en la gloria» tenga su origen en este sistema de calefacción tan antiguo, pero que a la vez ha dado tanto confort y que permanece vivo en muchos de los pueblos de Palencia.