Articulo de Perez Reverte sobre Isabel, Prim y la revolucion de 1868.

chusto

Madmaxista
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Villarejo del Chusto
Una historia de España (LIII) | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte

Cosa curiosa, oigan. Con el reinado de Isabel II pendiente de un hilo y una España que políticamente era la descojonación de Espronceda, el nuestro seguía siendo el único país europeo de relevancia que no había tenido una revolución para cargarse a un rey, con lo que esa imagen del español insumiso y machote, tan querida de los viajeros románticos, era más de coplas que de veras.

En Gran Bretaña habían decapitado a Carlos I y los franceses habían afeitado en seco a Luis XVI: más revolución, imposible. Por otra parte, Alemania e incluso la católica Italia tenían en su haber interesantes experiencias republicanas. Sin embargo, en esta España de incultura, sumisión y misa diaria, los reyes, tanto los malvados como los incompetentes -de los normales apenas hubo-, morían en la cama.

Tal fue el caso de Fernando VII, el más nefasto de todos; pero, y esta vez sería la excepción, no iba a ser así con Isabel II, su hija. Los caprichos y torpezas de ésta, la chulería de los militares, la desvergüenza de los políticos aliados con banqueros o sobornados por ellos, la crisis financiera, llegaban al límite. Toda España estaba hasta la línea de Plimsoll, y aquello no se sostenía ni con novenas a la Virgen. La torpe reina, acostumbrada a colocar en el gobierno a sus amantes, tenía en contra a todo el mundo.


Así que al final los espadones, dirigidos por el prestigioso general Prim, montaron el pifostio, secundados por juntas revolucionarias de paisanos apoyadas por campesinos arruinados o jornaleros en paro. Las fuerzas leales a la reina se retiraron después de una indecisa batalla en el puente de Alcolea; e Isabelita, que estaba de vacaciones en el Norte con Marfori -su último chuloputas-, hizo los baúles rumbo a Francia. Por supuesto, en cuanto triunfó la revolución, y las masas (creyendo que el cambio iba en serio, los pardillos) se desahogaron ajustando cuentas en un par de sitios, lo primero que hicieron los generales fue desarmar a las juntas revolucionarias y decirles: claro que sí, compadre, lo que tú digas, viva la revolución y todo eso, naturalmente; pero ahora te vas a tu casa y te estás allí tranquilo, y el domingo a los toros, que todo queda en buenas manos.

O sea, en las nuestras. Y no se nos olvida eso de la república, en serio; lo que pasa es que esas cosas hay que meditarlas despacio, chaval. ¿Capisci? Así que ya iremos viendo. Mientras, provisionalmente, vamos a buscar otro rey. Etcétera. Y a eso se pusieron. A buscar para España otro rey al que endilgarle esta vez una monarquía más constitucional, con toques progresistas y tal. Lo mismo de antes, en realidad, pero con aire más moderno -la mujer, por supuesto, no votaba- y con ellos, los mílites gloriosos y sus compadres de la pasta, cortando como siempre el bacalao. Don Juan Prim, que era general y era catalán, dirigía el asunto, y así empezó la búsqueda patética de un rey que llevarnos al trono.

Y digo patética porque, mientras a finales del siglo XVII había literalmente palos para ser rey de España, y por eso hubo la Guerra de Sucesión, esta vez el trono de Madrid no lo quería nadie ni regalado. Amos, anda, tía Fernanda, decían las cortes europeas. Que ese marrón se lo coma Rita la Cantaora. Al fin, Prim logró engañar al hijo del rey de Italia, Amadeo de Saboya, que -pasado de copas, imagino- le compró la moto. Y se vino. Y lo putearon entre todos de una manera que no está en los mapas: los partidarios de Isabel II y de su hijo Alfonsito, llamándolo usurpador; los carlistas, llamándolo lo mismo; los republicanos, porque veían que les habían jugado la del chino; los católicos, porque Amadeo era hijo del rey que, para unificar Italia, le había dado leña al papa; y la gente en general, porque les caía rellenito. En realidad Amadeo era un chico bondadoso, liberal, con intenciones parecidas a las de aquel José Bonaparte de la Guerra de la Independencia.


Pero claro. En la España de navaja, violencia, envidia y mala leche de toda la vida, eso no podía funcionar nunca. La aristocracia se lo tomaba a cachondeo, las duquesas se negaban a ser damas de palacio y se ponían mantilla para demostrar lo castizas que eran, y la peña se choteaba del acento italiano del rey y de sus modales democráticos. Y encima, a Prim, que lo trajo, se lo habían cargado de un trabucazo antes de que el Saboya -imaginen las rimas con el apellido- tomara posesión. Así que, hasta las pelotas de nosotros, Amadeo hizo las maletas y nos mandó a tomar por saco.

Dejando, en su abdicación, un exacto diagnóstico del paisaje: «Si al menos fueran extranjeros los enemigos de España, todavía. Pero no. Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles». [Continuará].


La verdad es que no tengo mucha idea de la historia de España a finales del siglo XIX, pero este articulo me ha aclarado bastante.

Que os parece?
 
Primeramente me sorprende el lenguaje usado hacia nuestros ancestros tachándolos de pardillos o compadres. Casi diría que es un etniano riéndose del yonqui con chaleco reflectante que tiene esclavizado como aparcacoches mientras cuenta el dinero de la droja con el resto del clan.

"En realidad Amadeo era un chico bondadoso, liberal, con intenciones parecidas a las de aquel José Bonaparte de la Guerra de la Independencia.
Pero claro. En la España de navaja, violencia, envidia y mala leche de toda la vida, eso no podía funcionar nunca."

Aquí Reverte deja claro su repruebo a España y su amor a la Francia que reventó a todo el imperio. Otro traidor a su país.
 
Que el Amadeo fue sabio al darse el piro de este sitio poco agradable.
 
Qué mal rollo da este tipo. Una y otra vez, como una metralleta sin fin, tirando de tópicos insultantes contra el pueblo español, ensalzando revoluciones, añorando en el fondo que Bonaparte no se hubiera impuesto en España, etc, etc...

Antiespaña, liberal de tomo y lomo.

---------- Post added 18-nov-2015 at 19:35 ----------

Lo has captado al vuelo, amigo.

Este tipo representa para mí una de las lacras que ha venido sufriendo España durante más de dos siglos por el terco empeño masónico de acabar con la España imperial y sus fundamentos..

Primeramente me sorprende el lenguaje usado hacia nuestros ancestros tachándolos de pardillos o compadres. Casi diría que es un etniano riéndose del yonqui con chaleco reflectante que tiene esclavizado como aparcacoches mientras cuenta el dinero de la droja con el resto del clan.

"En realidad Amadeo era un chico bondadoso, liberal, con intenciones parecidas a las de aquel José Bonaparte de la Guerra de la Independencia.
Pero claro. En la España de navaja, violencia, envidia y mala leche de toda la vida, eso no podía funcionar nunca."

Aquí Reverte deja claro su repruebo a España y su amor a la Francia que reventó a todo el imperio. Otro traidor a su país.
 
me gustaria que reverte escribiera un articulo sobre juan carlos primero el campechano, que es igual de corrupto y cliente que isabel II, con el tono y desparpajo que usa con su tatarabuela, pero me temo que no tiene huevones para hacerlo porque no es mas que un lacayo bebecharcos del sistema, en cuanto al articulo me parece muy malo, una serie de simplificaciones, falacias, topicazos, etc, etc, nada nuevo ni ingenioso. Tiene gracia que hable este espantapájaros de la venalidad y la corrupcion de las instituciones de la españa del XIX cuando su hermano , en los años 80, era un componente destacado de la mafia policial de "los joyeros".
 
Pues mi admirado Pérez-Reverte esta vez mete la pata hasta el fondo cuando dice:

"Y digo patética porque, mientras a finales del siglo XVII había literalmente palos para ser rey de España, y por eso hubo la Guerra de Sucesión, esta vez el trono de Madrid no lo quería nadie ni regalado. Amos, anda, tía Fernanda, decían las cortes europeas. Que ese marrón se lo coma Rita la Cantaora."

El trono de España no sería tan poca cosa cuando su ofrecimiento a un Hohenzollern fue la chispa que originó la guerra franco-prusiana, cuya consecuencia fué la caída de Napoleón III y del Imperio francés y la proclamación del alemán.

Es cierto que la guerra de independencia y el reinado de Fernando VII dejaron el país hecho unos astutas pero se tiende a minusvalorar las capacidades españolas de la época. Por esos mismos años Méndez Nuñez bombardeaba el puerto del Callao, que era el mejor defendido del Pacífico; y se produce el incidente del Virginius entre España y EEUU, que podía haber sido un casus belli y que si no se va a la guerra es porque los usanos no se ven con todas. Incluso posteriormente, en la guerra de Cuba, España es capaz de mantener combates simultaneamente en el Caribe y en el Pacífico (sin meternos en cómo se lucharon), ¿cuántas potencias mundiales hubieran podido hacerlo? Pues seguramente sólo EEUU, GB y Francia.

Lo que si le compro es la idea del cainismo español: sin las zancadillas que le pusieron a Isaac Peral, España seguramente hubiera ganado la guerra.
 
Última edición:
Lo de Reverte ya es cotilleo sálvame de luxe mas que análisis históricos. En España hay mucho cainismo si, pero Amadeo de Saboya fracasó porque el único apoyo que tenía era el del general Prim y se lo cargaron antes de subir al trono.

Prim lo que quería era el poder personal para él y para eso no le valía ni un Borbón, ni un carlista, ni una república( los republicanos eran cuatro gatos ) tenía que sacarse otro rey de la manga y sobre todo que fuera un títere que no se enterara de nada y le dejara a él todo el protagonismo.

Tambien resulta cansino el cuento ese de revolución cortacabezas y república = Jauja y progreso modelno . Alemania a finales del XIX era el país mas avanzado y próspero de Europa en todos los sentidos y tenía una monarquía, en Suecia sin revoluciones y con otro rey no estaban tan mal, Italia fué unificada por un reino.... las "interesantes experiencias" republicanas de Italia como no sea Venecia no sé de donde se las saca :bla:

Reverte en el fondo es un acomplejado que reniega de lo genuino de la historia española porque no la entiende, hace 200 años seguramente habría sido un afrancesado fascinado por la verborrea y el cuento chino de la "liberté" que ha sido la forma mas hábil de camuflar imperialismos hasta la fecha.
 
Una historia de España (LIII) | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte

Cosa curiosa, oigan. Con el reinado de Isabel II pendiente de un hilo y una España que políticamente era la descojonación de Espronceda, el nuestro seguía siendo el único país europeo de relevancia que no había tenido una revolución para cargarse a un rey, con lo que esa imagen del español insumiso y machote, tan querida de los viajeros románticos, era más de coplas que de veras.

En Gran Bretaña habían decapitado a Carlos I y los franceses habían afeitado en seco a Luis XVI: más revolución, imposible. Por otra parte, Alemania e incluso la católica Italia tenían en su haber interesantes experiencias republicanas. Sin embargo, en esta España de incultura, sumisión y misa diaria, los reyes, tanto los malvados como los incompetentes -de los normales apenas hubo-, morían en la cama.

Tal fue el caso de Fernando VII, el más nefasto de todos; pero, y esta vez sería la excepción, no iba a ser así con Isabel II, su hija. Los caprichos y torpezas de ésta, la chulería de los militares, la desvergüenza de los políticos aliados con banqueros o sobornados por ellos, la crisis financiera, llegaban al límite. Toda España estaba hasta la línea de Plimsoll, y aquello no se sostenía ni con novenas a la Virgen. La torpe reina, acostumbrada a colocar en el gobierno a sus amantes, tenía en contra a todo el mundo.


Así que al final los espadones, dirigidos por el prestigioso general Prim, montaron el pifostio, secundados por juntas revolucionarias de paisanos apoyadas por campesinos arruinados o jornaleros en paro. Las fuerzas leales a la reina se retiraron después de una indecisa batalla en el puente de Alcolea; e Isabelita, que estaba de vacaciones en el Norte con Marfori -su último chuloputas-, hizo los baúles rumbo a Francia. Por supuesto, en cuanto triunfó la revolución, y las masas (creyendo que el cambio iba en serio, los pardillos) se desahogaron ajustando cuentas en un par de sitios, lo primero que hicieron los generales fue desarmar a las juntas revolucionarias y decirles: claro que sí, compadre, lo que tú digas, viva la revolución y todo eso, naturalmente; pero ahora te vas a tu casa y te estás allí tranquilo, y el domingo a los toros, que todo queda en buenas manos.

O sea, en las nuestras. Y no se nos olvida eso de la república, en serio; lo que pasa es que esas cosas hay que meditarlas despacio, chaval. ¿Capisci? Así que ya iremos viendo. Mientras, provisionalmente, vamos a buscar otro rey. Etcétera. Y a eso se pusieron. A buscar para España otro rey al que endilgarle esta vez una monarquía más constitucional, con toques progresistas y tal. Lo mismo de antes, en realidad, pero con aire más moderno -la mujer, por supuesto, no votaba- y con ellos, los mílites gloriosos y sus compadres de la pasta, cortando como siempre el bacalao. Don Juan Prim, que era general y era catalán, dirigía el asunto, y así empezó la búsqueda patética de un rey que llevarnos al trono.

Y digo patética porque, mientras a finales del siglo XVII había literalmente palos para ser rey de España, y por eso hubo la Guerra de Sucesión, esta vez el trono de Madrid no lo quería nadie ni regalado. Amos, anda, tía Fernanda, decían las cortes europeas. Que ese marrón se lo coma Rita la Cantaora. Al fin, Prim logró engañar al hijo del rey de Italia, Amadeo de Saboya, que -pasado de copas, imagino- le compró la moto. Y se vino. Y lo putearon entre todos de una manera que no está en los mapas: los partidarios de Isabel II y de su hijo Alfonsito, llamándolo usurpador; los carlistas, llamándolo lo mismo; los republicanos, porque veían que les habían jugado la del chino; los católicos, porque Amadeo era hijo del rey que, para unificar Italia, le había dado leña al papa; y la gente en general, porque les caía rellenito. En realidad Amadeo era un chico bondadoso, liberal, con intenciones parecidas a las de aquel José Bonaparte de la Guerra de la Independencia.


Pero claro. En la España de navaja, violencia, envidia y mala leche de toda la vida, eso no podía funcionar nunca. La aristocracia se lo tomaba a cachondeo, las duquesas se negaban a ser damas de palacio y se ponían mantilla para demostrar lo castizas que eran, y la peña se choteaba del acento italiano del rey y de sus modales democráticos. Y encima, a Prim, que lo trajo, se lo habían cargado de un trabucazo antes de que el Saboya -imaginen las rimas con el apellido- tomara posesión. Así que, hasta las pelotas de nosotros, Amadeo hizo las maletas y nos mandó a tomar por saco.

Dejando, en su abdicación, un exacto diagnóstico del paisaje: «Si al menos fueran extranjeros los enemigos de España, todavía. Pero no. Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles». [Continuará].


La verdad es que no tengo mucha idea de la historia de España a finales del siglo XIX, pero este articulo me ha aclarado bastante.

Que os parece?


Pues si no tenias mucha idea despues de leer eso estas igual o peor.



Esta frase es directamente mentira.

La torpe reina, acostumbrada a colocar en el gobierno a sus amantes, tenía en contra a todo el mundo


El unico amante suyo que fue ministro fue Marfori, y era ministro por ser sobrino de Narvaez, no porque la reina lo nombrase, y desde luego que no tenia en contra a todo el mundo
 
Última edición:
Hace tiempo que no leo lo que caga este señor.Leo las críticas a sus artículos en diversos medios y sacando conclusiones sigo con mi "huelga" particular.
 
Lo de Reverte ya es cotilleo sálvame de luxe mas que análisis históricos. En España hay mucho cainismo si, pero Amadeo de Saboya fracasó porque el único apoyo que tenía era el del general Prim y se lo cargaron antes de subir al trono.

Prim lo que quería era el poder personal para él y para eso no le valía ni un Borbón, ni un carlista, ni una república( los republicanos eran cuatro gatos ) tenía que sacarse otro rey de la manga y sobre todo que fuera un títere que no se enterara de nada y le dejara a él todo el protagonismo.

Tambien resulta cansino el cuento ese de revolución cortacabezas y república = Jauja y progreso modelno . Alemania a finales del XIX era el país mas avanzado y próspero de Europa en todos los sentidos y tenía una monarquía, en Suecia sin revoluciones y con otro rey no estaban tan mal, Italia fué unificada por un reino.... las "interesantes experiencias" republicanas de Italia como no sea Venecia no sé de donde se las saca :bla:

Reverte en el fondo es un acomplejado que reniega de lo genuino de la historia española porque no la entiende, hace 200 años seguramente habría sido un afrancesado fascinado por la verborrea y el cuento chino de la "liberté" que ha sido la forma mas hábil de camuflar imperialismos hasta la fecha.




Prim fue uno de los personajes mas nefastos del siglo XIX, lo suyo era hacer la revolucion por el mero hecho de hacerla, las revoluciones suelen ser un "quitate tu para ponerme yo" pero la del 68 fue un quitate tu para poner no sabemos a quien. No existia ningun proyecto politico alternativo.

Prim no era progresista y mucho menos republicano, pero la Union Liberal y los moderados ya tenian muchos espadones que le cerraban el paso a la presidencia del gobierno por eso se arrimo a los progresistas que tambien sentian la necesidad de tener un espadon en sus filas, Isabel II llego a ofrecerle el gobierno pero los progresistas que se suponian que estaban detras de el tampoco confiaban del todo en el, y con razon, y por eso preferian el retraimiento electoral jugando al todo o nada.



La opinion de un historiador de verdad sobre Isabel II


ABC (Madrid) - 10/08/2003, p. 3 - ABC.es Hemeroteca
 
Última edición:
Una vez vi un programa de Iker Jimenez, tengo unas fuentes culturales de fruta pena, lo se, y conto el caso de un periodista amigo suyo que habia escrito un libro sobre Prim. Segun el, este hombre cayo en el ostracismo porque mas de un siglo despues lo que envuelve la fin de Prim aun es tabu en España.

Alguien me podria aclarar porque la fin de este hombre es tan polemica?
 
Reverte sirve como medio de disidencia controlada para la derecha liberal y viejunos, como potemos sirve para la izquierda liberal y jovenes.

Prim era un mason y sus verdugos fueron los propios masones.Aun no se porque, pero la masoneria en aquella epoca empezo a asesinar a lo bestia en ciertos paises recien tomados por los masones.No es por ser pesadito, pero el primer ministro de Rumania en la misma epoca fue asesinado de la misma forma y las investigaciones fueron cerradas ipso-facto.Con Prim se especula una alianza entre Orleans, el propio Serrano y la masoneria abyecta republicana para librarse del General, al parecer vieron que con el España se podia convertir en una peligrosa potencia.
 
Una vez vi un programa de Iker Jimenez, tengo unas fuentes culturales de fruta pena, lo se, y conto el caso de un periodista amigo suyo que habia escrito un libro sobre Prim. Segun el, este hombre cayo en el ostracismo porque mas de un siglo despues lo que envuelve la fin de Prim aun es tabu en España.

Alguien me podria aclarar porque la fin de este hombre es tan polemica?


Nunca se aclaro del todo su fin, en realidad tenia muchos enemigos y todos muy poderosos.

Yo me inclino por Montpensier como responsable de su fin, Prim le saco 20 millones de reales para la revolucion con la promesa del trono, y Montpensier era muy tacaño, no debio sentarle bien.
 
Nunca se aclaro del todo su fin, en realidad tenia muchos enemigos y todos muy poderosos.

Yo me inclino por Montpensier como responsable de su fin, Prim le saco 20 millones de reales para la revolucion con la promesa del trono, y Montpensier era muy tacaño, no debio sentarle bien.

El asesinato de Prim siempre fue raro, y hasta hace unos años realmente no se sabía cómo había muerto....
El general Prim fue estrangulado tras ser tiroteado en la calle del Turco | Madrid | EL PAÍS
:D
Estrangulado en su cama por los suyos....así es este país.
;)
Tema para conspiraciones de este foro.
:roto2:
 
Según Cesar Vidal el asistente personal de Prim le pego un tiro dentro de la berlina en la que viajaba y ese disparo fue el que de verdad ocasionó su fin. Yo jamás había oído esa versión.

Lo nefasto más que Prim fue el cantonalismo y el republicanismo federal, los proto gente de izquierdas troceando y destrozando España, con personajillos como Figueras o Pi i Margall.
 
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