Demuestras que, o te haces el orate, o no tienes ni idea de lo que hablas.
Es trivial determinar de donde viene una señal. Y aunque cuando estuviera muy lejos, ya cerca de la Luna, no se pudiera determinar con precisión, tendrías que descender o tendrían problemas para tras*mitir la señal cuando orbitase por detrás de la Luna. O montarte una constelación de satélites lunares repetidores lanzados no se sabe muy bien cuando.
Hacer un módulo que vaya a la Luna, descienda y vuelva, cosa necesaria para el fraude, es ya más de la mitad de la misión.
Pero claro, es mucho más fácil comparar la tras*misión con una película de ciencia-ficción de las malas. En vez de focalizarse en lo difícil de falsificar (la procedencia de la señal, la tecnología de los cohetes, etc. etc.) recurrimos al ataque cinematográfico, y viéndolo desde los parámetros de la cinematografía actual, cuando hacer todo tipo de efectos especiales está tirado.
Y para colmo, adornar todo esto con una conspiración USA-Rusia para ocultar los hechos.
