EL CURIOSO IMPERTINENTE
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Expedición ártica de Andrée - Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una historia verdadera, pero que parece sacada de una novela de Julio Verne, salvo que, a diferencia de éstas, no tuvo un final feliz. Un intrépido aeronauta sueco de espíritu y aspecto quijotesco, Salomon August Andrée (hasta el nombre parecía un personaje de Verne) se propuso ser el primero en llegar al Polo Norte y para ello no usaría un buque rompehielos ni trineos tirados por perros sino uno de los medios de tras*porte más modernos: el globo. Vientos favorables empujarían la aeronave hasta su objetiva y atravesando el Océano Ártico alcanzarían las costas de Norteamérica en pocos días. Unos largos y pesados cables de arrastre colgados a la góndola del globo servirían de timón. Llevarían consigo instrumental científico, 767 kilógramos de provisiones (incluyendo botellas de champán, oporto y cerveza donados por patrocinadores), trineos diseñados personalmente por Andrée, una canoa plegable (posiblemente de IKEA), tiendas de campaña y una jaula con palomas mensajeras.
Llevó consigo a dos compañeros, el ingeniero Knut Frænkel y el joven y apuesto Nils Strindberg, sobrino del famoso dramaturgo August Strindberg, quien sería el fotógrafo de la expedición.
Partieron del archipiélago de Spitspergen (actualmente conocido como Svalbard) el 11 de julio de 1897. Nadie los volvería a ver con vida.
Era evidente que los tres intrépidos aventurero habían perdido la vida, pero lo sucedido exactamente continuó siendo un enigma hasta 1930 cuando una expedición noruega halló los restos de la expedición en la habitualmente inaccesible isla Kvitøya, la cual es parte del mismo archipiélago del que partió el Águila 33 años antes.
Junto a los cadáveres de los tres infortunados se hallaron los diarios personales de los tres y una colección de fotos tomadas por Strindberg dejados como testimonio de su odisea.
La trágica historia fue llevada al cine por el director sueco Jan Troell. La película se tituló 'El vuelo del águila' y estaba protagonizada por el famoso Max von Sydow, un colaborador habitual de Troell. Estuvo nominada a los Oscars en 1983. Es una película excelente, que plasma de forma realista la insensatez de Andrée, empujado a una empresa suicida por el entusiamo patriótico de sus conciudadanos y su propio sentido del honor, y el calvario por el que pasaron esos hombres hasta encontrar una fin espantosa en uno de los rincones más desolados del planeta, enfrentados a una naturaleza hostil e implacable ante la cual de nada les sirvieron sus conocimientos, sus herramientas ni su valor.
La historia de la exploración del Ártico está repleta de relatos trágicas y fascinantes de expediciones que terminaron de forma igualmente desastrosa y que, en algunos casos desaparecieron sin dejar rastro engullidas por el hielo, pero pocas son tan asombrosas como la de Andrée.
[YOUTUBE]W_-WOv97dhI[/YOUTUBE]
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Esta es una historia verdadera, pero que parece sacada de una novela de Julio Verne, salvo que, a diferencia de éstas, no tuvo un final feliz. Un intrépido aeronauta sueco de espíritu y aspecto quijotesco, Salomon August Andrée (hasta el nombre parecía un personaje de Verne) se propuso ser el primero en llegar al Polo Norte y para ello no usaría un buque rompehielos ni trineos tirados por perros sino uno de los medios de tras*porte más modernos: el globo. Vientos favorables empujarían la aeronave hasta su objetiva y atravesando el Océano Ártico alcanzarían las costas de Norteamérica en pocos días. Unos largos y pesados cables de arrastre colgados a la góndola del globo servirían de timón. Llevarían consigo instrumental científico, 767 kilógramos de provisiones (incluyendo botellas de champán, oporto y cerveza donados por patrocinadores), trineos diseñados personalmente por Andrée, una canoa plegable (posiblemente de IKEA), tiendas de campaña y una jaula con palomas mensajeras.
Llevó consigo a dos compañeros, el ingeniero Knut Frænkel y el joven y apuesto Nils Strindberg, sobrino del famoso dramaturgo August Strindberg, quien sería el fotógrafo de la expedición.
Partieron del archipiélago de Spitspergen (actualmente conocido como Svalbard) el 11 de julio de 1897. Nadie los volvería a ver con vida.
Era evidente que los tres intrépidos aventurero habían perdido la vida, pero lo sucedido exactamente continuó siendo un enigma hasta 1930 cuando una expedición noruega halló los restos de la expedición en la habitualmente inaccesible isla Kvitøya, la cual es parte del mismo archipiélago del que partió el Águila 33 años antes.
Junto a los cadáveres de los tres infortunados se hallaron los diarios personales de los tres y una colección de fotos tomadas por Strindberg dejados como testimonio de su odisea.
La trágica historia fue llevada al cine por el director sueco Jan Troell. La película se tituló 'El vuelo del águila' y estaba protagonizada por el famoso Max von Sydow, un colaborador habitual de Troell. Estuvo nominada a los Oscars en 1983. Es una película excelente, que plasma de forma realista la insensatez de Andrée, empujado a una empresa suicida por el entusiamo patriótico de sus conciudadanos y su propio sentido del honor, y el calvario por el que pasaron esos hombres hasta encontrar una fin espantosa en uno de los rincones más desolados del planeta, enfrentados a una naturaleza hostil e implacable ante la cual de nada les sirvieron sus conocimientos, sus herramientas ni su valor.
La historia de la exploración del Ártico está repleta de relatos trágicas y fascinantes de expediciones que terminaron de forma igualmente desastrosa y que, en algunos casos desaparecieron sin dejar rastro engullidas por el hielo, pero pocas son tan asombrosas como la de Andrée.
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