ADOLF HITLER no era NINGÚN fulastre ni MONSTRUO.

Los discursos son magistrales. Estilo Blas Piñar.

Ahora ves a Pdr Snchz y se te aflojan los esfínterrrrshh.
 
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No vamos a permitir que ese fulano, Hitler, se salga con la suya. Su política monetaria es un peligro para todos.
(Bernard M. Baruch, pez rellenito de la Casa Blanca, durante un homenaje al general George C. Marshall en 1938, citado por Francis Neilson, "The Tragedy of Europe").

Con sus métodos, Alemania arruína el comercio en el mundo entero... Nuestro principal problema, hoy, estriba en saber cómo nos será posible enfrentarnos a la nueva forma de competencia alemana en todo el mundo... Hasta donde nos ha sido posible constatar, la razón de la influencia económica de Alemania reside en el hecho de que ella paga a los países productores de Europa Central y del Sudeste de Europa unos precios mucho más elevados que los que se practican en el mercado mundial.

(Robert Spear Hudson, Secretario de Comercio Ultramarino del Imperio Británico, en sesión en la Cámara de los Comunes, 30 noviembre 1938. Citado por "The Times", Londres, 1 diciembre 1938).

Convendría que alguien ejerciera presión sobre Varsovia, porque si el mundo se entera de que le hacemos una guerra a Alemania por un ferrocarril y una carretera, nos cuelgan.
(Robert Couldondre, embajador francés en Berlín, a Georges E. Bonnet, ministro de relaciones exteriores de Francia, 31 de agosto de 1939).

Si mantenemos nuestros precios bajos, aun perdiendo dinero, no hay ninguna razón para no poder quitarles sus clientes a los beligerantes. Será la única manera de destruir el sistema alemán de trueque. Hace años que luchamos para conseguirlo. Habrá costado una guerra, pero lo habremos logrado.
(Bernard M. Baruch en declaración de prensa tras conferenciar con Roosevelt, "New York Times", 14-9-1939).

Una de las causas fundamentales de esta guerra ha sido el esfuerzo permanente hecho por Alemania desde 1918, y agravado desde 1933, para asegurarse importantes mercados extranjeros y fortalecer así su comercio, eliminando el paro interno, al mismo tiempo que sus competidores se veían obligados, a causa de sus deudas, a adoptar el mismo camino. Era inevitable que se produjeran fricciones, dado que los productos alemanes eran más baratos y estaban bien hechos.
("The Times",
Londres, 11 y 13 octubre 1940).

En plena guerra, en Alemania, no se habla de la necesidad de aumentar los impuestos, ni de estimular el ahorro ni de lanzar enormes empréstitos de guerra. Muy al contrario. Recientemente acaba de abolirse un importante impuesto. El dinero es tan abundante que, desde nuestro punto de vista, no tiene explicación. Hitler parece haber descubierto el secreto de trabajar sin un sistema financiero clásico y haber puesto en marcha un sistema basado en el movimiento perpetuo.
("The Times",
Londres, 15 octubre 1940).

Marriner Eccles, del Federal Reserve Board, y Montagu Norman, Presidente del Banco de Inglaterra, llegaron a un acuerdo, en 1935, sobre la política a emplear para aplastar, por todos los medios, incluyendo la guerra, si necesario, los experimentos financieros de Hitler.
("The Word",
Glasgow, 3-8-1949).

Las dos principales causas de la II Guerra Mundial fueron: Primero: el éxito del sistema alemán de trueque. Segundo: la determinación hitleriana de no aceptar préstamos extranjeros. Su declaración de que los negocios de Alemania serían llevados a cabo de la misma manera que los de un honrado comerciante causó verdadero pánico en los círculos financieros.
(Francis Neilson, "The Churchill Legend",).

El crimen imperdonable de Alemania antes de la II Guerra Mundial fue su intento de extricar su poder económico del sistema de comercio mundial y crear su propio mecanismo de cambio, que le negaría beneficios a la finanza mundial.
(Churchill, "The second World War", Bern 1960).

Los nazis llegaron al poder en 1933, cuando la economía alemana estaba en colapso total, con las obligaciones de la deuda y cero perspectivas para la inversión extranjera o de crédito. A través de una política monetaria independiente, de crédito soberano, y un programa de obras públicas de pleno empleo, el Tercer Reich fue capaz de convertir una Alemania en bancarrota, despojada de sus colonias de ultramar, en la economía más fuerte de Europa en cuatro años, incluso antes de que comenzara el gasto en armamento.
(Henry C. K. Liu, "Asia Times")

(cortesía de Arrekarallo)
 
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