Eric Finch
Será en Octubre
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Stalin era muy pero que muy inútil militarmente.
Tuvo la suerte de que Georgi Zhúkov le salvase el patio trastero en Jaljin Gol, y así los japoneses le dejaron tranquilo durante unos años.
Pero lo que es la Guerra de Invierno entre 1939 y 1940 pasará a los anales de la historia de color militar.
Era inevitable que la Unión Soviética ganase la guerra contra Finlandia por su abrumadora superioridad. Pero fue a un coste desproporcionado.
Se enviaron tropas sin experiencia en la lucha en bosques; sin adecuada preparación para el invierno; dotadas de medios materiales deficientes (dijo un oficial finlandés, a propósito de los esquís rusos, que de puro malos sólo valían para leña); dirigidas por mandos cuyos principales méritos eran políticos (gozar de la confianza de Koba) que militares.
Los alemanes tomaron nota de todo lo que habían visto en Finlandia pero no se enteraron de lo que había ocurrido en Mongolia Interior. Tampoco aprendieron nada acerca de las virtudes del soldado ruso, quien no sólo tenía notables virtudes (particularmente en la construcción de reductos) sino que, cuando luchaba por su propia tierra, mostraba un talante muy distinto al que exhibía cuando lo hacía sin motivación alguna.
En buena medida los soldados rusos sufrieron siempre más bajas por la incompetencia de sus superiores que por la eficiencia del enemigo. Ya en el sitio de Sebastopol dieron buena muestra de ello, y continuaron haciéndolo durante las guerras posteriores.
---------- Post added 18-jun-2015 at 11:16 ----------
Creo, por lo demás, que Stalin jamás quiso creer lo que los indicios le decían con tanta claridad. Durante los primeros días de oleada turística el pánico le impidió hacer nada y sólo poco a poco recuperó su entereza.
Tuvo la suerte de que Georgi Zhúkov le salvase el patio trastero en Jaljin Gol, y así los japoneses le dejaron tranquilo durante unos años.
Pero lo que es la Guerra de Invierno entre 1939 y 1940 pasará a los anales de la historia de color militar.
Era inevitable que la Unión Soviética ganase la guerra contra Finlandia por su abrumadora superioridad. Pero fue a un coste desproporcionado.
Se enviaron tropas sin experiencia en la lucha en bosques; sin adecuada preparación para el invierno; dotadas de medios materiales deficientes (dijo un oficial finlandés, a propósito de los esquís rusos, que de puro malos sólo valían para leña); dirigidas por mandos cuyos principales méritos eran políticos (gozar de la confianza de Koba) que militares.
Los alemanes tomaron nota de todo lo que habían visto en Finlandia pero no se enteraron de lo que había ocurrido en Mongolia Interior. Tampoco aprendieron nada acerca de las virtudes del soldado ruso, quien no sólo tenía notables virtudes (particularmente en la construcción de reductos) sino que, cuando luchaba por su propia tierra, mostraba un talante muy distinto al que exhibía cuando lo hacía sin motivación alguna.
En buena medida los soldados rusos sufrieron siempre más bajas por la incompetencia de sus superiores que por la eficiencia del enemigo. Ya en el sitio de Sebastopol dieron buena muestra de ello, y continuaron haciéndolo durante las guerras posteriores.
---------- Post added 18-jun-2015 at 11:16 ----------
Creo, por lo demás, que Stalin jamás quiso creer lo que los indicios le decían con tanta claridad. Durante los primeros días de oleada turística el pánico le impidió hacer nada y sólo poco a poco recuperó su entereza.