A mí no me hace gracia la desaparición de SEAT. No obstante los españoles nos lo tenemos que hacer mirar. En todo este tiempo no hemos sido capaces de tener un fabricante de automóviles en condiciones, esto es, uno con solvencia económica y con tecnología propia: primero tecnología FIAT, finalmente integrada en Volkswagen y durante el interregno entre italianos y alemanes, tirando de la tecnología de Porsche.