Paletik "Paletov" Pasha
Dios, Empresa y Concejo
Es un episodio del que apenas he encontrado nada en internet, pero si que se puede consultar de manera somera en el librito "Guerras carlistas en Irún y Hondarribia 1833-1876" de la serie "Guerreros y Batallas", de Ramón Guirao y Rafael González, con ilustraciones de Claudio Fernández, editado por Almena. Se puede ver algo de guerra de posiciones en esta acción, lo curioso es que los carlistas idearon un artefacto similar al que inventarían franceses e ingleses en la Primera Guerra Mundial para romper la guerra de posiciones, solo que en este caso no fueron necesarias miles de cargas suicidas para darse cuenta de que no era la opción más recomendada para romper el frente con esta configuración. No se si conocéis casos similares de caballería mecánica y acorazada para romper líneas en esta era de la guerra, que comenzó en 1853 con la guerra de crimea, donde la potencia de fuego obliga a cavar trincheras y clavar el frente.
ANTECEDENTES
En septiembre de 1874 los carlistas tratan de tomar Irún y San Sebastián, pero para ello la División de Navarra, situada a orillas del Bidasoa, debe abastecerse de armas y municiones. Acceder a las rutas marítimas con Bélgica, Francia e Inglaterra, sus principales proveedores de armas, es la única opción, pero los liberales se encuentran atrincherados en las guarniciones de Irún, Hondarribia, Pasajes y Rentería y tienen constancia de movimientos de partidas carlistas por la zona.
Después de cortar las comunicaciones por telégrafo entre Hondarribia e Irún, desde donde el teniente coronel del ejército republicano y comandante de Miqueletes Juan de Arana seguía de cerca los movimientos de los diferentes destacamentos carlistas, estos logran alcanzar el cabo Higuer a los pies del Monte Jaizquíbel, donde el vapor inglés "Deerhound" descarga 6.000 fusiles, un cañón y 15.000 cartuchos con destino a la división carlista de Navarra. El encargado de este flete de armas es Don Tirso de Olazábal, antiguo diputado en Cortes por Guipúzcoa, consejero de Don Carlos y Presidente de la Comisión de Armamento.
Tirso de Olazábal
Otro agente es Esteban Pérez de Tafalla, que se dedica a adquirir armas también para la división de Navarra. Cumpliendo con su misión, encarga a Alemania 6 cañones Krupp de acero de 8 cm, cinco telémetros para apuntar los cañones, 400 granadas, 25.000 fusiles Wentzell, 270.000 cartuchos y 1.000 espoletas. El producto es tras*portado en el vapor bilbaíno "Nieves" y desembarca en el cabo Higuer el 12 de octubre de 1874, aunque el cañonero liberal "Guipuzcoano" le avista y le persigue hasta el puerto francés de Socoa, donde el vapor comercial buscaba refugio, violando la neutralidad francesa en la guerra, lo que origina una pequeña crisis diplomática entre París y Madrid.
LOS CARLISTAS DECIDEN SITIAR IRÚN Y HONDARRIBIA, 12 DE OCTUBRE
Como se dice en el primer párrafo del presente texto, en septiembre de 1874 el gabinete ministerial de Don Carlos reunido en Estella, la capital carlista, acuerda tomar Irún, importante paso fronterizo y reducto gubernamental de enorme valor estratégico al tener conexión viaria, férrea y telegráfica con la Francia. Además, con la toma de Irún y de Hondarribia se puede realizar un bloqueo adecuado sobre San Sebastián, acceder a mercancías gracias al control de la línea férrea internacional, y así dar un prestigio internacional a Don Carlos ante la prensa francesa e inglesa que se concentraría en la otra orilla del Bidasoa para contemplar el seguimiento de las operaciones. Sin refuerzos posibles, el ejército republicano atrincherado en estas ciudades, parece un objetivo muy factible para los carlistas. La División de Navarra se moviliza siguiendo el curso del Bidasoa, muy permeable a las mercancías extranjeras, y llegan a instalar una aduana y una estafeta de correos en Lastaola, a escasos kilómetros de Irún.
La noche del 21 de Septiembre, el teniente coronel Arana, que por si no os acordáis comandaba un cuerpo de Miqueletes en Irún, teniendo la noticia de que algunos carlistas están aproximándose a la ciudad, dispone la salida de 80 miqueletes que emboscan a una avanzadilla carlista causándoles 4 bajas y arrebatándoles sus armas y municiones.
Los carlistas no cejan en su empeño de tomar Irún y el gobierno republicano de Madrid, alarmado por las noticias, insta a Juan de Arana a que impida a toda costa la toma del Puente internacional de Behovia, y el puesto avanzado, por parte de los carlistas, que lo pretenden tomar para bloquear la carretera y la vía férrea. Arana manda levantar un sólido muro aspillerado que proteja los accesos al fuerte de Behovia y refuerza su guarnición, que queda formada por once carabineros y veintinueve Miqueletes al mando del teniente Oscáriz. Al fuerte y a la cabeza de puente le rodean unas casas en las que Tirso de Olazábal ha preparado toda clase de material incendiario, con petróleo y aguarrás, y granadas de mano.
La noche del Domingo 11 de Octubre, un destacamento carlista constituido por cuatro compañías del batallón 4º de Guipúzcoa al mando de Prudencio Iturrino entra deslizándose aguas abajo del Bidasoa y, cruzando la frontera francesa, entra en Behovia por el puente internacional y toma las casas que rodean al fuerte, cuyo material incendiario colocado, como hemos dicho, por Tirso de Olazábal, es arrojado hacia los miqueletes y carabineros apostados tras las aspilleras del fortín y en el tejado, sometiéndoles a la vez a un intenso fuego de fusilería.
Viendo los miqueletes del fortín que no pueden resistir por mucho tiempo el asedio carlista e, informado Arana de la situación desde Irún, decide enviar municiones a través del río Bidasoa con el riesgo de que en bajamar, las embarcaciones deben arrimarse mucho a la orilla española donde, según Arana, en la localidad de San Marcial "había al frente de la población unos 1500 carlistas sin contar con los que instantáneamente podían llegar de refuerzo por la parte de Oyarzun". Se baraja la posibilidad de tras*portar las municiones por territorio francés pero la autoridad francesa le niega ese permiso en una entrevista entre el general del departamento y el alcalde de Irún que se ofreció para esta misión diplomática.
La situación del destacamento se hace extrema, pues los traslados de gabarras cargadas de munición por el Bidasoa son infructuosos al ser hostigadas desde la orilla por los carlistas. Las embarcaciones son desviadas a la frontera francesa, donde son decomisadas por los resguardos aduaneros franceses. Exasperados, los miqueletes amenazan con los fusiles a los gendarmes franceses para que cesen las decomisiones de munición. Los ánimos se calman puesto que desde Hendaya, los combates son presenciados por el alcalde de Irún que protesta frente al general en jefe de las fuerzas armadas francesas acantonadas en la frontera, que presencia también el ataque, ante lo que considera una violación flagrante de las leyes internacionales. Finalmente los ánimos se calman y se llega a un acuerdo, por el cuál las municiones serán retenidas 24 horas por la guardia aduanera francesa.
Ante la imposibilidad de suplir de municiones a los miqueletes del fuerte de Behovia, Arana avanza con 320 hombres en columna desde Irún para socorrer a los asediados, guareciendo antes de su partida la ciudad de Irún ante la amenaza carlista, apoyado por los fuegos de batería de los fuertes del Parque y Mendíbil.
EL "TANQUE" CARLISTA. OBJETIVO: DESTRUIR EL FUERTE DE BEHOVIA
En Behovia, los carlistas se preparan para utilizar contra el fuerte un carro blindado que han traído desde Vera de Bidasoa. Este curioso carro, en forma de prisma triangular, se desliza por un raíl portátil sobre seis ruedas, y sus ocupantes, que hacen de fuerza motriz y de combatientes al mismo tiempo, avanzan en su interior protegidos hasta unos 25 cm del suelo por un fuerte blindaje de chapas de hierro. Se ha construido en la ferrería de Vera según los planos del inventor José Joaquín Emparán, quién poniéndose a las órdenes de Don Carlos como inventor de la corte, también había desarrollado un lanzador de petróleo a distancia (es decir, un ***********) que consiste en una bomba especial que presuriza el combustible almacenado en dos barriles que llevan los ocupantes en el carro blindado junto a granadas de mano, botellas de petróleo, estopa y otros pertrechos contra el puesto que utilizan para incendiarlo, arrojando las bombas por unas saeteras dispuestas sobre las planchas de hierro.
Tras haber realizado las pertinentes pruebas con el *********** ensayando contra una pared de una casa y, funcionando perfectamente, se ponen en movimiento hacia el fuerte donde los miqueletes resisten heroicamente.
A pesar de la discreción con la que se ha construido el carro, la noticia de su fabricación y de su salida hacia Behovia ha llegado a oídos de Arana, quién obliga a abrir trincheras para detener su avance; pero los carlistas solventan esta dificultad colocando los rieles portátiles sobre las trincheras a medida que avanzan. Salvada la última línea de trincheras, colocan el artefacto a treinta metros del fortín, desde donde lanzan granadas de mano por las aberturas del blindaje al tiempo que la infantería que acompaña al carro se ceba sobre el mismo objetivo.
Cuando los carlistas colocan el lanzador de petróleo (***********) en dirección al fortín para incendiarlo la Divina Providencia intercede por los ahogados miqueletes, comenzando a caer una lluvia de proyectiles de la artillería liberal que traía consigo Arana. En ese momento alguno de los defensores del fortín se apercibe de que por el espacio que media entre el blindaje del carro y el suelo se ven moverse los pies que propulsan el aparato, por lo que comienzan a disparar por debajo con intención de herirles en las piernas. Lo hacen con tanto acierto que los que quedan heridos salen huyendo dejando abandonado el artefacto y el *********** en medio de la carretera de Francia; la huída enfría el entusiasmo de los que atacan el fortín desde las casas, que, desanimados por la ineficacia del invento, por los disparos de Mendíbil y por la llegada de las tropas de Arana, se baten en retirada hacia la frontera de las Vascongadas con Navarra.
Queda en poder de los republicanos el carro blindado con las dos bombas de rociar petróleo, cinco barricas y un cajón con varias botellas de petróleo, una carretilla cargada de estopa, sesenta y una granadas de mano, una camilla y seis picas. Arana utiliza el *********** para incendiar las casas que rodean el puente internacional y así evitar que los carlistas vuelvan a parapetarse en ellas.
Los carlistas no consideraron fallida la acción de Behovia, pues el objetivo principal del ataque era, según ellos, distraer fuerzas de Irún y Hondarribia mientras se realizaban importantes desembarcos de cañones Krupp y otro material de guerra en el cabo Higuer y otros puntos del Monte Jaizquíbel, como el antes dicho del "Nieves" la noche de este día 12 de octubre de 1874.
En la Colección de R. Guirao, se puede ver un grabado de la batalla del puente de Behovia de "La presse illustrée", con el carro blindado.
Otro día fotocopio las ilustraciones y la foto que existe.
ANTECEDENTES
En septiembre de 1874 los carlistas tratan de tomar Irún y San Sebastián, pero para ello la División de Navarra, situada a orillas del Bidasoa, debe abastecerse de armas y municiones. Acceder a las rutas marítimas con Bélgica, Francia e Inglaterra, sus principales proveedores de armas, es la única opción, pero los liberales se encuentran atrincherados en las guarniciones de Irún, Hondarribia, Pasajes y Rentería y tienen constancia de movimientos de partidas carlistas por la zona.
Después de cortar las comunicaciones por telégrafo entre Hondarribia e Irún, desde donde el teniente coronel del ejército republicano y comandante de Miqueletes Juan de Arana seguía de cerca los movimientos de los diferentes destacamentos carlistas, estos logran alcanzar el cabo Higuer a los pies del Monte Jaizquíbel, donde el vapor inglés "Deerhound" descarga 6.000 fusiles, un cañón y 15.000 cartuchos con destino a la división carlista de Navarra. El encargado de este flete de armas es Don Tirso de Olazábal, antiguo diputado en Cortes por Guipúzcoa, consejero de Don Carlos y Presidente de la Comisión de Armamento.
Tirso de Olazábal
Otro agente es Esteban Pérez de Tafalla, que se dedica a adquirir armas también para la división de Navarra. Cumpliendo con su misión, encarga a Alemania 6 cañones Krupp de acero de 8 cm, cinco telémetros para apuntar los cañones, 400 granadas, 25.000 fusiles Wentzell, 270.000 cartuchos y 1.000 espoletas. El producto es tras*portado en el vapor bilbaíno "Nieves" y desembarca en el cabo Higuer el 12 de octubre de 1874, aunque el cañonero liberal "Guipuzcoano" le avista y le persigue hasta el puerto francés de Socoa, donde el vapor comercial buscaba refugio, violando la neutralidad francesa en la guerra, lo que origina una pequeña crisis diplomática entre París y Madrid.
LOS CARLISTAS DECIDEN SITIAR IRÚN Y HONDARRIBIA, 12 DE OCTUBRE
Como se dice en el primer párrafo del presente texto, en septiembre de 1874 el gabinete ministerial de Don Carlos reunido en Estella, la capital carlista, acuerda tomar Irún, importante paso fronterizo y reducto gubernamental de enorme valor estratégico al tener conexión viaria, férrea y telegráfica con la Francia. Además, con la toma de Irún y de Hondarribia se puede realizar un bloqueo adecuado sobre San Sebastián, acceder a mercancías gracias al control de la línea férrea internacional, y así dar un prestigio internacional a Don Carlos ante la prensa francesa e inglesa que se concentraría en la otra orilla del Bidasoa para contemplar el seguimiento de las operaciones. Sin refuerzos posibles, el ejército republicano atrincherado en estas ciudades, parece un objetivo muy factible para los carlistas. La División de Navarra se moviliza siguiendo el curso del Bidasoa, muy permeable a las mercancías extranjeras, y llegan a instalar una aduana y una estafeta de correos en Lastaola, a escasos kilómetros de Irún.
La noche del 21 de Septiembre, el teniente coronel Arana, que por si no os acordáis comandaba un cuerpo de Miqueletes en Irún, teniendo la noticia de que algunos carlistas están aproximándose a la ciudad, dispone la salida de 80 miqueletes que emboscan a una avanzadilla carlista causándoles 4 bajas y arrebatándoles sus armas y municiones.
Los carlistas no cejan en su empeño de tomar Irún y el gobierno republicano de Madrid, alarmado por las noticias, insta a Juan de Arana a que impida a toda costa la toma del Puente internacional de Behovia, y el puesto avanzado, por parte de los carlistas, que lo pretenden tomar para bloquear la carretera y la vía férrea. Arana manda levantar un sólido muro aspillerado que proteja los accesos al fuerte de Behovia y refuerza su guarnición, que queda formada por once carabineros y veintinueve Miqueletes al mando del teniente Oscáriz. Al fuerte y a la cabeza de puente le rodean unas casas en las que Tirso de Olazábal ha preparado toda clase de material incendiario, con petróleo y aguarrás, y granadas de mano.
La noche del Domingo 11 de Octubre, un destacamento carlista constituido por cuatro compañías del batallón 4º de Guipúzcoa al mando de Prudencio Iturrino entra deslizándose aguas abajo del Bidasoa y, cruzando la frontera francesa, entra en Behovia por el puente internacional y toma las casas que rodean al fuerte, cuyo material incendiario colocado, como hemos dicho, por Tirso de Olazábal, es arrojado hacia los miqueletes y carabineros apostados tras las aspilleras del fortín y en el tejado, sometiéndoles a la vez a un intenso fuego de fusilería.
Viendo los miqueletes del fortín que no pueden resistir por mucho tiempo el asedio carlista e, informado Arana de la situación desde Irún, decide enviar municiones a través del río Bidasoa con el riesgo de que en bajamar, las embarcaciones deben arrimarse mucho a la orilla española donde, según Arana, en la localidad de San Marcial "había al frente de la población unos 1500 carlistas sin contar con los que instantáneamente podían llegar de refuerzo por la parte de Oyarzun". Se baraja la posibilidad de tras*portar las municiones por territorio francés pero la autoridad francesa le niega ese permiso en una entrevista entre el general del departamento y el alcalde de Irún que se ofreció para esta misión diplomática.
La situación del destacamento se hace extrema, pues los traslados de gabarras cargadas de munición por el Bidasoa son infructuosos al ser hostigadas desde la orilla por los carlistas. Las embarcaciones son desviadas a la frontera francesa, donde son decomisadas por los resguardos aduaneros franceses. Exasperados, los miqueletes amenazan con los fusiles a los gendarmes franceses para que cesen las decomisiones de munición. Los ánimos se calman puesto que desde Hendaya, los combates son presenciados por el alcalde de Irún que protesta frente al general en jefe de las fuerzas armadas francesas acantonadas en la frontera, que presencia también el ataque, ante lo que considera una violación flagrante de las leyes internacionales. Finalmente los ánimos se calman y se llega a un acuerdo, por el cuál las municiones serán retenidas 24 horas por la guardia aduanera francesa.
Ante la imposibilidad de suplir de municiones a los miqueletes del fuerte de Behovia, Arana avanza con 320 hombres en columna desde Irún para socorrer a los asediados, guareciendo antes de su partida la ciudad de Irún ante la amenaza carlista, apoyado por los fuegos de batería de los fuertes del Parque y Mendíbil.
EL "TANQUE" CARLISTA. OBJETIVO: DESTRUIR EL FUERTE DE BEHOVIA
En Behovia, los carlistas se preparan para utilizar contra el fuerte un carro blindado que han traído desde Vera de Bidasoa. Este curioso carro, en forma de prisma triangular, se desliza por un raíl portátil sobre seis ruedas, y sus ocupantes, que hacen de fuerza motriz y de combatientes al mismo tiempo, avanzan en su interior protegidos hasta unos 25 cm del suelo por un fuerte blindaje de chapas de hierro. Se ha construido en la ferrería de Vera según los planos del inventor José Joaquín Emparán, quién poniéndose a las órdenes de Don Carlos como inventor de la corte, también había desarrollado un lanzador de petróleo a distancia (es decir, un ***********) que consiste en una bomba especial que presuriza el combustible almacenado en dos barriles que llevan los ocupantes en el carro blindado junto a granadas de mano, botellas de petróleo, estopa y otros pertrechos contra el puesto que utilizan para incendiarlo, arrojando las bombas por unas saeteras dispuestas sobre las planchas de hierro.
Tras haber realizado las pertinentes pruebas con el *********** ensayando contra una pared de una casa y, funcionando perfectamente, se ponen en movimiento hacia el fuerte donde los miqueletes resisten heroicamente.
A pesar de la discreción con la que se ha construido el carro, la noticia de su fabricación y de su salida hacia Behovia ha llegado a oídos de Arana, quién obliga a abrir trincheras para detener su avance; pero los carlistas solventan esta dificultad colocando los rieles portátiles sobre las trincheras a medida que avanzan. Salvada la última línea de trincheras, colocan el artefacto a treinta metros del fortín, desde donde lanzan granadas de mano por las aberturas del blindaje al tiempo que la infantería que acompaña al carro se ceba sobre el mismo objetivo.
Cuando los carlistas colocan el lanzador de petróleo (***********) en dirección al fortín para incendiarlo la Divina Providencia intercede por los ahogados miqueletes, comenzando a caer una lluvia de proyectiles de la artillería liberal que traía consigo Arana. En ese momento alguno de los defensores del fortín se apercibe de que por el espacio que media entre el blindaje del carro y el suelo se ven moverse los pies que propulsan el aparato, por lo que comienzan a disparar por debajo con intención de herirles en las piernas. Lo hacen con tanto acierto que los que quedan heridos salen huyendo dejando abandonado el artefacto y el *********** en medio de la carretera de Francia; la huída enfría el entusiasmo de los que atacan el fortín desde las casas, que, desanimados por la ineficacia del invento, por los disparos de Mendíbil y por la llegada de las tropas de Arana, se baten en retirada hacia la frontera de las Vascongadas con Navarra.
Queda en poder de los republicanos el carro blindado con las dos bombas de rociar petróleo, cinco barricas y un cajón con varias botellas de petróleo, una carretilla cargada de estopa, sesenta y una granadas de mano, una camilla y seis picas. Arana utiliza el *********** para incendiar las casas que rodean el puente internacional y así evitar que los carlistas vuelvan a parapetarse en ellas.
Los carlistas no consideraron fallida la acción de Behovia, pues el objetivo principal del ataque era, según ellos, distraer fuerzas de Irún y Hondarribia mientras se realizaban importantes desembarcos de cañones Krupp y otro material de guerra en el cabo Higuer y otros puntos del Monte Jaizquíbel, como el antes dicho del "Nieves" la noche de este día 12 de octubre de 1874.
En la Colección de R. Guirao, se puede ver un grabado de la batalla del puente de Behovia de "La presse illustrée", con el carro blindado.
Otro día fotocopio las ilustraciones y la foto que existe.
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