*Tema mítico* : Una revolución de jóvenes anti-boomers está empezando: "los viejos tienen pensiones y pisos en propiedad, nosotros alquiler y precariedad"

Pues me parece muy bien. Ante todo dignidad. Yo prefiero buena demanda de alquiler.
Simplemente explicaba cómo jugar con las cartas que hay repartidas.
Lo del hijo con carrera me resulta incluso cómico. Como si una carrera otorgase algún tipo de derecho o poder.
El “hijo con carrera” suele tener por encima de los 25 años y todavía no ha dado un palo al agua, mientras su padre, con 14 años o incluso menos, ya estaba currando de sol a sol como aprendiz o cadete a cambio de unas migajas. A esa edad seguramente ya empezaba a convertirse en un adulto, mientras su hijo el estudioso, con pelos en los bemoles desde hace 15 años, todavía se niega a salir de la adolescencia.
 
El “hijo con carrera” suele tener por encima de los 25 años y todavía no ha dado un palo al agua, mientras su padre, con 14 años o incluso menos, ya estaba currando de sol a sol como aprendiz o cadete a cambio de unas migajas. A esa edad seguramente ya empezaba a convertirse en un adulto, mientras su hijo el estudioso, con pelos en los bemoles desde hace 15 años, todavía se niega a salir de la adolescencia.

En cuanto les hablas de sacrificio ya empiezan a enfurruñarse y a poner morritos: pos me voy despaña y no te ajunto por viejo malo y ogro.
La realidad, con 30 años están tirados en su cama con forma de ferrari, mirando prono y asustados de que las bolsas cada vez llevan menos doritos, sufriendo la inflación.
Incapaces de desplazarse a la provincia de al lado, donde tendrían trabajo.
 
Es que es alucinante, los viejos tienen pensiones de 2500 pavos con dos extras, franco les regalo un piso que ahora alquilan por 1000 pavos al mes, tienen todo gratis, medicinas transporte, viajes, descuentos... Y eso que a lo mejor han sido maestros o enfermeras y se han tirado la mitad de su vida laboral de baja.
A ver hestudiao.

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No hijo no, te equivocas completamente en lo de VAIS.

Yo voy a dejar pronto mi placita de funcionario de oposición y largarme de este sitio poco agradable de país sin mirar atrás.

Que la pensión, la sanidad universal, el cine gratis y el viajecito a Benidorm del Imserso te los paguen Wilson José, Ahmed o Mamadou. Con sus sueldazos de ingeniero, no creo que haya problemas para ello.

Además creo que ellos estarán encantados en hacer ese pequeño favor a un viejo blanquito tan simpático como tú.

Si querías hacerme daño, y desgarrarme por dentro, lo has conseguido con lo de funcionario "de oposición", yo creía que solo existía el funcionario de carrera y el interino, pero como soy viejo, no me entero.
Pues eso mmmmmmm...me relamo y babeo, funcionario, el inquilino idílico, la perita en dulce, el mirlo blanco hecho bichito. Y te vas...con tu opo...
 
Yo creo que si los había. Pero no había redes, nadie se enteraba y los círculos cortijeros eran más selectos.
Ahora es la lumpenización descarada de políticos y enchufados que no saben ni siquiera escribir bien. Y lo que falta.
Tu puedes creer eso o puedes creer que la tierra es plana, pero lo cierto es que con Franco no había NI UN SOLO POLITICO AUTONÓMICO ni de la UE, y al no haber sistema de partidos y no estar en democracia no había apenas políticos nacionales.

Con Franco las horas extra se pagaban AL DOBLE que las normales.

Ahora simplemente, no se pagan ni se contabilizan.


Hay 500. 0000 políticos en España.
Es un hecho

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El “hijo con carrera” suele tener por encima de los 25 años y todavía no ha dado un palo al agua, mientras su padre, con 14 años o incluso menos, ya estaba currando de sol a sol como aprendiz o cadete a cambio de unas migajas. A esa edad seguramente ya empezaba a convertirse en un adulto, mientras su hijo el estudioso, con pelos en los bemoles desde hace 15 años, todavía se niega a salir de la adolescencia.

¿Cuántas veces hemos escuchado a los padres de esos hijos decir que estudien o no serán nada?

Los jóvenes de hoy día son el fruto de la educación de sus padres ¿Por qué todo el mundo se olvida de lo evidente? macho, cuando analizamos un problema hay que ir a la raíz y no al resultado, jorobar, que tienes 60 años y eres burbujero desde hace 12.

Es que flipo con las reflexiones, parecéis medicados aplaude balcones.
 
No hablaba de Franco.
Hablaba de pocos años después de su fin.
Pocos años después de la fin de Franco había más políticos que antes, pero muchos menos que ahora, que se han multiplicado por varias veces.

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¿Cuántas veces hemos escuchado a los padres de esos hijos decir que estudien o no serán nada?

Los jóvenes de hoy día son el fruto de la educación de sus padres ¿Por qué todo el mundo se olvida de lo evidente? macho, cuando analizamos un problema hay que ir a la raíz y no al resultado, jorobar, que tienes 60 años y eres burbujero desde hace 12.

Es que flipo con las reflexiones, parecéis banderilleados aplaude balcones.
Los hijos hacen LO QUE LES SALE DE LOS HUE-VOS. Eso es un hecho.

Los padres les dicen mil cosas, pero ellos solo hacen las que les apetece.

Nada de lo que digan los padres es excusa para explicar la generación de ninis gilipo-llas que padecemos

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Última edición:
A veces me dan ganas de venderlo todo y pirarme a un lugar así.

En alguno de esos sitios sólo dejan vivir a extranjeros que van a aportar algo, por ejemplo, viejos con muchísima pasta que van a pagar impuestos allí.

No están muy interesados en conceder la residencia a langostos rentistas de medio pelo paco-himbersores en ladrillo españoles, con pretensiones a "sanidad universal gratis".

Mejor quédate en España y disfruta, mientras dure la fiesta. La cubierta empieza a escorarse a babor, pero la orquesta de momento sigue tocando.

Si querías hacerme daño, y desgarrarme por dentro, lo has conseguido con lo de funcionario "de oposición", yo creía que solo existía el funcionario de carrera y el interino, pero como soy viejo, no me entero.

Puede que no sea la vejez y el principio de Alzheimer, y simplemente se trate del desconocimiento por dentro del sector público español.

Todos los funcionarios con plaza son "funcionarios de carrera". La puntualización "de oposición" indica el modo en que se ha obtenido esa plaza: mediante la concurrencia en un proceso de oposición de libre acceso, no mediante otros procedimientos más opacos, generalmente "digitales".

Los funcionarios "de oposición" suelen ser más competentes que sus compañeros "digitales".
 
En alguno de esos sitios sólo dejan vivir a extranjeros que van a aportar algo, por ejemplo, viejos con muchísima pasta que van a pagar impuestos allí.

No están muy interesados en conceder la residencia a langostos rentistas de medio pelo paco-himbersores en ladrillo españoles, con pretensiones a "sanidad universal gratis".

Mejor quédate en España y disfruta, mientras dure la fiesta. La cubierta empieza a escorarse a babor, pero la orquesta de momento sigue tocando.



Puede que no sea la vejez y el principio de Alzheimer, y simplemente se trate del desconocimiento por dentro del sector público español.

Todos los funcionarios con plaza son "funcionarios de carrera". La puntualización "de oposición" indica el modo en que se ha obtenido esa plaza: mediante la concurrencia en un proceso de oposición de libre acceso, no mediante otros procedimientos más opacos, generalmente "digitales".

Los funcionarios "de oposición" suelen ser más competentes que sus compañeros "digitales".

Me atraen Chile, el Sur y Costa Rica. Ya lo he mirado y dispongo de las reservas necesarias, no te preocupes. Cuando llegue el momento, ya veré lo que hago, allí también vive la gente bajo techos, alguien debe cobijar a los que no están dispuestos al sacrificio de comprar.
Suerte tienes como funcionario de oposición, que estarán deseando que llegues a cualquier país, para hacerte la ola y ponerte la limusina que mereces. Y recibir el tratamiento de alteza, como en casa, cuando tenías 5 años. Te voy a llamar Fofó, de funcionario de oposición.

 
¿Cuántas veces hemos escuchado a los padres de esos hijos decir que estudien o no serán nada?

Los jóvenes de hoy día son el fruto de la educación de sus padres ¿Por qué todo el mundo se olvida de lo evidente? macho, cuando analizamos un problema hay que ir a la raíz y no al resultado, jorobar, que tienes 60 años y eres burbujero desde hace 12.

Es que flipo con las reflexiones, parecéis medicados aplaude balcones.
Soy el primero en decir que la culpa de NUESTRA (creo que en alguno de los primeros posts de este hilo lo he dicho), pero no por haberlos animado a estudiar, que eso nunca está de más, sino por NO haberlos forzado a currar para pagarse sus vicios mientras estudiaban, por haberlos dejado estudiar carreras de pinta y colorea hasta los 30 años, por haberlos sobreprotegido y criado entre algodones, por haberles permitido vivir en modo fácil y con todos los caprichos, por no haberles inculcado la cultura del esfuerzo y, sobre todo, por no haberles dado esas dos palos a tiempo que espabilan hasta al más simple…
Y tengo 58 años, no 60.
 
En cuanto les hablas de sacrificio ya empiezan a enfurruñarse y a poner morritos: pos me voy despaña y no te ajunto por viejo malo y ogro.
La realidad, con 30 años están tirados en su cama con forma de ferrari, mirando prono y asustados de que las bolsas cada vez llevan menos doritos, sufriendo la inflación.
Incapaces de desplazarse a la provincia de al lado, donde tendrían trabajo.


Da igual lo que penséis. Da igual cómo los insultéis. Da igual si es justo o injusto, si habéis trabajado duro o si vuestro caudillo os ha regalado vida y hacienda. La cuestión es que cada día sois más viejos y por lo tanto menos más débiles. Y mientras, los que no quieren esperar para sucederos van llegando a su plenitud y máximo vigor.

Y en occidente cada vez hay menos para repartir; los treinta gloriosos quedan ya muy, muy atrás y el empobrecimiento general medio es cada día más patente. Y vuestros sucesores tienen hambres, apetitos y necesidades no cubiertas. Tanto biológicas como creadas por los medios de comunicación de masas y el espíritu de colmena.

Y además de tener apetitos, han sido educados en los principios del mayo del 68 y el hippismo y sus inanes réplicas: el posmodernismo, la nueva izquierda, la revolución pogre, el posfeminismo, la revuelta LGTBIETC, el fundamentalismo de mercado y demás. Y, simultáneamente, se han liquidado el cristianismo, el patriotismo y el culto a los antepasados, sin que los sustituya una construcción ideológica consistente. Y el cambio constante de principios que supone el fluir sin solución de continuidad del neoliberalismo extremo, al izquierdismo saltimbanquinesco, al veganismo, al activismo polisexual, a las diversas modalidades del feminismo, al ecologismo, al animalismo, a la iconoclastia de las estatuas de los antepasados, al antitaurinismo y demás ideologías ya de por sí fluidas y efímeras, equivale a la absoluta carencia de principios jovenlandesales.

Y esa falta de frenos jovenlandesales viene, además, acompañada de una total absoluta de esa capacidad de sacrificio y resistencia a la frustración que se entrenaba antes, desde que los ahora viejos eran niños, en las iglesias con toda su mortificante liturgia de letanías y rodillas doloridas apoyadas en duros reclinatorios; en la escuela del palmetazo, el castigo, las clases matinales y vespertinas y la tarea ardua, con frecuencia repetitiva y tediosa, aparentemente inútil y de dificultad siempre creciente; en el servicio militar con su despersonalización, la humillación y la pérdida absoluta de individualidad que suponía formar en orden cerrado junto con cientos de individuos con igual pelado, vestidos exactamente igual, marchando al unísono al mismo paso y siendo designados mediante un frío número.


Y esos jóvenes empobrecidos, de apetitos, tanto naturales como artificiales, insatisfechos, carentes de principios jovenlandesales sólidos, líquidos o gaseosos, sin capacidad de sacrificio y con una formación menos que deficiente que les hace creer que interpretan el mundo porque pueden acceder a un meme que les llega al móvil, a un comentario de 280 caracteres máximo o a un vídeo de cinco minutos y que se toman por el culmen de la evolución humana porque son capaces de escribir con los pulgares con una nueva ortografía que prescinde, como ellos, de cualquier regla preestablecida y de todo rasgo normativo, van llegando a su apogeo vital. Esos jóvenes que desprecian lo racional, capacidad típicamente humana, porque les han ensalzado hasta la náusea su naturaleza emocional, que el ser humano comparte con otras especies de mamíferos, se van viendo con fuerza suficiente para apoderarse del mundo construido antes de que ellos llegaran y de sus frutos. Por no tener, ni siquiera tienen hijos ante los que se vean impelidos a mostrarse como un ejemplo.


Y cuando el animal emocional que siente que le han estafado, sin principios, sin cultura, sin respeto por los que le precedieron, sin historia, sin tolerancia a la frustración, sin humildad y sin normas, busca a su alrededor dónde apoderarse de aquello que le apetece pero no tiene, no busca en el vértice de la pirámide social, que son aquellos que han conformado sus modos y sus emociones. La gente del vértice, magnates, políticos, gurús de la comunicación y demás, se encuentra fuera de su alcance, lejos, en sus fortalezas invisibles, protegidos por sofisticados muros que ocultan sus manejos sin hacerse opacos a la luz.

Las emociones le llevan a envidiar los bienes de los pobres desgraciados que han trabajado lo bastante como para reunir en torno de sí unos magros bienes que les hacen el envejecimiento algo más fácil, dentro de lo difícil que es esa fin a plazos llamada vejez. Y los codician tanto que, sin embozo, ya empiezan a manifestar sus apetitos sin los frenos de la vergüenza, los principios, la dignidad o la disciplina.

¿No lo veis? No. No es Saturno devorando a sus hijos. Son los hijos de Saturno preparándose para cortar su carne, como si se hubieran estrellado con un avión en una cordillera helada y se hubieran puesto de acuerdo para fagocitar a Saturno que, al fin y al cabo, aunque haya sobrevivido al accidente, no vivirá ya mucho más tiempo ni lo merece, por haberlos engendrado así.

Y es una guerra que no podéis ganar: cada vez sois menos y más débiles. Vae victis.
 
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Da igual lo que penséis. Da igual cómo los insultéis. Da igual si es justo o injusto, si habéis trabajado duro o si vuestro caudillo os ha regalado vida y hacienda. La cuestión es que cada día sois más viejos y por lo tanto menos más débiles. Y mientras, los que no quieren esperar para sucederos van llegando a su plenitud y máximo vigor.

Y en occidente cada vez hay menos para repartir; los treinta gloriosos quedan ya muy, muy atrás y el empobrecimiento general medio es cada día más patente. Y vuestros sucesores tienen hambres, apetitos y necesidades no cubiertas. Tanto biológicas como creadas por los medios de comunicación de masas y el espíritu de colmena.

Y además de apetitos, han sido educados, en los principios del mayo del 68 y el hippismo y sus inanes réplicas: el posmodernismo, la nueva izquierda, la revolución pogre, el posfeminismo, la revuelta LGTBIETC, el fundamentalismo de mercado y demás. Y, simultáneamente, se han liquidado el cristianismo, el patriotismo y el culto a los antepasados, sin que los sustituya una construcción ideológica consistente. Y el cambio constante de principios que supone el fluir sin solución de continuidad del neoliberalismo extremo, al izquierdismo saltimbanquinesco, al veganismo, al activismo polisexual, a las diversas modalidades del feminismo, al ecologismo, al animalismo, a la iconoclastia de las estatuas de los antepasados, al antitaurinismo y demás ideologías ya de por sí fluidas y efímeras, equivale a la absoluta carencia de principios jovenlandesales.

Y esa falta de frenos jovenlandesales viene, además, acompañada de una total absoluta de esa capacidad de sacrificio y resistencia a la frustración que se entrenaba antes, desde que los ahora viejos eran niños, en las iglesias con toda su mortificante liturgia de letanías y rodillas doloridas apoyadas en duros reclinatorios; en la escuela del palmetazo, el castigo, las clases matinales y vespertinas y la tarea ardua, con frecuencia repetitiva y tediosa, aparentemente inútil y de dificultad siempre creciente; en el servicio militar con su despersonalización, la humillación y la pérdida absoluta de individualidad que suponía formar en orden cerrado junto con cientos de individuos con igual pelado, vestidos exactamente igual, marchando al unísono al mismo paso y siendo designados mediante un frío número.


Y esos jóvenes empobrecidos, de apetitos, tanto naturales como artificiales, insatisfechos, carentes de principios jovenlandesales sólidos, líquidos o gaseosos, sin capacidad de sacrificio y con una formación menos que deficiente que les hace creer que interpretan el mundo porque pueden acceder a un meme que les llega al móvil, a un comentario de 280 caracteres máximo o a un vídeo de cinco minutos y que se toman por el culmen de la evolución humana porque son capaces de escribir con los pulgares con una nueva ortografía que prescinde, como ellos, de cualquier regla preestablecida y de todo rasgo normativo, van llegando a su apogeo vital. Esos jóvenes que desprecian lo racional, capacidad típicamente humana, porque les han ensalzado hasta la náusea su naturaleza emocional, que el ser humano comparte con otras especies de mamíferos, se van viendo con fuerza suficiente para apoderarse del mundo construido antes de que ellos llegaran y de sus frutos. Por no tener, ni siquiera tienen hijos ante los que se vean impelidos a mostrarse como un ejemplo.


Y cuando el animal emocional que siente que le han estafado, sin principios, sin cultura, sin respeto por los que le precedieron, sin historia, sin tolerancia a la frustración, sin humildad y sin normas, busca a su alrededor dónde apoderarse de aquello que le apetece pero no tiene, no busca en el vértice de la pirámide social, que son aquellos que han conformado sus modos y sus emociones. La gente del vértice, magnates, políticos, gurús de la comunicación y demás, se encuentra fuera de su alcance, lejos, en sus fortalezas invisibles, protegidos por sofisticados muros que ocultan sus manejos sin hacerse opacos a la luz.

Las emociones le llevan a envidiar los bienes de los pobres desgraciados que han trabajado lo bastante como para reunir en torno de sí unos magros bienes que les hacen el envejecimiento algo más fácil, dentro de lo difícil que es esa fin a plazos llamada vejez. Y los codician tanto que, sin frenos, ya empiezan a manifestar sus apetitos sin los frenos de la vergüenza, los principios, la dignidad o la disciplina.

¿No lo veis? No. No es Saturno devorando a sus hijos. Son los hijos de Saturno preparándose para cortar su carne, como si se hubieran estrellado con un avión en una cordillera helada y se hubieran puesto de acuerdo para fagocitar a Saturno que, al fin y al cabo, aunque haya sobrevivido al accidente, no vivirá ya mucho más tiempo ni lo merece, por haberlos engendrado así.

Y es una guerra que no podéis ganar: cada vez sois menos y más débiles. Vae victis.

Te he leído por encima: sobredosis de campurrianas.
Cuidao con la diabetes.
 
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