Un ejemplo práctico y muy esclarecedor sobre las grandes diferencias existentes entre la mentalidad de un norcoreano y la de un español.
Por circunstancias que no vienen al caso he recordado hoy un incidente que se produjo en Pyongyang en el año 2014 y que quería recordar con vosotros. Un edificio de viviendas que estaba siendo reformado se derrumbó de manera no controlada matando a decenas de personas.
Fue bastante sonado en su momento y salio en múltiples medios de comunicación ansiosos de sensacionalismo y de seguir echando hez sobre el último reducto socialista del planeta. En este caso en concreto no se habrían inventado la noticia pero sí que es cierto que cientos de edificios se desplomarán todos los meses en cualquier parte del mundo y el único caso que va a ocupar las portadas es este por el único motivo de haberse producido en Pyongyang.
Imaginaros el mismo hecho en España. Cada uno de los responsables de esa construcción se limpiarian las manos y señalarían al de al lado como único culpable en medio de un cruce de acusaciones sin fin, otros aprovecharían para contratar a un letrado y otros pondrían pies en polvorosa rumbo a las Américas. Tipical spanish.
Y ahora lo que sucedió en Corea del Norte: El arquitecto jefe encargado de la edificación, un general (la mayoría de las construcciones las realiza el ejército), compareció en el mismo lugar de los hechos para pedir perdón públicamente ante todos los afectados por el derrumbe, delante de los familiares de las víctimas mortales, cara a cara con ellos.
Eso por un lado, independientemente de las consecuencias legales que tendría luego según fuese mayor o menor su responsabilidad. Eso ya tendría que dictaminarlo luego un tribunal pero es muy probable que el general fuese degradado y pasase una temporadita en un campo de reeducación (versión norcoreana de las prisiones que ya todos conocemos).
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