La cosa está muy clara. Si tras la propuesta (buena o mala) el Gobierno ha saltado al cuello del Garamendi, criticándole y llamándole extrema derecha y no sé qué más, está claro que ese sistema no conviene a la masa política. Puede que beneficie al ciudadano (porque estaría más informado, nada más), porque impuestos seguiría teniendo que pagarlos, pero a los políticos por supuesto que no. Si el ciudadano de a pie se entera de que más de la mitad de su sueldo va para el Estado, ya que digo yo que habría manifestaciones en masa protestando. Incluso los más afines a un partido político, que incluyo cuando se demuestra su corrupción, siguen votándoles y apoyándoles, en cuanto les tocas su dinero, el ciudadano despierta y protesta.
Lo que pasa es que la gran mayoría de la gente se cree que sólo paga el IRPF (ese 15-20% de media) y un 6,35% o así de Seguridad Social. Y se queda tan ancho. No se da cuenta que ese 23% que paga la empresa, también es su sueldo, pero que se da íntegro, como cotización, al Estado. Y un 23% de un sueldo, aunque sea milieurista, es mucha pasta.
Y mira que no estamos hablando del resto de impuestos, como el IVA, el IBI, etc. Que es un sumar y sumar. Al final, cuando el ciudadano tiene toda esta información (la real) y se da cuenta que de cada 30 días del mes, no es hasta el día 20-22 cuando empieza a ganar dinero realmente, entonces se vuelve loco, se desespera y clama al cielo. También, luego, se da cuenta de que no tiene nada que hacer, porque vivimos en un Estado controlador y dictatorial, donde ellos mandan y tú obedeces (y no hablo del PSOE o del PP, hablo de cualquiera de la democracia), y tenemos que tragar sí o sí. No tenemos otra opción. Ni siquiera nos dejan irnos al monte y vivir fuera del sistema. Si lo haces, ya se encargarán de decir que vas en contra de la ley.