La autosuficiencia alimentaria total o casi total me parece una expectativa bastante estulta, por lo desmoralizante y lo maximalista. Sin faltar, quiero decir: es muy satisfactorio tener tu huerto y tus gallinas, ir aprendiendo y mejorando, pero del simpático complemento y entretenimiento a la garantía de subsistencia hay un trecho.
Para la autosuficiencia hay que tener un capital de partida importante, cabeza, paciencia y unos bemoles como melones. No puedes coger a una rata de colmena urbanita y soltarla en el agro a que se busque la vida, no va a salir bien en el 99,99% de los casos. Fallarán los recursos, la actitud, las aptitudes o todo junto.
A escala doméstica, salvo que seas un puñetero crack o estés muy bien aconsejado, vas a tener 3, 5, 6 cosechas mediocres hasta que pilles el punto de las labores, los tiempos, las diferentes plantas y variedades, tu microclima y exposición solar, distribución, abonos, tus prioridades y tus historias. Esos 3, 5, 6 años vas a sacar algo, pero...Si aguantas y te acuerdas, 10 años después te descojonarás de lo torpe que eras, pero tienes que cagarla muchas, muchas veces antes de ser un hortelano competente. Observar mucho imprescindible, buscar otros hortelanos de la zona aconsejable, leer sobre plantas ayuda.
En invierno salvo que vivas en alta montaña puedes hartarte a espinacas, acelgas, escarolas, etc, incluso pillar algún puerro y cebolla. Esto suele pasarse por alto, como sus defensores pasan por alto que NO SOMOS CONEJOS y comer hojitas más de 2-3 veces por semana incita al suicidio fuertemente. Bueno, con suerte sacas alguna col o brócoli, que ya dan más juego, pero tampoco es que sea la alegría suprema.
Las conservas, parecen una tontería, pero son entretenidas y también tienen su aprendizaje, incluso las guindillas que son de lo más facilón, cada chorradita que quieras hacer tiene su miga y posiblemente lo hagas regulero varias veces antes de que te salga a tu gusto. A los animales hay que darlos de comer, limpiarles los espacios, matarlos, pelarlos, vaciarlos, trocearlos, curarlos/embutirlos o congelarlos (los arcones abultan y chupan luz, recordemos).
En fin, suavecito que no se nos asusten los candidatos a repobladores.