También tiene un concepto de generación babyboomer que es también muy elástico (como he probado antes).
Les propongo a todos ustedes la fundación de una nueva generación:
Los Baby Goomers.
Explicación del nombre: Baby viene de porque los integrantes de esa generación nacieron en algún momento, eso está claro. Goomers viene en origen de gum (chicle, el chicle es algo elástico), adaptando el vocablo adecuadamente para que se parezca a Boomers, pero sin perder su aplicabilidad elástica a todo tipo de situaciones.
Se trata de una generación elástica, como decimos, siempre integrada por gente de edad superior a la del usuario actual del concepto. Por ejemplo, si usted tiene 22 años, acaba de terminar un grado, o simplemente no tiene usted estudios, y el vecino del quinto ha encontrado trabajo en una multinacional alemana, ya puede aplicarle el término de Baby Goomer sin piedad. El babygoomer sería 30 añero.
Si usted tiene 40-50 años, y se da cuenta que los de la generación de sus padres (los de 70-80) fueron realmente los que a base de protestas tipo mayo del 68 y de reivindicaciones varias son los que se han quedado con el cotarro, los trabajos buenos, el apartamento en la playa y las vacaciones de dos meses, pues ya sabe: los viejunos de 70-80 son los baby-goomers a reprobar.
Además el concepto es reciclable, algo muy aconsejable en los tiempos que corren, donde todo debe tener algún matiz ecológico: Si casualmente usted, cuando llega a los 30 años se coloca y tiene un buen trabajo, no necesitará renunciar a su trabajo y regalárselo a un 20 añero: los Baby Goomers serán los de 40 años para arriba. Lo mismo si eso le sucede a los 40.
Y además, ya puestos, convirtamos el concepto en multidireccional: Cuando usted, adult... digooo jovencito de 30 añaz.. añitos, tenga 60 ó 70, como no habrá tenido hijos, porque eso son todo complicaciones, no habrá suficiente personal para pagarle a usted la pension, entonces no será inteligente acusar a los de la generación anterior, porque estarán todos doblando la servilleta o ya lo habrán hecho. Pues aquí puede usted acusar a los hijos treintaañeros de los demás de no ser suficientes, de no estar lo suficientemente concienciados como desdoblarse cual gremlins (pruebe usted a mojarlos a ver si hay suerte), en definitiva, unos auténticos baby-goomers.