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****WOOD | El cadenazo digital
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Si su señora quiere ir al cine y usted ya se ha puesto las pantuflas y la bufanda de su equipo, lo tiene fácil para librarse: “vale, pero solo si vamos a una película que no haya sido hecha por judíos”. Ya puede ir abriendo la lata de fuagrás y poniéndose cómodo en su sillón favorito, porque esa noche no se sale de casa.
En el 2006 Mel Gibson, actor tan reconocible por su ojo ciego como por su cara, pero también por decir las verdades del barquero, dijo “los judíos han sido los culpables de todas las guerras”. Ocho años después no ha vuelto a trabajar en Hollywood. Y no solo eso, sino que ha recibido muy poca ayuda corporativa, sus compañeros gremiales le dieron la espalda y aquello de la solidaridad entre cómicos no llegó ni a burda mueca chaplinesca.
Recientemente Gary Oldman, un actor sòlido, versátil y, visto lo visto, valiente fuera de los escenarios, declaraba: “Mel Gibson se emborrachó y dijo unas cuantas cosas, pero todos decimos cosas así. Unos hipócritas, eso es lo que somos. Gibson está en una ciudad manejada por judíos y sus comentarios fueron erróneos, porque fue como morder la mano que le daba de comer”.
Las reacciones de la comunidad judía -como en el caso de Gibson- no se hicieron esperar y así, el rabino Marvin Hier, fundador del Centro Simon Wiesenthal, apuntó que Oldman pretende que «los judíos olviden que lo que Mel Gibson dijo fue el eslogan que Adolf Hitler usó para apiolar a millones de judíos durante el Holocausto».
Abraham Foxman, director de la poderosa Liga Antidifamación de Estados Unidos (ADL) también rechazó las declaraciones del actor, asegurando que «debería ser más inteligente en lugar de repetir la antigua retórica antisemita sobre el control de los judíos en Hollywood. La exclusión de Mel Gibson de Hollywood no fue consecuencia de una conducta políticamente incorrecta, sino de su carácter intolerante y odioso». Con estas declaraciones, el ínclito Abraham está reconociendo implícitamente el veto a Gibson.
Pero veamos, ¿exageran Gibson y Oldman en su visión del lujoso barrio de Los Angeles y su poderosísima industria? Veamos en primer lugar qué dicen ellos -los judíos- de sí mismos.
Tom Tugend, en The Jewish Chronicle (La Crónica alubia*) escribe: La presencia judía en Holywood es un hecho que pocas personas desconocen, en Hollywood la mayoría de los actores, directores y productores son judíos. Artículos aparecidos en Jewish Post and Opinion, peródico judío estadounidense, y el Jewish Chronicle, el semanario judío de Londres dan amplia cuenta de esto.
Pero más importante que los actores es el hecho de que la casi totalidad de las grandes productoras cinematográficas están en manos de judíos. Una simple mirada a estas productoras nos puede dar una idea de la enorme influencia que ejercen en Hollywood.
• Warner Bros, dirigida por el judío Barry Meyer
• 20th Century Fox, dirigida por el judío relleniton T Stulberg
• Metro-Goldwyn-Mayer, dirigida por los judíos Frank Rosenfelt y Daniel Melnick
• Columbia Pictures, dirigida por el judío David Begelman
• Universal Pictures, dirigida por los judíos Lew Wasserman y Jennings Lang
• Paramount Pictures, dirigida por los judíos Charles Bloudon y Robert Evans
El conglomerado de medios de comunicación más grande hoy es Walt Disney Company, cuyos últimos presidentes, Michael Eisner, Robert Iger, son judíos.
El Imperio Disney, encabezado por un hombre descrito por un analista de medios de comunicación como el “monstruo del control”, incluye varias compañías de producción de TV (Walt Disney Televisión, Touchstone Televisión, Buena Vista Televisión), su propia red de cable con 14 millones de subscriptores, y dos compañías de producción de vídeos.
En cuanto a la producción de películas, el Walt Disney Picture Group, encabezado por Joe Roth (también un judío), incluye Touchstone Pictures, Hollywood Pictures, y Caravan Pictures. Disney también posee Miramax Films, dirigido por los hermanos Weinstein, obviamente judíos.
Si Walt levantara su criogenizada cabeza, iba a arder Troya.
La mayoría de los directores y productores de cine americanos son también judíos, de la misma manera que los guionistas (se estima que más del 95% de éstos, son judíos). Sólo por nombrar algunos, citemos los casos de Richard Benjamin, Elliot Gould, Ron Leibman, etc. El caso de los directores de cine judíos, ya es de nota. Vean sino: Huston, Spielberg, W. Allen, Kubrick, Lang, Mel Brooks, Kramer, Pakula, Barry Levinson, Don Siegel, Mankiewicz, Sagal… la lista es interminable.
Y ya actores, ni les cuento.
Conclusión, cuando el australiano Gibson dijo que las grandes guerras de la historia las habían provocado los judíos, no estaba tan solo sentenciando su desaparición de la parrilla de estrenos, sino enfrentándose contra un enemigo tan poderoso que jamás podrá derrotar.
Ummmmm, no sé a quién me recuerda esto…
LARREA DIC/2014
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Si su señora quiere ir al cine y usted ya se ha puesto las pantuflas y la bufanda de su equipo, lo tiene fácil para librarse: “vale, pero solo si vamos a una película que no haya sido hecha por judíos”. Ya puede ir abriendo la lata de fuagrás y poniéndose cómodo en su sillón favorito, porque esa noche no se sale de casa.
En el 2006 Mel Gibson, actor tan reconocible por su ojo ciego como por su cara, pero también por decir las verdades del barquero, dijo “los judíos han sido los culpables de todas las guerras”. Ocho años después no ha vuelto a trabajar en Hollywood. Y no solo eso, sino que ha recibido muy poca ayuda corporativa, sus compañeros gremiales le dieron la espalda y aquello de la solidaridad entre cómicos no llegó ni a burda mueca chaplinesca.
Recientemente Gary Oldman, un actor sòlido, versátil y, visto lo visto, valiente fuera de los escenarios, declaraba: “Mel Gibson se emborrachó y dijo unas cuantas cosas, pero todos decimos cosas así. Unos hipócritas, eso es lo que somos. Gibson está en una ciudad manejada por judíos y sus comentarios fueron erróneos, porque fue como morder la mano que le daba de comer”.
Las reacciones de la comunidad judía -como en el caso de Gibson- no se hicieron esperar y así, el rabino Marvin Hier, fundador del Centro Simon Wiesenthal, apuntó que Oldman pretende que «los judíos olviden que lo que Mel Gibson dijo fue el eslogan que Adolf Hitler usó para apiolar a millones de judíos durante el Holocausto».
Abraham Foxman, director de la poderosa Liga Antidifamación de Estados Unidos (ADL) también rechazó las declaraciones del actor, asegurando que «debería ser más inteligente en lugar de repetir la antigua retórica antisemita sobre el control de los judíos en Hollywood. La exclusión de Mel Gibson de Hollywood no fue consecuencia de una conducta políticamente incorrecta, sino de su carácter intolerante y odioso». Con estas declaraciones, el ínclito Abraham está reconociendo implícitamente el veto a Gibson.
Pero veamos, ¿exageran Gibson y Oldman en su visión del lujoso barrio de Los Angeles y su poderosísima industria? Veamos en primer lugar qué dicen ellos -los judíos- de sí mismos.
Tom Tugend, en The Jewish Chronicle (La Crónica alubia*) escribe: La presencia judía en Holywood es un hecho que pocas personas desconocen, en Hollywood la mayoría de los actores, directores y productores son judíos. Artículos aparecidos en Jewish Post and Opinion, peródico judío estadounidense, y el Jewish Chronicle, el semanario judío de Londres dan amplia cuenta de esto.
Pero más importante que los actores es el hecho de que la casi totalidad de las grandes productoras cinematográficas están en manos de judíos. Una simple mirada a estas productoras nos puede dar una idea de la enorme influencia que ejercen en Hollywood.
• Warner Bros, dirigida por el judío Barry Meyer
• 20th Century Fox, dirigida por el judío relleniton T Stulberg
• Metro-Goldwyn-Mayer, dirigida por los judíos Frank Rosenfelt y Daniel Melnick
• Columbia Pictures, dirigida por el judío David Begelman
• Universal Pictures, dirigida por los judíos Lew Wasserman y Jennings Lang
• Paramount Pictures, dirigida por los judíos Charles Bloudon y Robert Evans
El conglomerado de medios de comunicación más grande hoy es Walt Disney Company, cuyos últimos presidentes, Michael Eisner, Robert Iger, son judíos.
El Imperio Disney, encabezado por un hombre descrito por un analista de medios de comunicación como el “monstruo del control”, incluye varias compañías de producción de TV (Walt Disney Televisión, Touchstone Televisión, Buena Vista Televisión), su propia red de cable con 14 millones de subscriptores, y dos compañías de producción de vídeos.
En cuanto a la producción de películas, el Walt Disney Picture Group, encabezado por Joe Roth (también un judío), incluye Touchstone Pictures, Hollywood Pictures, y Caravan Pictures. Disney también posee Miramax Films, dirigido por los hermanos Weinstein, obviamente judíos.
Si Walt levantara su criogenizada cabeza, iba a arder Troya.
La mayoría de los directores y productores de cine americanos son también judíos, de la misma manera que los guionistas (se estima que más del 95% de éstos, son judíos). Sólo por nombrar algunos, citemos los casos de Richard Benjamin, Elliot Gould, Ron Leibman, etc. El caso de los directores de cine judíos, ya es de nota. Vean sino: Huston, Spielberg, W. Allen, Kubrick, Lang, Mel Brooks, Kramer, Pakula, Barry Levinson, Don Siegel, Mankiewicz, Sagal… la lista es interminable.
Y ya actores, ni les cuento.
Conclusión, cuando el australiano Gibson dijo que las grandes guerras de la historia las habían provocado los judíos, no estaba tan solo sentenciando su desaparición de la parrilla de estrenos, sino enfrentándose contra un enemigo tan poderoso que jamás podrá derrotar.
Ummmmm, no sé a quién me recuerda esto…
LARREA DIC/2014