Fmercury1980
Madmaxista
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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, COMO CATALIZADORA DE LA DESCOMPOSICIÓN DEL IMPERIO BRITÁNICO
El primer ministro Chamberlain justificó su actuación durante las negociaciones de Múnich (año 1938) del siguiente modo: "A war, whatever the outcome, will result certainly in the decomposition of the British Empire" ("Una guerra, cualquiera que sea el resultado, conllevará ciertamente a la descomposición del Imperio Británico").
Si nos ceñimos a los datos de hecho, las palabras de Chamberlain resultaron por completo certeras: La entrada del Reino Unido en la II Guerra Mundial fue catastrófica para su Imperio. La campaña de Francia de 1940 resultó en una aplastante victoria militar de la Wehrmacht, no sólo sobre las tropas francesas, sino también sobre las británicas. Y fue Hitler, ciertamente, el que salvó a los británicos de su derrota total cuando ordenó a sus tropas detenerse durante tres días en los alrededores de Dunkerque, posibilitando la evacuación del ejército británico mediante la Operación Dynamo. Si se hubieran seguido los consejos de Guderian y de Von Mannstein, 400.000 británicos y todo su material de guerra habrían sido capturados por la Wehrmacht, y la isla de Gran Bretaña habría quedado completamente desguarnecida, y de poco les habría servido el poder de su aviación. Los historiadores discuten acerca de los motivos de Hitler para ordenar la detención de sus tropas, pero lo más probable es que pretendiera así facilitar un acuerdo con el Imperio Británico.
Había ministros en el gabinete de guerra británico partidarios de alcanzar un acuerdo de paz con Alemania, sabedores de que los intereses de Alemania yacían en Europa Oriental y que una guerra de desgaste conllevaría la ruina y la destrucción del Imperio Británico. Es conocida una frase de un miembro del gabinete que tras conocer el inicio de las hostilidades del frente oriental comentó sarcásticamente: "Es una pena que no puedan perder los dos".
La II Guerra Mundial supuso un desastre, una hetacombe para la nación británica: Más de medio millón de jóvenes murieron en la contienda y el Reino Unido sólo se salvó de la ruina gracias a un préstamo de emergencia de los Estados Unidos en 1946, que sólo se terminó de pagar en 2006. Tras la guerra, los ingleses tuvieron que conceder la independencia a la India, salieron por patas de Palestina, concedieron la completa independencia a Egipto y a Irak y pocos años después vieron cómo las monarquías probritánicas de estos dos países fueron sustituidas por regímenes panarabistas y prosoviéticos. Incluso los irlandeses les pegaron una bofetada en la cara cuando De Valera presentó sus condolencias por la fin de Hitler en la embajada alemana en Dublín y cuando el gobierno de Cosgrave proclamó la República de Irlanda en 1949.
La II Guerra Mundial acabó, pues con el Imperio Británico que tantos siglos había costado construir, con la soberanía de los reyes ingleses sobre Irlanda, que duraba ya ocho siglos. Acabó con las vidas de cientos de miles de jóvenes obreros ingleses, que fueron reclutados forzosamente, sin cobrar un sólo duro, mientras que las industrias armamentísticas se cobraron hasta la última bala.
EL CASO DE LA INDIA
El conflicto demostró que la geografía seguía siendo tan importante como nunca a la hora de determinar las esferas de influencia de las superpotencias: En 1945 la hegemonía fue tras*ferida a países respaldados por inmensas masas continentales, América del Norte en el caso de Estados Unidos, Eurasia en el caso de la Unión Soviética.
Se considera que el Imperio Británico alcanzó su cénit en torno a 1880. A partir de ese momento, el número de barcos de la marina británica comenzó a descender progresivamente (en EEUU lleva haciéndolo desde la época Reagan). El propio Joseph Chamberlain afirmaba en la década de los años 1890 que "el gran coloso se tambalea".
El corazón del Imperio Británico era la India, que abarcaba (y abarca) la sexta parte de la Humanidad. Una vez independizada la India, el Imperio Británico duró tan sólo 15 años.
El nacionalismo indio comenzó a configurarse en la segunda mitad del siglo XIX (el Congreso Nacional Indio se fundó en 1885), pero sólo adquirió un carácter verdaderamente amenazador después del fin de la I Guerra Mundial. En el año 1912 los británicos habían trasladado la capital desde Calcuta a Nueva Delhi, en el centro de la llanura indogangética, habían acometido una importante reforma administrativa y, sobre todo, militar. El general Kitchener unificó los ejércitos de las tres presidencias de la India (Bomba, Madrás, Calculta) en uno sólo, el Royal Indian Army, compuesto por efectivos indígenas, y que durante la I Guerra Mundial cumplió un importante papel en el frente de Mesopotamia. La Gran Guerra demostró a las élites indias que una India independiente podría hacerse con la hegemonía en el sur de Asia.
The British campaign in Mesopotamia 1914-1918
En el año 1928, el Congreso Nacional Indio formuló una exigencia inmediata de independencia a las autoridades británicas: En el plazo de 2 años, la India debía tras*formarse en un dominio como Canadá o el Estado Libre de Irlanda. Alarmante eran también las actividades de Gandhi, que estaban contribubuyendo a espardir el nacionalismo indio a las clases bajas (Marcha de la Sal de 1931). Los británicos crearon una Ley de Gobierno Local en el año 1935, que aunque ampliaba las competencias de las provincias, aún mantenía la administración central (Defensa, Asuntos Exteriores, Correo, Telégrafos, etc...).
El verdadero golpe para las autoridades imperiales fueron las elecciones regionales de 1935. Los británicos habían intentado disgregar a la población india en varios grupos enfrentados entre sí: fiel a la religión del amores contra hindúes, arios contra drávidas, parias contra el resto de la población. En el sur de la India, en la presidencia de Madrás, durante la década de los años 20 gobernó un partido nacionalista drávida pro-británico, el Partido del Progreso, partidario de segregar el sur de la India y crear un territorio autónomo dentro del Imperio Británico. Por otro lado, el doctor Ambedkar, representante de los parias, había intentado crear un electorado separado para los mismos.
Periyar, líder de los nacionalistas drávidas del sur de la India y probable agente británico
El doctor Ambedkar, líder de los dalits
Sin embargo, las elecciones de 1935 conllevaron el colapso del Partido del Progreso en la provincia de Madrás, y su relevo por el Congreso Nacional Indio, liderado por Ragochalapari. En toda la India se repitió el aplastante triunfo de las fuerzas independentistas indias, salvo en las zonas fiel a la religión del amoras, donde se alzó con la victoria la Liga fiel a la religión del amora de Ali Jinnah.
Era evidente que el Imperio Británico estaba en las últimas. A pesar de todo, el gobierno de Londres decidió continuar con la guerra en 1940. Sucedió lo que tenía que pasar: En el año 1942 hubo un alzamiento en la India, el Movimiento Quit India, que estuvo a punto de triunfar (los yanquis estuvieron presionando a Churchill para conceder inmediatamente el estatus de dominio a la India), pero que finalmente pudo ser a duras penas controlado (los jefes del Congreso Nacional Indio fueron encarcelados).
De mayor importancia fue la creación del Ejército de la India Libre por parte de Subhas Chandra Bose. Aunque militarmente no supuso una amenaza para los británicos, las actividades de Bose y los juicios a los generales de su ejército a finales de 1945, contribuyeron a generar un profundo sentimiento antibritánico entre la población india que finalmente culminó con el motín de la marina india de Febrero de 1946. Los informes de los servicios secretos británicos eran alarmantes: Las autoridades británicas ya no podían confiar en las fuerzas nativas del Royal Indian Army para aplastar una futura revuelta nacionalista india. Existía el riesgo de que estallara una nueva Rebelión de los Cipayos. Consecuentemente, en Marzo de 1946 Clement Attlee anunció en el Parlamento Británico su voluntad de conceder la independencia a la India, y fijó Junio de 1947 como fecha tope de retirada.
Subhas Chandra Bose
Ejército Nacional Indio - Wikipedia, la enciclopedia libre
Como vemos, según el propio Attlee fueron las actividades de Bose durante la II Guerra Mundial y no las de Gandhi las que catalizaron el colapso de la administración británica en la India.
¿POR QUÉ DECIDIÓ LONDRES SEGUIR CON LA GUERRA?
A pesar de la caída del Imperio Británico y a pesar de que en 1945 Estados Unidos poseía el 50% del PIB mundial, Londres siguió siendo la principal plaza financiera del mundo. Aun hoy, el 40% de las operaciones financieras del Mundo se realizan en el Reino Unido o en alguno de sus territorios de Ultramar (Isla de Man, Gibraltar, etc...), frente a la exigua cuota del 10% que tiene el sector financiero estadounidense.
Por otro lado, desde los años 60 hemos venido siendo bombardeados por creaciones culturales angloamericanas, particularmente británicas. Los artistas británicos acaparan aún hoy el 12% de las ventas de música en todo el mundo. La música pop británica fue y sigue siendo una extraordinaria fuente de royalties y divisas para la economía del Reino Unido.
Sin su sector financiero y sin su industria cultural, probablemente en el Reino Unido habría un nivel de vida inferior al de España (sus exportaciones son parejas a las nuestras, con la diferencia de que su sector turístico es mucho más pequeño que el nuestro).
Me planteo las siguientes cuestiones: ¿Qué tipo de pactos secretos hubo en la Segunda Guerra Mundial entre las élites norteamericanas y los capitostes de la City de Londres? Los ingleses tienen fama de ser un pueblo pragmático, pero su decisión de seguir con la guerra en 1940 fue aparentemente suicida. ¿A qué se debió esta decisión de seguir con la guerra? ¿Qué mano secreta e invisible hizo triunfar al partido belicista?
Mi tesis es que a partir de mediados de los años 30, los capitostes de la City de Londres comenzaron a alarmarse ante el colapso del Imperio Británico y la posible decadencia de la metrópolis londinense como plaza financiera. Se decidió liquidar el Imperio Británico y tras*ferir la hegemonía a los Estados Unidos de América a cambio de preservar la posición de la City de Londres como plaza financiera global. A fin de cuentas, los americanos mantuvieron la vigencia de la Ley Glass-Steagall durante 70 años, inhibiendo el crecimiento de Nueva York como plaza financiera en detrimento de Londres.
¿Cómo acabará todo esto? Pues probablemente la decadencia del "Imperium Americanum" conllevará el declive de la City de Londres. Las últimas propuestas aparecidas en los diarios económicos británicos, que proponen la secesión de la ciudad del Reino Unido, son intentos a la desesperada de desvincular a Londres de las potencias anglosajonas y tras*formarla en una plaza finaciera "neutral". Una megalópolis que no es ni europea, ni asiática ni del sur muy sur, sino todo esto a la vez, y susceptible de seguir manejando el cotarro financiero aun a pesar del declive geopolítico de los imperio anglófonos.
El primer ministro Chamberlain justificó su actuación durante las negociaciones de Múnich (año 1938) del siguiente modo: "A war, whatever the outcome, will result certainly in the decomposition of the British Empire" ("Una guerra, cualquiera que sea el resultado, conllevará ciertamente a la descomposición del Imperio Británico").
Si nos ceñimos a los datos de hecho, las palabras de Chamberlain resultaron por completo certeras: La entrada del Reino Unido en la II Guerra Mundial fue catastrófica para su Imperio. La campaña de Francia de 1940 resultó en una aplastante victoria militar de la Wehrmacht, no sólo sobre las tropas francesas, sino también sobre las británicas. Y fue Hitler, ciertamente, el que salvó a los británicos de su derrota total cuando ordenó a sus tropas detenerse durante tres días en los alrededores de Dunkerque, posibilitando la evacuación del ejército británico mediante la Operación Dynamo. Si se hubieran seguido los consejos de Guderian y de Von Mannstein, 400.000 británicos y todo su material de guerra habrían sido capturados por la Wehrmacht, y la isla de Gran Bretaña habría quedado completamente desguarnecida, y de poco les habría servido el poder de su aviación. Los historiadores discuten acerca de los motivos de Hitler para ordenar la detención de sus tropas, pero lo más probable es que pretendiera así facilitar un acuerdo con el Imperio Británico.
Había ministros en el gabinete de guerra británico partidarios de alcanzar un acuerdo de paz con Alemania, sabedores de que los intereses de Alemania yacían en Europa Oriental y que una guerra de desgaste conllevaría la ruina y la destrucción del Imperio Británico. Es conocida una frase de un miembro del gabinete que tras conocer el inicio de las hostilidades del frente oriental comentó sarcásticamente: "Es una pena que no puedan perder los dos".
La II Guerra Mundial supuso un desastre, una hetacombe para la nación británica: Más de medio millón de jóvenes murieron en la contienda y el Reino Unido sólo se salvó de la ruina gracias a un préstamo de emergencia de los Estados Unidos en 1946, que sólo se terminó de pagar en 2006. Tras la guerra, los ingleses tuvieron que conceder la independencia a la India, salieron por patas de Palestina, concedieron la completa independencia a Egipto y a Irak y pocos años después vieron cómo las monarquías probritánicas de estos dos países fueron sustituidas por regímenes panarabistas y prosoviéticos. Incluso los irlandeses les pegaron una bofetada en la cara cuando De Valera presentó sus condolencias por la fin de Hitler en la embajada alemana en Dublín y cuando el gobierno de Cosgrave proclamó la República de Irlanda en 1949.
La II Guerra Mundial acabó, pues con el Imperio Británico que tantos siglos había costado construir, con la soberanía de los reyes ingleses sobre Irlanda, que duraba ya ocho siglos. Acabó con las vidas de cientos de miles de jóvenes obreros ingleses, que fueron reclutados forzosamente, sin cobrar un sólo duro, mientras que las industrias armamentísticas se cobraron hasta la última bala.
EL CASO DE LA INDIA
El conflicto demostró que la geografía seguía siendo tan importante como nunca a la hora de determinar las esferas de influencia de las superpotencias: En 1945 la hegemonía fue tras*ferida a países respaldados por inmensas masas continentales, América del Norte en el caso de Estados Unidos, Eurasia en el caso de la Unión Soviética.
Se considera que el Imperio Británico alcanzó su cénit en torno a 1880. A partir de ese momento, el número de barcos de la marina británica comenzó a descender progresivamente (en EEUU lleva haciéndolo desde la época Reagan). El propio Joseph Chamberlain afirmaba en la década de los años 1890 que "el gran coloso se tambalea".
El corazón del Imperio Británico era la India, que abarcaba (y abarca) la sexta parte de la Humanidad. Una vez independizada la India, el Imperio Británico duró tan sólo 15 años.
El nacionalismo indio comenzó a configurarse en la segunda mitad del siglo XIX (el Congreso Nacional Indio se fundó en 1885), pero sólo adquirió un carácter verdaderamente amenazador después del fin de la I Guerra Mundial. En el año 1912 los británicos habían trasladado la capital desde Calcuta a Nueva Delhi, en el centro de la llanura indogangética, habían acometido una importante reforma administrativa y, sobre todo, militar. El general Kitchener unificó los ejércitos de las tres presidencias de la India (Bomba, Madrás, Calculta) en uno sólo, el Royal Indian Army, compuesto por efectivos indígenas, y que durante la I Guerra Mundial cumplió un importante papel en el frente de Mesopotamia. La Gran Guerra demostró a las élites indias que una India independiente podría hacerse con la hegemonía en el sur de Asia.
The British campaign in Mesopotamia 1914-1918
En el año 1928, el Congreso Nacional Indio formuló una exigencia inmediata de independencia a las autoridades británicas: En el plazo de 2 años, la India debía tras*formarse en un dominio como Canadá o el Estado Libre de Irlanda. Alarmante eran también las actividades de Gandhi, que estaban contribubuyendo a espardir el nacionalismo indio a las clases bajas (Marcha de la Sal de 1931). Los británicos crearon una Ley de Gobierno Local en el año 1935, que aunque ampliaba las competencias de las provincias, aún mantenía la administración central (Defensa, Asuntos Exteriores, Correo, Telégrafos, etc...).
El verdadero golpe para las autoridades imperiales fueron las elecciones regionales de 1935. Los británicos habían intentado disgregar a la población india en varios grupos enfrentados entre sí: fiel a la religión del amores contra hindúes, arios contra drávidas, parias contra el resto de la población. En el sur de la India, en la presidencia de Madrás, durante la década de los años 20 gobernó un partido nacionalista drávida pro-británico, el Partido del Progreso, partidario de segregar el sur de la India y crear un territorio autónomo dentro del Imperio Británico. Por otro lado, el doctor Ambedkar, representante de los parias, había intentado crear un electorado separado para los mismos.
Periyar, líder de los nacionalistas drávidas del sur de la India y probable agente británico
El doctor Ambedkar, líder de los dalits
Sin embargo, las elecciones de 1935 conllevaron el colapso del Partido del Progreso en la provincia de Madrás, y su relevo por el Congreso Nacional Indio, liderado por Ragochalapari. En toda la India se repitió el aplastante triunfo de las fuerzas independentistas indias, salvo en las zonas fiel a la religión del amoras, donde se alzó con la victoria la Liga fiel a la religión del amora de Ali Jinnah.
Era evidente que el Imperio Británico estaba en las últimas. A pesar de todo, el gobierno de Londres decidió continuar con la guerra en 1940. Sucedió lo que tenía que pasar: En el año 1942 hubo un alzamiento en la India, el Movimiento Quit India, que estuvo a punto de triunfar (los yanquis estuvieron presionando a Churchill para conceder inmediatamente el estatus de dominio a la India), pero que finalmente pudo ser a duras penas controlado (los jefes del Congreso Nacional Indio fueron encarcelados).
De mayor importancia fue la creación del Ejército de la India Libre por parte de Subhas Chandra Bose. Aunque militarmente no supuso una amenaza para los británicos, las actividades de Bose y los juicios a los generales de su ejército a finales de 1945, contribuyeron a generar un profundo sentimiento antibritánico entre la población india que finalmente culminó con el motín de la marina india de Febrero de 1946. Los informes de los servicios secretos británicos eran alarmantes: Las autoridades británicas ya no podían confiar en las fuerzas nativas del Royal Indian Army para aplastar una futura revuelta nacionalista india. Existía el riesgo de que estallara una nueva Rebelión de los Cipayos. Consecuentemente, en Marzo de 1946 Clement Attlee anunció en el Parlamento Británico su voluntad de conceder la independencia a la India, y fijó Junio de 1947 como fecha tope de retirada.
Subhas Chandra Bose
"When I was acting as Governor of West Bengal in 1956, Lord Clement Attlee, who as the British Prime Minister in post war years was responsible for India’s freedom, visited India and stayed in Raj Bhavan Calcutta for two days`85 I put it straight to him like this: ‘The Quit India Movement of Gandhi practically died out long before 1947 and there was nothing in the Indian situation at that time, which made it necessary for the British to leave India in a hurry. Why then did they do so?’ In reply Attlee cited several reasons, the most important of which were the INA activities of Netaji Subhas Chandra Bose, which weakened the very foundation of the British Empire in India, and the RIN Mutiny which made the British realise that the Indian armed forces could no longer be trusted to prop up the British. When asked about the extent to which the British decision to quit India was influenced by Mahatma Gandhi’s 1942 movement, Attlee’s lips widened in smile of disdain and he uttered, slowly, ‘Minimal’."
Ejército Nacional Indio - Wikipedia, la enciclopedia libre
Como vemos, según el propio Attlee fueron las actividades de Bose durante la II Guerra Mundial y no las de Gandhi las que catalizaron el colapso de la administración británica en la India.
¿POR QUÉ DECIDIÓ LONDRES SEGUIR CON LA GUERRA?
A pesar de la caída del Imperio Británico y a pesar de que en 1945 Estados Unidos poseía el 50% del PIB mundial, Londres siguió siendo la principal plaza financiera del mundo. Aun hoy, el 40% de las operaciones financieras del Mundo se realizan en el Reino Unido o en alguno de sus territorios de Ultramar (Isla de Man, Gibraltar, etc...), frente a la exigua cuota del 10% que tiene el sector financiero estadounidense.
Por otro lado, desde los años 60 hemos venido siendo bombardeados por creaciones culturales angloamericanas, particularmente británicas. Los artistas británicos acaparan aún hoy el 12% de las ventas de música en todo el mundo. La música pop británica fue y sigue siendo una extraordinaria fuente de royalties y divisas para la economía del Reino Unido.
Sin su sector financiero y sin su industria cultural, probablemente en el Reino Unido habría un nivel de vida inferior al de España (sus exportaciones son parejas a las nuestras, con la diferencia de que su sector turístico es mucho más pequeño que el nuestro).
Me planteo las siguientes cuestiones: ¿Qué tipo de pactos secretos hubo en la Segunda Guerra Mundial entre las élites norteamericanas y los capitostes de la City de Londres? Los ingleses tienen fama de ser un pueblo pragmático, pero su decisión de seguir con la guerra en 1940 fue aparentemente suicida. ¿A qué se debió esta decisión de seguir con la guerra? ¿Qué mano secreta e invisible hizo triunfar al partido belicista?
Mi tesis es que a partir de mediados de los años 30, los capitostes de la City de Londres comenzaron a alarmarse ante el colapso del Imperio Británico y la posible decadencia de la metrópolis londinense como plaza financiera. Se decidió liquidar el Imperio Británico y tras*ferir la hegemonía a los Estados Unidos de América a cambio de preservar la posición de la City de Londres como plaza financiera global. A fin de cuentas, los americanos mantuvieron la vigencia de la Ley Glass-Steagall durante 70 años, inhibiendo el crecimiento de Nueva York como plaza financiera en detrimento de Londres.
¿Cómo acabará todo esto? Pues probablemente la decadencia del "Imperium Americanum" conllevará el declive de la City de Londres. Las últimas propuestas aparecidas en los diarios económicos británicos, que proponen la secesión de la ciudad del Reino Unido, son intentos a la desesperada de desvincular a Londres de las potencias anglosajonas y tras*formarla en una plaza finaciera "neutral". Una megalópolis que no es ni europea, ni asiática ni del sur muy sur, sino todo esto a la vez, y susceptible de seguir manejando el cotarro financiero aun a pesar del declive geopolítico de los imperio anglófonos.
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