BGA
Madmaxista
- Desde
- 16 May 2013
- Mensajes
- 12.958
- Reputación
- 23.579
La sociedad humana está formada por hombres y por mujeres con capacidades y "atributos" complementarios. El modo en que se gestione esa complementariedad, su discusión, no debería nunca jamás concluir en la pérdida de lo que es esencial en favor de lo que es contingente, como los diferentes puntos de vista para abordar un problema no deben acabar ocultando el problema porque al final. los malos ganan siempre dividendo lo que estaba unido y enfrentando lo que ya no permanece unido. Y no hay mejor forma para conseguir esa desunión primero y luego el efrentamiento, que separarlo todo en dos grupos, primero creando a la víctima y luego al verdugo. El orden de los factores altera el producto... La razón es simple: la víctima mueve a solidaridad, es decir, crea a su alrededor un mundo lleno de buenas intenciones y emociones. Más tarde, conquistados por ideas de armonía social y de justicia, es preciso perfilar la imagen del verdugo y lo que empieza siendo un asunto de solidaridad y buena vibra, acaba derivando en delirantes sentimientos de repruebo. Ahora resta preguntarse qué sentimientos prevalecen, si los de la primera ola (paz, amor y cocacola) o los de las segunda, que ya son chutes de veneno en vena.
De repente, la mujer ha desaparecido como mujer y como persona y se convierte en la bandera de una cruzada. Se ha llegado a la conclusión de que lo imperativo no es la mujer sino acabar con el hombre llegando tan lejos como para poder afirmar que muerto el perro se acabó la rabia. El "problemilla" es que el hombre no es un perro ni todos los hombres son malos como todos los perros tampoco tienen rabia.
Del amor al repruebo todo son sentimientos, como del hocico al regazo, todo es marrano...
Se trata entonces de un proceso de demolición y no de construcción de un mundo más justo. Comprenderá todo el mundo que del repruebo no puede surgir el amor ni la justicia pues si se tratara de llegar a esos términos, sería el amor y la justicia los principios de toda acción encaminada a asegurar un espacio al amor en una república en la que domine la justicia por encima de las emociones, siempre tan cambiantes, siempre tan escurridizas...
De repente, la mujer ha desaparecido como mujer y como persona y se convierte en la bandera de una cruzada. Se ha llegado a la conclusión de que lo imperativo no es la mujer sino acabar con el hombre llegando tan lejos como para poder afirmar que muerto el perro se acabó la rabia. El "problemilla" es que el hombre no es un perro ni todos los hombres son malos como todos los perros tampoco tienen rabia.
Del amor al repruebo todo son sentimientos, como del hocico al regazo, todo es marrano...
Se trata entonces de un proceso de demolición y no de construcción de un mundo más justo. Comprenderá todo el mundo que del repruebo no puede surgir el amor ni la justicia pues si se tratara de llegar a esos términos, sería el amor y la justicia los principios de toda acción encaminada a asegurar un espacio al amor en una república en la que domine la justicia por encima de las emociones, siempre tan cambiantes, siempre tan escurridizas...
Última edición: