Mis abuelos paternos y maternos hacían el vino en grandes tinajas de terracota. Primero limpiaban bien las paredes de las tinajas con un escoba, después metían una lata con trozos de azufre ardiendo y la tapaban. Luego ya echaban el mosto dentro de las tinajas y después estaban varios meses sin poder bajar a la bodega subterránea para no "atufarse" y morir en segundos por la fermentación. Cuando comprendían que ya había fermentado el mosto iban con un candil o palmatoria a la entrada de la bodega, y si seguía encendida según entraban, ya había concluido el proceso. Después se trasegaba en grandes damajuanas de vidrio. Básicamente como lo hacían los romanos hace 2000 años.
Como ya han dicho antes, para reducir la cantidad de potingues que se añaden al vino, lo primero es tener unas uvas sanas, que lleguen lo más enteras y lo antes posible a la bodega, mucha limpieza, bajar y tener controlada la temperatura durante el proceso.
Un tío mío sigue haciendo vino con la viña de mi abuelo, ahora tiene depósitos de acero inoxidable en vez de tinajas (fáciles de desinfectar), una máquina para prensar y desapalillar, agua corriente, electricidad, etc. No añade nada al vino. El resultado es mucho mejor en la actualidad, a mi tío le sale un buen vino tinto, el clarete de mis abuelos era como el Cumbres de Gredos.