fachacine
Del facherío me fío
No lleva mascarilla ni Dios. No ves un papel por el suelo. No grita nadie al hablar. No se cuela nadie en la cola del super. No roba nadie nada, lo que tiene como consecuencia de ello que nadie tiene miedo a ser robado. Apenas ves policía porque son los propios suizos los que harían de policías si haces algo incívico. ¿Qué más os puedo contar? Pues que mientras visitaba el país al mismo tiempo me deprimía. Cierto que es un sitio carísimo para un español (llevábamos bandejas de jamón al vacío en la maleta para hacernos bocadillos, paquismo en vena) , los sueldos están entre los 3000 y los 5000 euros, pueden cobrar el triple o el cuádruple que nosotros pero luego, por ejemplo, el alquiler de la vivienda no es ni mucho menos el triple o cuádruple que nosotros. Es verdad que no hay sanidad pública y que dedican entre 300 y 700 euros mensuales de su sueldo a un seguro privado pero seguro que hasta eso lo han elegido ellos en alguno de sus múltiples referendum, nadie se lo ha impuesto.
Podéis pensar que me he deprimido por el tema de los sueldos o por el tema paisajístico y de las bellezas naturales que he visto durante los 7 días que he estado, pero os juro que no es eso, aunque son 2 cosas que ciertamente te maravillan, impresionantes Lauterbrunnen y los alrededores de Interlaken, aparte de Lucerna, Ginebra, Berna, Zurich etc. La depresión me viene de estar por allí una semana, comprobar el civismo de la gente y la inevitable comparación con España. De verdad que cuando vas a un país así te das cuenta del puñetero infierno y del puñetero ardor de estomago que es España y, sobre todo, los españoles. En Suiza los suizos no pelean entre ellos, no se putean, no se hacen la vida imposible entre ellos. En Suiza te das cuenta de la cantidad de energías que gastamos los españoles en defendernos de orates. Y entiendes entonces por qué los españoles hemos sido siempre soldados tan aguerridos y temidos, no porque tengamos una genética guerrera especial sino porque tenemos el carácter curtido de estar peleando dia a dia en nuestra vida con vecinos que sólo están para jorobarnos la vida. Esto se ve reflejado en una gran película española, "1 franco 14 pesetas" donde el actor y director Carlos Iglesias, hijo de emigrados a Suiza, realiza un emotivo homenaje a sus padres. En un momento de la peli se vuelven a España con los niños (que se han criado en Suiza) y en seguida los chiquillos se deprimen por el panorama humano que tienen que soportar y empiezan a decirle a su padre "esto no me gusta, yo quiero volverme a Suiza". Qué jodidamente real es esa peli, me acuerdo de la fruta...
En Suiza es ciencia ficción que alguien pueda okupar la casa de otro por la fuerza, es impensable que un jovenlandés se cague en una piscina y que eso no tenga consecuencias. Sales del hotel de buena mañana para irte a alguna excursión por los Alpes, te cruzas con un ciudadano anónimo paseando al perro y que no te conoce de nada y te dice buenos dias en alemán.... ¿Cómo puede un país llegar a estos niveles de progreso pero de PROGRESO DE VERDAD y de CIVILIZACIÓN DE VERDAD? Grabaros a fuego en vuestras cabezas esto que os digo, y no hago más que repetir las palabras del forero @ominae: España no es un pais atrasado, es un país boicoteado, donde gastamos la mayoría de nuestras energías en luchar contra los que nos quieren jorobar. De España sólo se salva el patrimonio cultural y de monumentos históricos, nuestras playas, nuestra gastronomía y el Real Madrid (esto último es algo personal, lo reconozco); el resto es sarama, empezando por los españoles y continuando con los políticos PERO EN ESE ORDEN, aparte de los medios de comunicación.
Me viene a la mente la peli "La delgada línea roja" cuando al principio el soldado Witt, que ha desertado de la guerra y se ha ido a una isla paradisíaca de la Polinesia, es capturado y el sargento Welsh (Sean Penn) se burla de su idealismo y le dice "En este mundo, un hombre en sí, no es nada. Y no hay otros mundos, sólo este" a lo que Witt le responde "Se equivoca sargento, yo he visto otro mundo, aunque a veces creo que sólo lo imaginé". Es lo mismo que pienso tras volver de Suiza: he visto otro mundo, y deprime saber de lo que seríamos capaz los españoles si nos libráramos de los orates que nos rodean. Podríamos ser como país la fruta leche y somos una fruta cosa. Un detalle: yo por las mañanas suelo levantarme con mucha mucosidad y soy de los que cuando salgo a la calle escupe al suelo, lo reconozco y sé que no está bien, pero al menos nunca jamas escupo en la acera, siempre lo hago en la jardinera de un árbol o en una zona donde la gente no pisa. En una semana en Suiza no me he atrevido a escupir al suelo ni una sola vez. Lo juro. Lo cual confirma la teoría psicológica de las "ventanas rotas" referidas al comportamiento humano. Si pasas por una fábrica abandonada y ves que han roto un cristal de una pedrada debes repararlo en seguida porque si no lo reparas es cuestión de tiempo que todos los cristales terminen apedreados. Estas cosas tan básicas en países como Suiza las tienen claras y tú lo hueles en el ambiente.
En resumen, y perdón por el tocho pero tenía que desahogarme con vosotros: Suiza es preciosa e impresionante pero también deprimente. Pero no es que te deprima lo que ves sino lo que te recuerda el pais del que vienes, esa pocilga llena de orates llamada España.
Podéis pensar que me he deprimido por el tema de los sueldos o por el tema paisajístico y de las bellezas naturales que he visto durante los 7 días que he estado, pero os juro que no es eso, aunque son 2 cosas que ciertamente te maravillan, impresionantes Lauterbrunnen y los alrededores de Interlaken, aparte de Lucerna, Ginebra, Berna, Zurich etc. La depresión me viene de estar por allí una semana, comprobar el civismo de la gente y la inevitable comparación con España. De verdad que cuando vas a un país así te das cuenta del puñetero infierno y del puñetero ardor de estomago que es España y, sobre todo, los españoles. En Suiza los suizos no pelean entre ellos, no se putean, no se hacen la vida imposible entre ellos. En Suiza te das cuenta de la cantidad de energías que gastamos los españoles en defendernos de orates. Y entiendes entonces por qué los españoles hemos sido siempre soldados tan aguerridos y temidos, no porque tengamos una genética guerrera especial sino porque tenemos el carácter curtido de estar peleando dia a dia en nuestra vida con vecinos que sólo están para jorobarnos la vida. Esto se ve reflejado en una gran película española, "1 franco 14 pesetas" donde el actor y director Carlos Iglesias, hijo de emigrados a Suiza, realiza un emotivo homenaje a sus padres. En un momento de la peli se vuelven a España con los niños (que se han criado en Suiza) y en seguida los chiquillos se deprimen por el panorama humano que tienen que soportar y empiezan a decirle a su padre "esto no me gusta, yo quiero volverme a Suiza". Qué jodidamente real es esa peli, me acuerdo de la fruta...
En Suiza es ciencia ficción que alguien pueda okupar la casa de otro por la fuerza, es impensable que un jovenlandés se cague en una piscina y que eso no tenga consecuencias. Sales del hotel de buena mañana para irte a alguna excursión por los Alpes, te cruzas con un ciudadano anónimo paseando al perro y que no te conoce de nada y te dice buenos dias en alemán.... ¿Cómo puede un país llegar a estos niveles de progreso pero de PROGRESO DE VERDAD y de CIVILIZACIÓN DE VERDAD? Grabaros a fuego en vuestras cabezas esto que os digo, y no hago más que repetir las palabras del forero @ominae: España no es un pais atrasado, es un país boicoteado, donde gastamos la mayoría de nuestras energías en luchar contra los que nos quieren jorobar. De España sólo se salva el patrimonio cultural y de monumentos históricos, nuestras playas, nuestra gastronomía y el Real Madrid (esto último es algo personal, lo reconozco); el resto es sarama, empezando por los españoles y continuando con los políticos PERO EN ESE ORDEN, aparte de los medios de comunicación.
Me viene a la mente la peli "La delgada línea roja" cuando al principio el soldado Witt, que ha desertado de la guerra y se ha ido a una isla paradisíaca de la Polinesia, es capturado y el sargento Welsh (Sean Penn) se burla de su idealismo y le dice "En este mundo, un hombre en sí, no es nada. Y no hay otros mundos, sólo este" a lo que Witt le responde "Se equivoca sargento, yo he visto otro mundo, aunque a veces creo que sólo lo imaginé". Es lo mismo que pienso tras volver de Suiza: he visto otro mundo, y deprime saber de lo que seríamos capaz los españoles si nos libráramos de los orates que nos rodean. Podríamos ser como país la fruta leche y somos una fruta cosa. Un detalle: yo por las mañanas suelo levantarme con mucha mucosidad y soy de los que cuando salgo a la calle escupe al suelo, lo reconozco y sé que no está bien, pero al menos nunca jamas escupo en la acera, siempre lo hago en la jardinera de un árbol o en una zona donde la gente no pisa. En una semana en Suiza no me he atrevido a escupir al suelo ni una sola vez. Lo juro. Lo cual confirma la teoría psicológica de las "ventanas rotas" referidas al comportamiento humano. Si pasas por una fábrica abandonada y ves que han roto un cristal de una pedrada debes repararlo en seguida porque si no lo reparas es cuestión de tiempo que todos los cristales terminen apedreados. Estas cosas tan básicas en países como Suiza las tienen claras y tú lo hueles en el ambiente.
En resumen, y perdón por el tocho pero tenía que desahogarme con vosotros: Suiza es preciosa e impresionante pero también deprimente. Pero no es que te deprima lo que ves sino lo que te recuerda el pais del que vienes, esa pocilga llena de orates llamada España.