Vamos por partes.
La propiedad privada. No veo seguro el futuro ni mucho menos, se que en el futuro podría perder lo poco que tengo. Como también se, que en caso de ‘revolución social’ mis propiedades seguramente serían incautadas y repartidas para un ‘mejor uso’, decididas por quien sabe quien. Sinceramente no me apetece repartir ni ceder lo que me ha costado trabajo conseguir. Y si lo cedo, me gustaría que fuera de forma voluntaria.
Los poderes, son los clásicos: ejecutivo, legislativo y judicial. Los tres se controlan entre sí, y los poderes económicos (y otros poderes también) intentarán controlarlos o influir en ellos de alguna manera. Por eso es mejor que haya tres a que haya únicamente uno, porque si existiera uno, sería muchísimo más fácil de controlar. Cuanto menor sea la importancia del poder político, menos tentaciones sufrirán los grandes magnates para controlarlo. Por eso, desde mi punto de vista, creo que el Estado es un mal necesario, que debe ser lo más limitado y pequeño posible. Precisamente para eso, para evitar o minimizar, inferencias de otros poderes que adulteren las reglas del juego.
Con los medios de comunicación, es más de lo mismo y en las dos direcciones. Desgraciadamente los medios de comunicación no son imparciales y tienen sus preferencias políticas. Esto se paliaría limitando el poder del Estado, ya que cuanto más poder tuviera, más interesante sería decantarse por alguno de ellos. También se puede ver al revés, cuanto más poder tenga el poder político, más fácil será que este trate de controlar a los medios para beneficiarse de ellos.
