Si estamos de acuerdo y lo estamos en que el principio de este sitio poco agradable es el libertinaje, esto es: el uso irracional, absurdo, deficiente y contrario al sentido común de la libertad bien entendida y por tanto de la razón, es misión de ésta tratar de señalar el fenómeno anómalo para ponerle solución lo mismo que se procura curatela a toda enfermedad que se detecta, ya sea en el cuerpo humano, ya sea en el cuerpo social.
Los conceptos de "estar", "permanecer", "entrar", "salir" etc... en un espacio virtual no tienen la consistencia ontológica o semántica que sí tienen en el mundo físico, son por tanto conceptos flotantes, etéreos. Yo puedo echar una mirada o dos o tres cada día a esta nada, a este ámbito electrónico que es burbuja para levantar acta de las consecuencias nefastas de su depravación y su nihilismo beligerante y nada certifica que yo permanezca o esté o habite este no-lugar.
Por otro lado, mi "presencia", la mía y la de muchos otros en este reducto anárquico es un requerimiento del propio caos; es éste el que "nos obliga a estar aquí"; el caos apetece siempre del orden para imperar en un primer momento sobre él y finalmente para ser sojuzgado por un orden superior que vuelve a poner las cosas en su sitio y a reestablecer el concierto y la armonía.