Valeriano Weyler y Nicolau, el General de Hierro.

Me autocito:

Que las medidas adoptadas por el General Wyler en Cuba fueron muy duras y que la reconcentración acabó siendo un desastre por la falta de recursos sanitarios y de abastecimiento (la logística fracasó estrepitosamente) provocando miles de víctimas (cuantificarlas de forma exacta ya varía según que fuentes) es totalmente cierto, y que todo esto se exageró a base de bien, sobre todo por parte de la prensa amarilla americana, también lo es.

Es difícil establecer las cifras exactas de fallecidos, pero la propaganda americana cifra entre 750.000 y 1.000.000 los cubanos que murieron en los campos de reconcentración creados por Weyler (imposible dado que la población de Cuba en 1895 era de 1.500.000 habitantes) y las fuentes cubanas cifran los muertos entre 300.000 y 400.000.

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Paradójicamente, una vez iniciada la guerra de los USA contra España, el bloqueo disparó nuevamente la mortandad de la población civil a niveles de 1897.

---------- Post added 04-mar-2018 at 21:30 ----------

Cualquier crítica a Weyler siempre suele estar empapada de propaganda ya que fue la figura clave en la campaña desarrollada por la prensa americana, con el beneplácito de los cubanos, para justificar la guerra con España.

De hecho, tal propaganda sigue aún muy arraigada en los Cubanos. La imagen que tienen de Weyler en Cuba es totalmente la opuesta a la que tenemos en España. Pasa exactamente igual con el Duque de Alba en los Países Bajos.

De hecho, hoy en día en Cuba no hay problemas con otras figuras libres de propaganda como el General Martínez Campos, que fue precisamente quien propuso a Weyler para llevar a cabo las medidas planeadas contra la insurrección. Tampoco quieren oir hablar de que parte de las penurias pasadas en los campos de reconcentración fue culpa de los rebeldes, que siguiendo con su estrategia de guerra total, y totalmente conscientes de las hambrunas, seguían quemando las plantaciones de los campesinos.
 
Martínez Campos, apenas llegado a Cuba desarrolló una política de apaciguamiento, y como respuesta le incendiaron completamente la isla, incluida la region Occidental, que no había sido tocada en la anterior guerra. Con la llegada de Weyler, la guerra ya empezó a desarrollarse de una forma mas lógica, respondiendo a los rebeldes con su misma mano dura.

En cuanto a la reconcentración, hay que tener en cuenta que ya había empezado una especie de reconcentración desde mucho antes de la llegada de Weyler. Al arrasar los campos con la política de la Tea y la prohibición de la zafra, los insurrectos arrebataron a los campesinos su medio de subsistencia y a los pueblos de su fuente de alimento. Se cuentan por cientos los pueblos quemados por los insurrectos en toda la Isla.

Cuando comenzó la reconcentración de Weyler, la situación de la población rural de Cuba ya era muy grave y había mucha hambre y enfermedades. Muchos campesinos ya estaban en los pueblos antes de que se decretara la reconcentración, fueron allí en busca de refugio y comida. Incluso por la parte española, la reconcentración se planteó también como una forma para proteger y alimentar a esta población, tarea que resultó imposible por la situación de desabastecimiento provocada por la guerra y la precaria llegada de ayudas (equipación, alimentos, medicinas, etc) desde España.

Esta situación de extrema necesidad provocó que muchos hombres se uniesen tanto al ejercito rebelde como al español tratando de solucionar sus problemas, no por ideales ni por patriotismo.
 
Sí, mucho criticar tal medida, pero a los norteamericanos les faltó tiempo para utilizarla en Filipinas, y los británicos tampoco se anduvieron con miramientos en Sudáfrica con los boers.
Cierto, en Filipinas el ejército norteamericano utilizó una estrategia de reconcentración de los campesinos filipinos en aldeas fortificadas clavada a la de Weyler... ¿era un crimen reconcentrar a los cubanos pero no era hacerlo con los filipinos, o como iba la cosa?

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viñeta publicada con fines propagandísticos en Filipinas.


Esos mismos que tanto criticaron a Weyler, se callaron como pilinguis con lo de Filipinas. Mark Twain fue una de las pocas voces discordantes respecto al conflicto Filipino: "Esto no es una guerra, es simplemente una masacre y una carnicería sangienta."
 
Lo que pasó realmente con Weyler es que estaba derrotando a la guerrilla que estaba instigada y pagada por los mismos que montaron las campañas de prensa desacreditandolo, como en el campo de batalla no podían con él recurrieron a la propaganda y a cargarse a quien lo había nombrado a través de uno de sus matones a sueldo (que llamaban "anarquistas" para disimular).

En esa campaña propagandística por supuesto se silenciaron las víctimas provocadas por el salvajismo de las guerrillas y se exageraron o inventaron las víctimas provocadas por las medidas de Weyler; es el mismo falso humanitarismo tendencioso por ejemplo de los que critican que España emplease gases contra los rebeldes rifeños, pero que callan sobre los asesinatos en masa de prisioneros españoles.
 
El apoyo de los anglos a los rebeldes era muy descarado. En 1873 se produjo el "incidente del Virginius", donde 53 ciudadanos estadounidenses y británicos que fueron apresados en un barco cargado de armas para provocar una insurrección fueron ajusticiados como piratas. Esto provocó un gran revuelo diplomático con ingleses y norteamericanos, que se solucionó tras indemnizar España a las familias de las víctimas y devolver el buque. El presidente U.S Grant se planteó declarar la guerra a España...

Los USA ya le habían echado el ojo a cuba desde 1830, llegando a ofrecer por la isla 100 millones de dólares.
Historia de unas relaciones difíciles (EEUU-América española) - Francisco jovenlandesales Padrón - Google Libros

...pero los USA todavía se estaban recuperando de su Guerra Civil (1865) y la U.S Navy aún no estaba en condiciones de hacerle frente a la Marina española con las suficientes garantías. Además estaba el tema del esclavismo, y al Presidente Grant no le hacía mucha gracia incorporar un estado de estas características a la Unión por motivos obvios.

Asunto del Virginius - Wikipedia, la enciclopedia libre
 
la estrategia que Weyler llevó a cabo en Cuba fue tremendamente efectiva, como reconocieron los propios rebeldes en muchas de sus misivas -luego amplio este punto-, eso sí, otra cosa muy distinta es que sea aceptable desde el punto de vista jovenlandesal.

En el centenario del 98 se publicó una entrevista hecha por José López Pinillos al General Weyler donde reconocía que su estrategia era dura, pero eficaz, y que habría ganado la guerra de contar con un poco más de tiempo.

-¿Sigue usted creyendo que los habría inutilizado?
-¡Naturalmente! Si los tuve a dos dedos de pedir la paz. Yo a merced de los espías, me enteraba a diario de la situación del enemigo. Las epístolas de Estrada Palma a Máximo Gómez y a Maceo, y las respuestas de los caudillos, y las cartas que Quintín Banderas recibía y contestaba, las leía yo gracias al capitán de un buque amigo de Máximo, y gracias a un caballero amigo de Quintín. Para éste, le regalé en una ocasión un impermeable, y al caballero, unas gafas.
Pues bien la correspondencia de nuestros enemigos era un grito de dolor. Decía una vez Estrada Palma: "Para guerrear es preciso dinero, dinero y dinero. Y no lo hay. Las naciones prometen mucho, pero nada nos dan. Es imposible seguir."
Y confesaba Máximo Gómez que la concentración no les permitía aprovechar los desembarcos, y que sin desembarcos la resistencia era una locura. ¡Lo que pude conseguir! Pero murió Cánovas, me relevaron, no se opuso nadie a las maniobras de Estados Unidos... y ocurrió lo que tenía que ocurrir.

Diálogos de la revista Historia abierta.
 
Bueno las guerillas se les puede derrotar,,si les quitas el apoyo se acabo..como COPIARON los ingleses en sudafrica en las guerras boer donde metieron en campos de concentracion a civiles para matarlos de hambre...(pero no hubo quejas de nadie )
 
-¿Sigue usted creyendo que los habría inutilizado?
-¡Naturalmente! Si los tuve a dos dedos de pedir la paz. Yo a merced de los espías, me enteraba a diario de la situación del enemigo. Las epístolas de Estrada Palma a Máximo Gómez y a Maceo, y las respuestas de los caudillos, y las cartas que Quintín Banderas recibía y contestaba, las leía yo gracias al capitán de un buque amigo de Máximo, y gracias a un caballero amigo de Quintín. Para éste, le regalé en una ocasión un impermeable, y al caballero, unas gafas.
Pues bien la correspondencia de nuestros enemigos era un grito de dolor. Decía una vez Estrada Palma: "Para guerrear es preciso dinero, dinero y dinero. Y no lo hay. Las naciones prometen mucho, pero nada nos dan. Es imposible seguir."
Y confesaba Máximo Gómez que la concentración no les permitía aprovechar los desembarcos, y que sin desembarcos la resistencia era una locura. ¡Lo que pude conseguir! Pero murió Cánovas, me relevaron, no se opuso nadie a las maniobras de Estados Unidos... y ocurrió lo que tenía que ocurrir.

Diálogos de la revista Historia abierta.
Buen aporte. Añado al hilo un par de apuntes para dejar claro que mientras que los esfuerzos de M. Gómez se centraban solamente en devastar la isla, Weyler se preocupó por mejorar las condiciones de vida de los reconcentrados.


La reconcentración es lo que más daño ha hecho a los insurrectos y así lo reconocen éstos en carta y documento que se les han cojido (sic) y no es posible dejarla sin efecto, porque volverían las cosas al estado de antes para hacer cuantos esfuerzos pueden para encender nuevamente la guerra, pero tenga vd. en cuenta que las familias reconcentradas han venido a los pueblos en el estado de miseria que tanto censuran y que es efecto de la paralización que todo ha tenido desde que empezó la guerra y a los perjuicios que han sufrido con unos y otros lo cual es inevitable”

“(...) y he hecho cuanto he podido para evitar esta miseria, pero no puedo hacer más ni es posible dejar sin efecto la concentración que entiendo debe conservarse aun después de la guerra. mucho siento no poder obrar de otro modo, si bien haré todo lo posible para evitarlo cuanto se pueda, pero crea vd. que éstos no son más que pretestos (sic), porque de lo que se trata es de que la guerra no se acabe, y a eso coadyuban personajes de la península, no sé si con intención o sin ella.”

SIEMPRE DE V. AFº AMº Q.E.S.M.
VAL WEYLER



Enrique de Miguel Fernández, en su tesis doctoral Azcárraga, Weyler y la conducción de la guerra de Cuba (2011), sostiene que está comprobado que Weyler intentó mejorar la suerte de los reconcentrados como se desprende.-afirma- de la lectura del Decreto de 21 de junio de 1897, organizando obras públicas para el trabajo de los mismos. En el artículo 1º se dispone que “las juntas locales que señala el bando del 1º de diciembre último procurarán que todos los presentados cultiven, sembrando viandas, la parte de terreno que se les hubiese señalado.” En el 2º, que “el producto de las reses que se vendan, procedentes del campo enemigo, ingresarán en el Banco Español o sus sucursales de esta Isla para ser distribuidos entre las familias pobres por la Junta de Socorros creada por mi antecesor.” Por último, en el 6º encarece a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas que “consideren como asunto preferente y de la mayor importancia proponer la manera de remediar las necesidades de las familias que, por efecto de la guerra, carecen de medios de subsistencia”.


Fuente: Archivo General de Palacio. Caja 13,106,exp.2. Citado por Enrique de Miguel Fernández. “Las críticas a Weyler y al Ejército sobre la situación sanitaria en Cuba.” En: Azcárraga, Weyler y la conducción de la guerra de Cuba. Tesis Doctoral. José Antonio Piqueras Arenas (director), 26/05/2011. Universitat Jaume I de Castelló. Departamento de Historia, Geografía y Arte, p.260. (consulta 09/02/2018). Disponible en: http://www.racv.es/files/Guerra_Cuba_0.pdf
 
Última edición:
Añado al hilo un par de apuntes para dejar claro que mientras que los esfuerzos de M. Gómez se centraban solamente en devastar la isla, Weyler se preocupó por mejorar las condiciones de vida de los reconcentrados.
Para los insurgentes era preferible destruir Cuba antes que renunciar a la independencia -F. Castro tomó posteriormente esta idea en su 'Patria o fin'- y arrasaron Cuba sin contemplación alguna. La idea era convertir aquello en un vertedero para implicar a los USA bajo el pretexto de una grave crisis humanitaria y de paso destrozar la boyante economía cubana para perjudicar los intereses económicos de España.

Habiéndose manifestado la incapacidad de España —todo lo contrario en aquel momento— para habérselas con la insurrección cubana... nuestro deber para con la soberanía de España será reemplazado por deberes más altos que difícilmente podemos vacilar en reconocer y cumplir”, aludiendo a una clara declaración de beligerancia en la que intervendría Norteamérica con ayuda material y humana.

Y luego añadió: “Si España ofreciera a Cuba una verdadera autonomía que, manteniendo la soberanía de España, satisfaciera (sic) todas las demandas racionales de los súbditos españoles, no habría un verdadero motivo que impidiera la pacificación de la isla”.

Declaraciones del Presidente Cleveland ante el Congreso a principios de 1897.​


Naturalmente, los insurgentes nunca estuvieron dispuestos a aceptar nada que no fuese la independencia, e incluso dejaron bien claro que considerarían como un traidor y sería pasado por las armas a cualquiera que aceptase o se acogiese a las medidas ofrecidas por Sagasta.

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Máximo Gómez (el de la foto), llegó a acabar a un coronel español que fue hasta el campo de los insurgentes con propuestas de paz, a pesar de estar autorizado para ello por un alto oficial rebelde.
 
Para Máximo Gómez no podían existir cubanos neutrales o que no apoyaran la revolución, tenían que optar por uno de los dos bandos, y de no hacerlo por el bando insurgente, para él solo podía significar una cosa: que eran partidarios de España, y por tanto debían de ser ejecutados.

Incluso con las pésimas condiciones de vida en los campos de concentración, los campesinos cubanos consideraban que estar allí dentro era menos peligroso que permanecer aislados fuera.

Tras la guerra, grandes extensiones de tierra e ingenios devastados fueron vendidos por sus dueños arruinados a precio de saldo a compañías extranjeras, principalmente americanas. Lo importante era la robolución, pasaron por encima de todo lo demás, sobre todo de los derechos de los campesinos.


Informado este Cuartel General de la conducta traidora y desleal, que así los llamados colonos, como algunos de los pacíficos avecindados en ese territorio han observado; considerando deshonroso y menguada para el decoro de la Revolución, la tolerancia para con los cuales; hace saber y ordena a las Autoridades todas, que esos ciudadanos al incurrir en tan grave delito, se han hecho reos de traición y que en tal virtud, cualquiera de ellos que fuese habido comprobada su falta, será juzgado inmediatamente por procedimiento verbal sumarísimo, y ejecutada en el acto la sentencia que sobre él, recayera.

Las propiedades y recursos que poseyese pasarán á serlo de la Revolución y los que no puedan ser aprovechados, serán destruidos.—Máximo Gómez.—General en Jefe. Ciego de Najaza Octubre 4 de 1895.

Aquí estamos hablando de un juicio verbal sin garantía alguna, una ejecución extrajudicial con confiscación de bienes. Todo un héroe el tal Máximo Gómez.


Por cierto, mucho criticarla, pero los cubanos aplicaron la reconcentración de nuevo en los 1960's en la lucha de Castro contra las guerrillas anticomunistas en el macizo montañoso del Escambray -en el centro de la isla-, llegaron a trasladar pueblos enteros para Pinar del Rio -en el extremo occidental de la Isla-, se prohibió el libre movimiento, etc. para privar a esas guerrillas de cualquier tipo de apoyo.

En los últimos 100 años, la lucha contraguerrillera aplicada por Weyler ha demostrado ser la única militarmente eficaz para plantar cara a las guerrillas.
 
Esta política de tierra quemada tuvo mucho que ver con las penurias que hubo con la concentración, ya que complicó mucho su autoabastecimiento a pesar de los esfuerzos de Weyler para asegurarlo. La precaria llegada de alimentos y ayudas desde España a los concentrados hicieron el resto.

La estrategia de Máximo Gómez causó más daño entre los propios cubanos que entre los españoles, porque sus acciones se centraron sobre las zonas rurales, mientras que los españoles estaban concentrados en las ciudades, pero la propaganda es la propaganda, y en Cuba se ensalza su figura a la vez que se detesta la de Weyler.
Una cosa que influyó mucho en esta escasez de materiales fue el estallido de la sublevación Tagala en Filipinas; ya no era una guerra, eran dos, y en ambos extremos del mundo. Los recursos que se pensaban destinar a Cuba se tuvieron que mandar a Filipinas.
 
Una anécdota.

Weyler era muy tacaño.Un día , su hijo le pidió dinero para comprar un pijama.Weyler le preguntó que para qué era éso y su hijo le contestó que para dormir.Entonces, Weyler le dijo que para dormir lo único que se necesitaba era sueño y no le dio el dinero.
 
Circulan muchas anécdotas sobre Weyler, y curiosamente a pesar de ser rico (en 1862, estando en La Habana, jugó a la lotería y le tocaron unos diez mil duros, un pastizal para la época), la mayoría están relacionadas con su austeridad. Que todas estas anécdotas sean reales o no, ya es otra historia.

Se dice que en cierta ocasión -ya era Capitán General-, al tener que renovar una tarjeta de identidad, necesitaba una foto para el documento. En lugar de hacérsela, recortó su efigie de la vitola en que venía en una conocida marca de habanos y la pegó en el carnet.

También se cuenta que uno de sus hijos le envió una carta pidiéndole 500 pesetas, a lo que le contestó: "Ahí te envió las cincuenta pesetas que me pides, y te advierto que cincuenta se escribe con un solo cero".

Por lo visto, cuando vestía de militar, siempre estaba impecable, pero cuando iba de civil, solía vestir de forma desaliñada y humilde.

A pesar de no ser ningún derrochador, en este otro fragmento -de la misma entrevista que he posteado un poco más arriba-, se deja entrever que ayudaba económicamente a mucha gente. Pienso que tan tacaño no debía ser, en todo caso austero.

- ¿Conoció usted a Maceo?
- Sí, peleó junto a nosotros en Santo Domingo, servía con el grado de capitán en la reserva dominicana, era valiente, leal y simpático. Al revés que Gómez, comandante de la reserva también, que se ganaba en un minuto mil antipatías, que obraba tortuosamente y que se encomendaba a la habilidad, sin duda para que no se acabase el valor ¡Y tenia un genio!.
- ¿Le trato usted?
- En Santo Domingo muy poco, en Santiago de Cuba después de la evacuación algo mas. Por cierto un día... bueno, hay que advertir que los de la reserva no cobraban un real, pues un día Máximo Gómez que estaba pereciendo, me pidió 5 duros y yo que siempre he tenido posibles, se los presté.
- ¿Y se los pagó?
- Ni con buenas palabras.
- No sería por falta de dinero, llegó a generalísimo.
- Sería por falta de voluntad, lo cierto es que no me pagó.


Diálogos de la revista Historia abierta.​


Por cierto, a su fin, donó en su testamento el 70% de sus bienes al Estado Español.
 
Y este otro también es bastante conocido...

Durante la campaña sobre Pinar del Río, se hallaba el General Weyler en el campamento de la Brigada Segura. Las condiciones de clima y sanidad exigían que el soldado durmiera a cubierto, y a fin de que esto se cumpliera, de vez en cuando salían un cabo y dos soldados a hacer una ronda.

Caída la noche, esta patrulla se topa con un soldado que, envuelto en su manta, dormía plácidamente fuera de las tiendas.


Detúvose el cabo ante el durmiente y con el farolillo cerca del suelo empezó a apostrofarle con gestos y voces, acompañados de algún que otro puntapié sobre sus posaderas.

-“¿No sabes que está terminantemente prohibido dormir al raso? ¡Levántate enseguida si no quieres que dé parte inmediatamente!”

Incorporóse el soldado y al descubrirse, el cabo reconoció al propio general en jefe en aquel contraventor de lo dispuesto.

La escena debió ser altamente cómica; Weyler sentado, y el cabo vacilante, consciente de que "se había caído con todo el equipo".

-“Vuecencia me perdone... Señor, yo no sabía...”

Pero el General le interrumpió sin vacilar.

-“Soy yo el que ha faltado y tú el que has cumplido con tu deber. Cuando dejes el rondín preséntate mañana a mi ayudante, que te entregará un centén que yo te regalo por tu comportamiento y para que lo gastes como te plazca.”

Y con la manta al brazo, Weyler se metió dentro de su tienda de campaña.
 
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