Una normativa europea pretende obligar al 80% de las viviendas a ser rehabilitadas para cumplir con los criterios de emisiones de la agenda europea.
en 2033 todos los edificios existentes en la unión Europea tienen que tener una clasificación energética D (en una escala de la A a la G). El problema en España es que 8 de cada 10 viviendas está por debajo de esa calificación, según el último informe sobre el Estado de la Certificación Energética de los Edificios (de 2021). La UE ya aprobó esta propuesta en marzo. Ahora, negocia su redacción definitiva y, una vez aprobada, los países de la UE tendrán que adaptarla a su normativa estatal.
Eso, como paso previo a la nula emisión de CO2 por parte de los edificios que tendrá que llegar en 2050, con la reinversión que eso implicará.
¿Qué consecuencias tiene esto? Sencillo: el 80% de las viviendas en España tendrán que acometer obras de mejora y acondicionamiento para obtener el grado de eficiencia energética exigida. Según algunos especialistas que han consultado medios como Cinco Días, los costes pueden estar por encima de los 10.000 euros de media por hogar, llegando incluso en el caso de viviendas unifamiliares a rozar los 40.000 euros.
De momento el cambio tiene que ver con el nivel de exigencia. Si hasta ahora bastaba con tener un buen uso de la energía, ganando en eficiencia, ahora ésta no será suficiente, ya que la nueva norma aprobada incluye el concepto "edificio cero emisiones", lo que significa que habrá control de emisiones y, éstas tendrán que ser nulas. La huella de carbono también incluye los materiales, que deben ser producidos con nula o casi nula contaminación en su proceso.
Otro aspecto interesante que recoge la nueva normativa es que los estados miembros tendrán que poner en marcha un plan nacional para la rehabilitación de los edificios. El objetivo es que cada año se logre una tasa mínima de renovación energética del 3% del parque de vivienda. Pero en España el ritmo de rehabilitación de edificios es muy inferior a ese ratio. En 2021 se rehabilitaron algo más de 30.400 viviendas, un 0,11% del total.
Las cifras son mareantes. El objetivo más ambicioso hasta el momento es lograr rozar los 10 millones de viviendas rehabilitadas en 2050. En cuanto a los fondos para poder llevar a cabo estas rehabilitaciones, la UE ha señalado la importancia de los fondos Next Generation para lograrlo. El problema es cómo y cuándo llegan. De momento, tanto las subvenciones para la compra de vehículo eléctrico como las que se conceden para la instalación de placas fotovoltaicas en las viviendas sufren retrasos superiores al año en la mayoría de los casos.
La UE quiere obligarnos a reformar la casa para luchar contra el cambio climático
El negocio climático quiere obligar a los propietarios de vivienda españoles a gastar un dineral para actualizar la eficiencia energética de su casa.
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en 2033 todos los edificios existentes en la unión Europea tienen que tener una clasificación energética D (en una escala de la A a la G). El problema en España es que 8 de cada 10 viviendas está por debajo de esa calificación, según el último informe sobre el Estado de la Certificación Energética de los Edificios (de 2021). La UE ya aprobó esta propuesta en marzo. Ahora, negocia su redacción definitiva y, una vez aprobada, los países de la UE tendrán que adaptarla a su normativa estatal.
Eso, como paso previo a la nula emisión de CO2 por parte de los edificios que tendrá que llegar en 2050, con la reinversión que eso implicará.
¿Qué consecuencias tiene esto? Sencillo: el 80% de las viviendas en España tendrán que acometer obras de mejora y acondicionamiento para obtener el grado de eficiencia energética exigida. Según algunos especialistas que han consultado medios como Cinco Días, los costes pueden estar por encima de los 10.000 euros de media por hogar, llegando incluso en el caso de viviendas unifamiliares a rozar los 40.000 euros.
De momento el cambio tiene que ver con el nivel de exigencia. Si hasta ahora bastaba con tener un buen uso de la energía, ganando en eficiencia, ahora ésta no será suficiente, ya que la nueva norma aprobada incluye el concepto "edificio cero emisiones", lo que significa que habrá control de emisiones y, éstas tendrán que ser nulas. La huella de carbono también incluye los materiales, que deben ser producidos con nula o casi nula contaminación en su proceso.
Otro aspecto interesante que recoge la nueva normativa es que los estados miembros tendrán que poner en marcha un plan nacional para la rehabilitación de los edificios. El objetivo es que cada año se logre una tasa mínima de renovación energética del 3% del parque de vivienda. Pero en España el ritmo de rehabilitación de edificios es muy inferior a ese ratio. En 2021 se rehabilitaron algo más de 30.400 viviendas, un 0,11% del total.
Las cifras son mareantes. El objetivo más ambicioso hasta el momento es lograr rozar los 10 millones de viviendas rehabilitadas en 2050. En cuanto a los fondos para poder llevar a cabo estas rehabilitaciones, la UE ha señalado la importancia de los fondos Next Generation para lograrlo. El problema es cómo y cuándo llegan. De momento, tanto las subvenciones para la compra de vehículo eléctrico como las que se conceden para la instalación de placas fotovoltaicas en las viviendas sufren retrasos superiores al año en la mayoría de los casos.