No importa lo intensa y omnipresente que sea la propaganda, la verdad acaba siempre imponiéndose. Desgraciadamente, a veces demasiado tarde. Los alemanes, famosos hasta hace poco por un fervor proinmigracionista que ha llenado el país de extranjeros a menudo ilegales sin la menor intención de integrarse,
están ya viéndole las orejas al lobo.
La última encuesta Insa, encargada por el grupo mediático Nius, revela un creciente rechazo hacia los pagapensiones procedentes de países islámicos.
Una mayoría absoluta del 52% está «bastante de acuerdo» con la afirmación de que «Alemania, en general, ya no debería aceptar refugiados de países islámicos». Sólo el 34% «no está de acuerdo» o «tiende a estar en desacuerdo» con esta afirmación.
Hay un acuerdo aún mayor con la afirmación de que
«en determinadas zonas de mi ciudad o pueblo tengo la sensación de que ya no estoy en Alemania». Según la encuesta, el 57% está de acuerdo con esta afirmación, mientras que el 36% no comparte este sentimiento.
La encuesta muestra además que el 54% de los encuestados dijeron que tenían
«miedo de que los alemanes se conviertan en una minoría en Alemania». Por otro lado, el 37% dijo que no estaba preocupado.
Una mayoría relativa apoya la teoría del Gran Reemplazo, que la agencia de inteligencia nacional, la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), clasifica como un punto de vista de «extremista derecha». Según la encuesta, el 45% de los encuestados está de acuerdo con la afirmación:
«Creo que los europeos están siendo reemplazados gradualmente por pagapensiones de África y Medio Oriente». Un número menor de personas, el 41%, rechaza esta afirmación.