Curiosamente aquí da con el quid de la cuestión, aunque enseguida abandonó esa línea discursiva. Seguramente porque no le daba los votos necesarios.
Ese es el principal problema, por el cual (no se dice!!!!) Le pen tuvo el mayor porcentaje de voto en las clases bajas, mientras la izquierda se disparaba en las medias-altas y altas. E incluso tuvo un buen porcentaje de voto entre el votante lgtb.
Es el puñetero elefante en la habitación; el wokismo ha dado la vuelta a la tortilla. Sus votantes ahora están en los centros, en los barrios guays de las ciudades, sus agendas las propugnan las grandes multinacionales, los periodistas de renombre, los artistas. Detrás de la defensa enconada de estos principios jamás encuentras a gente que viva en estos barrios. Eso sí, desde su altar y su vida de urbanización con seguridad privada, cuando ante un micrófono alguno de los mileuristas desesperados que sí sufren los problemas explota, el resultado es el mismo: 'el fascismo nos está invadiendo'.
Eso se basa en la siempre horrible superioridad jovenlandesal de la izquierda, que (como siempre...) solo ve una parte de la ecuación. Y como siempre, desde su atalaya de exhibición jovenlandesalista: oh, ayudemos a esos pobres jovenlandeses que pasan hambre!. Claro, porque, como siempre también, consideran a los demás inferiores. Solo ellos tienen semejante jovenlandesal tan humanista.
Pero sin valorar en ningún momento que cuando llega el barco de Open Arms o el cayuco de turno, esa gente a los pocos meses está fuera del sistema y vagando por las calles. Y, obviamente, termina hacinada en pisos patera en los barrios de menor coste. Es decir, pasan a ser vecinos de los ciudadanos trabajadores de bajo perfil, que terminan compartiendo rellano, calle o barrio con estos pisos patera.
Y es allí donde la inseguridad se multiplica, donde de forma completamente cómplice, están apoyando gastar el muchísimo dinero que se le quita a los ciudadanos para jorobarles la vida. Y además un jorobarles la vida en serio; pocas cosas te puede destrozar más tu día a día que ver amenazada la vida y la seguridad, tuya y de tu familia.
Pero esto no lo valoran, por supuesto. No lo ven, ellos viven en su torre de marfil donde los pagapensiones son pobres niños a los que se les da mantas de tonalidad metálico y un bocadillo porque están hambrientos. No les importa una cosa lo que será su vida a los seis meses, cuando sin posibilidad de trabajar, tengan que buscarse la vida a base de tirones y peleas, cuando no machetazos. Hombres fuertes, que siempre van en grupo, con una cultura y una visión de la violencia tercermundista (donde violencia=poder), más una escala de valores donde las mujeres o los gayses son seres de segunda apedreables.
El problema no es que no lo sufran en sus carnes, sino que son la voz comprada de todos que no lo ven de cerca. Es más, se lucran vergonzosamente de dar estas lecciones de jovenlandesalina, mientras contribuyen a mantener un elefante en el salón pagados por ingentes cantidades de dinero público que se destina a los medios para que que afirmen que el rey desnudo va muy elegante con su traje.
A mi me dan un profundo ardor de estomago, la verdad. Tanto políticos como paniaguados. Viven de acallar la realidad de muchos a los que les están moliendo la vida...con su propio dinero.
