Arnaldo Romero
Madmaxista
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Los gallegos, lo mismo que los catalanes, son graciosos.
En la fruta mili tenían fama de ser de gatillo fácil. En una guardia recuerdo que un gallego tiró contra un teniente que, borracho, pretendía entrar en el cuartel saltando la verja.
Le dio el alto , tiró al aire y como todavía no acababa de hacerle caso tiró cerca de él.
Había también otro gallego que no sabía hablar castellano. En la caja de reclutas le habían dicho que tenía que presentarse en el cuartel de Huesca, sito en la calle Valladolid. Pues el tipo se pilló el tren y acabó en Valladolid, preguntando en el gobierno militar.
Como no les entendía ( recordemos que no sabía hablar castellano), pues se volvió a su aldea . Hasta que lo detuvo la Guardia Civil y lo envió para Huesca. Con estos rústicos lugareños el ejército no tenía problema alguno. Los destinaban a las cuadras , les rebajaban de guardias y de casi todo y se pasaban una mili de querida progenitora. En las cuadras estaba este gallego que os digo y un rústico mallorquín que andaba parecido.
Además en ambos casos habia hecho mella en ellos la endogamia. Ninguno de los dos pudo jurar bandera porque sencillamente nunca pudieron marcar el paso con los demás. Al principio de la mili nos daban mucha pena pero al décimo mes, cuando nos dabamos cuenta de la mili tan de querida progenitora que se estaban pegando ya empezamos a mosquearnos.
Y, bueno, a los gallegos de ahora les estan contando que son el puñetero centro del universo....
En la fruta mili tenían fama de ser de gatillo fácil. En una guardia recuerdo que un gallego tiró contra un teniente que, borracho, pretendía entrar en el cuartel saltando la verja.
Le dio el alto , tiró al aire y como todavía no acababa de hacerle caso tiró cerca de él.
Había también otro gallego que no sabía hablar castellano. En la caja de reclutas le habían dicho que tenía que presentarse en el cuartel de Huesca, sito en la calle Valladolid. Pues el tipo se pilló el tren y acabó en Valladolid, preguntando en el gobierno militar.
Como no les entendía ( recordemos que no sabía hablar castellano), pues se volvió a su aldea . Hasta que lo detuvo la Guardia Civil y lo envió para Huesca. Con estos rústicos lugareños el ejército no tenía problema alguno. Los destinaban a las cuadras , les rebajaban de guardias y de casi todo y se pasaban una mili de querida progenitora. En las cuadras estaba este gallego que os digo y un rústico mallorquín que andaba parecido.
Además en ambos casos habia hecho mella en ellos la endogamia. Ninguno de los dos pudo jurar bandera porque sencillamente nunca pudieron marcar el paso con los demás. Al principio de la mili nos daban mucha pena pero al décimo mes, cuando nos dabamos cuenta de la mili tan de querida progenitora que se estaban pegando ya empezamos a mosquearnos.
Y, bueno, a los gallegos de ahora les estan contando que son el puñetero centro del universo....