Pero si te quedaste en cinturón blanco y eras un niño, hulio.
Jajajajaja ¿y tú qué sabrás, cuñao de las redes? Y no, de niño no me mandaban ni a karate ni a ninguna otra actividad de pago. Me soltaban a jugar a la calle y hasta la noche. Mi educación fue de élite, siempre enfrente de algún colegio de pago. Pero sí, la imagen del niño con cara de circunstancias andando por la calle con el kimono nuevo y el cinturón blanco o blanco amarillo (el colmo de la demijrancia) es un clásico atemporal en las ciudades patrias, jejeje
Un par de colegas tuvieron problemas graves con eso de ser considerados armas blancas. Uno en concreto, que fue subcampeón de Europa de full contact, tuvo un hamistoso diálogo con tres novles representantes del pueblo de reyes, tres clanianos de los chungos. Se los encontró en zona muy chunga, y decidieron aligerarle de las posesiones que en ese momento portaba. Mi compañero optó sin embargo por darles a conocer el sistema público de Salud, y el que menos se pasó un mes ingresado. Pues anduvo de juicios años. Y el otro, pero no eran tres, sino uno. Ambos dos eran prodigios físicos de rapidez, resistencia, agresividad… aunque de constituciones distintas. No eran personas normales, sino individuos físicamente muy por encima de la media y con un sistema nervioso privilegiado. Como para que te venga uno con el clik clak aprendido en un minuto…
Hoy en día la cosa está chunga, como lo que le pasó al padre con su bebé que se encontró a tres jovenlandeses, uno armado. De seguir así las cosas, ropa anti pinchazos y cositas a mano en los bolsillos. En casa de uno es más fácil, y a buen entendedor, pocas palabras bastan. (Aquí esperamos el comentario del profesor Poopsnagle diciendo que me defenderé con la espada de atrezzo de bodas bautizos y comuniones regalo del aniversario de bodas del tío Paco el de Ciudad Real).