Conocí a una mujer que se dedicaba a adoptar gatos, la última vez que la vi tenía más de 30, la mujer vivía en un chalet, sus gatos estaban todos castrados y ni uno entraba dentro de casa y lo más importante, a diferencia de estas taradas, está te reconocía que cuidarlos era un puñetero ******.
La mujer no iba buscando gatos por el mundo, le aparecían al ser una urbanización al lado de la montaña y cerca de una gran ciudad.