Los drones como el de Afei se están convirtiendo en algunos barrios de Shanghai en un añadido más del paisaje urbano de la ciudad. Lo saben los residentes que salen por las noches a gritar contra el encierro y se encuentran en su ventana a un dron con un megáfono pidiéndoles que guarden silencio y que cumplan con las restricciones.
También los que abren la ventana a primera hora de la mañana para que un dron con un termómetro infrarrojo les escanee tomándoles la temperatura. Incluso, en los últimos días, algunos comités de barrio están probando drones que tras*portan a los hospitales las muestras de las pruebas PCR diarias que hacen en el vecindario.